Esta semana debe mostrarse la experiencia, la paciencia, la prudencia y el talento de la mano izquierda que han caracterizado a Marcelo. Foto: Especial

¿Qué onda con el carnal Marcelo?

¿Cómo será el discurso de Marcelo ante dos mujeres en el posible escenario que se proyecta con la agrupación de su Movimiento Progresista?

Estos días de septiembre serán recordados en unos meses porque muy seguramente se convertirá en un caso de estudio esta nueva etapa preelectoral; había más gente creyendo en este escenario en el que sobró la soberbia, la egolatría y la cobardía, tres males que al juntarse provocan un mal augurio para cualquier grupo político.

Pareciese como si el carnal se estuviera cotizando con tanta loquera vista en las últimas semanas: violencia, disparos mediáticos, el surgimiento de otra candidatura; hace que se aproxime un fenómeno lo suficientemente impredecible como para someterlo a un estudio de mínimo el lanzamiento de un journal, obviamente de preámbulo u aproximación; resumen de una tesis doctoral. El momento histórico que representa la próxima elección va a cambiar desde la economía, la felicidad, la empleabilidad y hasta los aparatos liderados por mujeres; solo es de observar la estructura del poder judicial –y el tamaño de la población de quienes votarán por primera vez.

En política nada es casualidad. El duelo entre el gobierno y las esferas del poder toma discretamente el protagonismo. Silencioso. Como esta conjetura escuchada en el hábitat de los círculos sociales cuatroteístas: ¿qué tal si el presidente quiere reventar a su morena? Su creación, su retórica, su personalidad. ¿Qué tal si lo que quiere es provocar una gemación? O dicho en otro modo: que en el desbarate del movimiento de regeneración nacional surjan más partidos de izquierda que acompañen al treintañero Partido del Trabajo en la senda por un país más justo, más próspero, más educado y con un índice tolerable y realista de un servicio de salud más digno, y sobre todo realmente universal. Y todas las bondades de un gobierno que verdaderamente vea por el progreso de todos sin distinciones.

También es de cuestionarse: ¿Qué tipos de izquierdas necesita el país? ¿Qué debería hacer Marcelo para mostrar una transformación con sus ideas de izquierda progresista? Versus: ¿Qué experiencia deben demostrar las mujeres para igualar las ideas de Marcelo?

¿Qué debe hacer Marcelo ante tal desventaja? Como la moda, la onda social, el momento histórico, sin hablar mal de nadie… ¿Qué representa Marcelo para el preelector? Con todo el patriarcado.

Y de esta manera hacemos conjeturas de las cientos de pautas y opiniones en medios de comunicación, que compiten por tomar al cliente con la ingenuidad de un discurso masticado. Hace unas horas en el cruce de conversaciones se planteó la posibilidad de que en un universo paralelo –si Marcelo fuera gringo no solo ganaría en Estados Unidos, sino también en Alaska, Sonora, Chihuahua y Nuevo León.

¿Qué tal si al Carnal Marcelo le toca reivindicar las figuras de Plutarco Elías Calles y Hernán Cortes?

¿Cuáles serán las estrategias ante dos mujeres que no parecen representar los valores que derriben el patriarcado?

En política es más importante la forma que el fondo, en esta semana debe mostrarse la experiencia, la paciencia, la prudencia y el talento de la mano izquierda que han caracterizado al Carnal. Porque si algo se ve con certeza es que es ahora o nunca. No hay opción para esperar otro sexenio.

El antecedente histórico-electoral de México ha estado plagado de presagios, asegures y alucinaciones colectivas de las que se apoderan los ciudadanos, en donde hay personas de todas las clases –desde los más distraídos hasta los más instruidos– que arman sus conjeturas. Y es que: ¿qué tanto puede esperarse de nuestra gobernanza estando en un lodazal?

Otra conjetura es cuáles serán las líneas para las disputas por los Congresos, el Senado, quiénes, y qué intereses mueven los operadores del primer círculo de colaboradores, las designaciones para las operaciones electorales de los candidatos. Seguramente el costo político ya es un fastidio para el presidente; quizá la idea de un Maximato podría ser un magnicidio político.

Una explicación a este suceso podríamos relacionarla con la teoría del péndulo, quizá sea el momento de la izquierda radical, o de la derecha fascista que sería lo contrastante en el estilo de gobernar… y un error político puede provocar lo mismo que ha pasado en varios países latinoamericanos.

Entonces, ya dejando atrás la loquera: en cuanto a los derechos de la mujer, jerarquizándolos por encima de otros discursos –porque los derechos humanos parten de la mujer–: ¿cómo será el discurso de Marcelo ante dos mujeres en el posible escenario que se proyecta con la agrupación de su Movimiento Progresista?

La vanguardia debe ser mostrada en la narrativa con onda igualitaria, equitativa, feminista, humanista: en la época de la mujer, lanza tu mejor discurso feminista.

Habrá tiro discursivo y es emocionante que esto podrá ser el Megacambio político-generacional que repercutirá en hijos, nietos, hermanos, abuelos, infantes: los que a nadie le pidieron nacer, pero hay que defenderlos. Porque todas las causas son relativamente justas, solo dale enfoque.

El péndulo, el péndulo, el péndulo.

Pat Benatar, insiste en pegar el mejor golpe. ¿Marcelo Va?

 

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