Avances en materia de violencia y corrupción en México
Es evidente la caída en la violencia. En el ámbito empresarial se observa una disminución relevante en el número de empresas víctimas de delito
Tonatiuh Martínez AviñaEn términos económicos, es fundamental mantener un ambiente de seguridad y combate a la corrupción; esta es una variable de primer orden para crecimiento económico y atraer la inversión. La percepción de la violencia en México se puede analizar desde la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) y la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) durante varios años.
La ENVE y la ENVIPE son levantadas por el INEGI y son complementos que permiten conocer la opinión de empresas y familias sobre la seguridad y corrupción a nivel nacional y por entidad federativa.
Es evidente la caída en la violencia percibida por empresas y familias. En el ámbito empresarial se observa una disminución relevante en el número de empresas víctimas de delito. Mientras que, en 2011, el 37.4 por ciento de las empresas reportó prevalencia delictiva, en 2021 la cifra cayó a 24.6, más de diez puntos porcentuales. Por su parte, la ENVIPE estima una caída de 3.4 por ciento, pasando de 32.4 del total de hogares con al menos un integrante víctima de delito en 2012, a 29 por ciento en 2021.
El porcentaje de empresas víctimas de delito por gran sector pasó de 41.6 por ciento en 2011 a 27.8 en el comercio; de 36.6 a 19.4 por ciento en industria y 32.7 a 22.7 en servicios, para el mismo periodo. En cuanto a la incidencia delictiva de los hogares, a nivel nacional en 2011 se reportó una tasa de 35 mil 139 personas por cada 100 mil habitantes, este indicador cayó a 30 mil 786 personas por cada 100 mil habitantes en 2021. Esta caída también afecta la percepción sobre la eficacia y corrupción que se tiene de distintos elementos del Estado mexicano.
Las tres entidades que mejor percepción generan en el ámbito empresarial y los hogares en el país sobre temas relacionados a la corrupción son la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional. La otra cara de la moneda la representan la policía de tránsito municipal, la policía preventiva municipal; la política estatal y los jueces quienes son considerados como altamente corruptos.
