Legalizar la marihuana

En los próximos años, y considerando el incremento en la demanda de este enervante, habrá de autorizarse su consumo en dicho Estado, decisión que detonará un efecto dominó en la Unión Americana, de modo que esta droga se pueda fumar y comprar libremente como hoy se venden cigarillos a mayores de edad. Sí, pero hay más: al menos en 7 estados de la misma Unión Americana, se votará este mismo 6 de noviembre del 2012 la posibilidad de legalizar dicho estupefaciente menor.

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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En los próximos años, y considerando el incremento en la demanda de este enervante, habrá de autorizarse su consumo en dicho Estado, decisión que detonará un efecto dominó en la Unión Americana, de modo que esta droga se pueda fumar y comprar libremente como hoy se venden cigarillos a mayores de edad. Sí, pero hay más: al menos en 7 estados de la misma Unión Americana, se votará este mismo 6 de noviembre del 2012 la posibilidad de legalizar dicho estupefaciente menor.

Por elemental gravedad política, a partir de que se legalice el cultivo y el consumo de la marihuana en Estados Unidos, en México ocurrirá lo propio, con lo cual se provocará una escandalosa caída del precio de dicha hierba y por ende, un desplome de las utilidades de los envenenadores de la nación. Sobra aclarar que del 100% de narcóticos que se consumen el 80% corresponden a la marihuana, por lo que el narcotráfico se verá obligado a buscar mercados más rentables. El golpe será demoledor.

A pesar de los enormes esfuerzos de inteligencia militar realizados para combatir el mercado de los estupefacientes, de los gigantescos gastos erogados para erradicarlo, de la corrupción de las fuerzas policiacas y políticas, del asesinato de alcaldes, procuradores y candidatos a gobernadores, el consumo, sin embargo, ha aumentado. Al igual que aconteció durante la prohibición de alcohol en los años 20, dicha estrategia de persecución solo sirvió para enriquecer a los grandes gánsters y sus pandillas, al igual que pasa hoy, en México, con los grandes capos.

Es evidente que a mayor prohibición, mayores pandillas, más cárteles, más hampones, más consumo, más dinero negro, más envenenamiento social y más delincuencia organizada ante la desesperación de obtener dinero para la compra de narcóticos a cualquier costo. “Es insensata esta pelea que nunca ganaremos”, sentenció el Presidente Roosevelt en 1934 cuando acabó con la prohibición.

Nadie puede impedir que una persona fume 5 cajetillas de cigarrillos, beba 2 botellas de alcohol, ingiera 25 tazas de café o 5 botellas de refrescos, de la misma manera en que ha sido imposible —y lo seguirá siendo— el hecho limitar la compra clandestina de paquetes de marihuana, por lo que lo inteligente y eficaz consistiría en permitir la compra de marihuana en cualquier almacén pagando sus respectivos impuestos. Buen negocio para el gobierno…

En los registros de salud social nacional e internacional no aparece la marihuana como una causal de defunción ni en nuestro país ni en el extranjero, lo cual no acontece con el tabaco ni con el alcohol que cobra muchísimas vidas. Por lo que se debe liberar el mercado, informar a los niños en las escuelas como hoy se hace con el tabaco, invertir en centros de adicción en lugar de contratar día con día decenas de miles de policías destinados a corromperse o a morir masacrados al amparo de la ley: Plata o plomo…

Estoy en contra del consumo de cualquier estupefaciente, pero esta guerra no se ganará a balazos sino con información, inteligencia y confianza en los consumidores, sobre la base de crear redes de protección sanitaria para quien caiga en la tentación y en el abuso.

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