Escuela para presidentes

¿En qué universidad darían clases al presidente para convencer a los perredistas cavernícolas? ¿En qué escuela puede aprender Peña Nieto a controlar a los dinosaurios a sabiendas de su textura moral que les permite traicionarse solos y también entre sí? ¿En dónde aprenderá Peña Nieto a controlar al clero ávido de poder y de mayores capitales y canongías?

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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¿En qué universidad darían clases al presidente para convencer a los perredistas cavernícolas? ¿En qué escuela puede aprender Peña Nieto a controlar a los dinosaurios a sabiendas de su textura moral que les permite traicionarse solos y también entre sí? ¿En dónde aprenderá Peña Nieto a controlar al clero ávido de poder y de mayores capitales y canongías? ¿Cómo hacer entrar en razón a los gobernadores endeudados irresponsablemente que la Federación no tiene por qué asumir sus deudas ni otorgar perdones, animándolos, a cambio, a reconocer los errores y aumentar la recaudación en sus localidades, en lugar de venir a extender la mano ante las autoridades centrales? Los mexicanos estamos acostumbrados a pedirle a Dios, al gobierno, a los jefes y a los padres. Siempre dependemos de la gracia de terceros… ¿Existe acaso un libro en el que consten las instrucciones para ser jefe de Estado nada menos que de los mexicanos…? 

¿A dónde va un presidente sin un gran conocimiento de sus semejantes? México ha cambiado y los manuales e instructivos para tratar a los mexicanos ya son caducos. Los presidentes deben aprender de su propia experiencia. No hay escuela para administrar este México emergente que busca finalmente su dignidad. 

¿Un presidente debe desconfiar de todos y confiar en todos? ¿En qué escuela se aprende a tratar a los banqueros extranjeros, hoy dueños de casi toda la banca mexicana, para reiniciar los préstamos a los sectores productivos nacionales? ¿Dónde encontrar un breviario que le permita aprender en 10 leves lecciones la estrategia para desmantelar por completo el viejo aparato priista, esencialmente útil para someter a la sociedad mexicana a lo largo de 70 años? ¿Cómo dar con las claves para crecer al 7 por ciento anual muy a pesar de la recesión norteamericana? ¿De qué manera se abordan las relaciones con el “diablo” gringo? ¿Cómo gobernar un país en el que ni siquiera podemos ponernos de acuerdo para decidir qué horas son?

Secretarios de Estado, banqueros, funcionarios, intelectuales y columnistas, políticos y empresarios, caricaturistas, curas y periodistas se presentan ante el presidente vestidos de domingo. El baile de las mil máscaras no tiene final. A Peña Nieto le corresponde encontrar la verdad oculta en cada planteamiento, el interés inconfesable en cada sugerencia, el verdadero motivo en cada propósito. En ninguna cátedra se aprende a conocer a los hombres. No, no hay escuela para políticos, ni para cónyuges, ni para padres de familia, ni menos para jefes de Estado… Esperemos que Peña Nieto aprenda pronto a ser presidente…

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