la CRE ha disminuido la vigencia de algunos permisos, modificándola en el caso de las estaciones de servicio de 30 a 20 años. Foto: Pexels

¿Menor vida a las estaciones de servicio?

Pensar que se está pisando el acelerador para la transición energética, genera un sinfín de preguntas

Por Alejandro Montufar*
@HeluJimenez
*CEO en PETROIntelligence 

Desde finales del 2022, la CRE ha disminuido la vigencia de algunos permisos, modificándola en el caso de las estaciones de servicio de 30 a 20 años. Se han escuchado diversas opiniones, desde que se genera un esquema desigual donde existirán estaciones con planes de negocio a 30 años al mismo tiempo que otras con planes de 20 años, generándose distorsiones en los precios, y hasta que es una decisión para fomentar la transición energética, ya que el modelo de negocio de las gasolineras está destinado a desaparecer, en vista de las electrolineras.

En primer lugar, en cuanto al tema de precios, en teoría, sí podrían generarse distorsiones en competencia y precios, sin embargo, las estrategias de precios siguen madurando, tal como puede observarse en las recomendaciones poco serias de precios de mayoristas que consisten en precios iguales para ciertas zonas sin considerar costos de operación y administración ni el valor de los activos para la obtención de una rentabilidad adecuada, y en las propias estrategias de las estaciones que, sin una evaluación adecuada, generan precios iguales a estaciones de un mismo grupo que tienen distintos costos e inversión

Bajo este contexto, en la opinión de un servidor, estas distorsiones serán mitigadas por la falta de maduración en las estrategias, como muchos hemos ya escuchado, han llamado en varias ocasiones la atención de la COFECE.

En segundo, pensar en que se está pisando el acelerador para la transición energética, genera un sinfín de preguntas. ¿Por qué no seguir las mejores prácticas internacionales donde el paso intermedio para un parque vehicular 100% eléctrico es la implementación de un mayor porcentaje de etanol en las gasolinas? ¿Por qué no seguir la tendencia de varios países de América que ya cuentan con una Ley de Electromovilidad? ¿Por qué no generar un marco regulatorio que guie al empresario para recuperar los costos que implica un punto de recarga eléctrica? ¿Cómo proveer información donde se analice el valor agregado de este servicio para las gasolineras considerando que los desarrollos inmobiliarios están considerando y permitiendo la instalación de puntos de recarga privados y gratuitos dentro de comunidades cerradas? ¿Cómo convencer al consumidor en comprar un auto eléctrico que es más caro que un auto convencional, considerando que, por la pandemia, los precios han crecido por los cielos? ¿Cómo convencer cuando se ha permitido la importación de automóviles “chocolate”? ¿Cómo convencer cuando diversas empresas del sector automotriz y petrolero han expresado dudas sobre el vehículo eléctrico por el nuevo mercado global energético que enfatiza la soberanía energética con combustibles fósiles? ¿Cómo adaptar el sistema energético para un mayor consumo de electricidad a la par de una mayor integración América-Europa que aumentará las exportaciones de gas? ¿Cómo entender que esta acción se enfoca al sector eléctrico cuando la reducción de vigencia se llevó a cabo para otros permisos como, por ejemplo, la distribución por autotanque de GLP con una nueva vigencia de sólo 2 años?

La planeación de negocios es vital

Para considerar una estrategia real de fomento a la electromovilidad, creo que se necesita una acción coordinada entre las distintas instituciones del gobierno, no una acción aislada, aunque es de mencionar que, desde distintas aristas, se han empezado a diseñar esfuerzos importantes. Sin embargo, por supuesto que reducir la vigencia permite una mejor supervisión que, en muchos subsectores, es muy necesaria para la mejora y el sano desarrollo de los mercados, pero también aumenta los costos administrativos, aunque asimismo la recaudación, muy necesaria para fortalecer a la CRE en su función reguladora y en la atención a los diversos trámites que le competen.

La reducción de vigencia conlleva beneficios y costos, y aunque no ha generado el ruido proporcional a su importancia, es una acción que vale la pena analizar a mayor profundidad. En lo inmediato, hay un mensaje claro para las estaciones y otros negocios: la planeación de negocios es vital y debe adaptarse a los nuevos periodos regulatorios. La falta de planeación no sólo conlleva a no obtener una rentabilidad en la inversión sino también, como hemos observado, a posibles sanciones por parte de la COFECE.