Con esta elección, la distribución del poder en el estado cambió radicalmente. Surgirá una nueva élite política, una burocracia distinta. Foto: Especial

Ahora qué sigue

Los integrantes de los partidos políticos que participaron en la alianza Va por el Estado de México, cargaran con la derrota

No son pocos los mexiquenses que después de las pasadas elecciones del 4 de junio se preguntarán, y ahora ¿qué sigue? En primer lugar, la burocracia estatal mantiene altos niveles de incertidumbre y estrés acerca del futuro de su permanencia en el empleo que han ocupado durante largos periodos de tiempo, así como sobre las reglas que impondrá el gobierno estatal entrante.

Los integrantes de los partidos políticos que participaron en la alianza Va por el Estado de México, cargaran por un buen tramo de tiempo, con la responsabilidad y consecuencias de la derrota. Por un lado, el PAN, obtuvo un menor número de votos que los prometidos, incluso los votos obtenidos fueron menos que en la elección de 2021.

El PRD y Nueva Alianza, perderán su registro en el estado.

El PRI, quien sufrió más que ningún otro participante, al perder el poder político, económico y social, que ejerció durante décadas en el gobierno estatal. Ahora, en medio de traiciones y severas divisiones, y peor aún, carente de liderazgo confiable, tendrá que resolver cual será el incierto camino a seguir.

Los pobladores de los 125 municipios que integran el estado, la mayoría se animan con grandes esperanzas, mientras otros, inevitablemente esperan con miedos e incertidumbres.

La población, en términos generales aguardan el cumplimiento de las promesas de campaña.

Los gobiernos municipales gobernados por partidos políticos distintos a morena, están preocupados por su futuro político. Las derrotas sufridas en las alcaldías, cimbraron liderazgos y administraciones. Quienes ganaron, como Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Huixquilucan, Toluca, Metepec entre otros más, consolidaron su liderazgo y se preparan para el inicio de la nueva relación institucional que sostendrán con el gobierno estatal.

Algunos alcaldes que no ganaron la elección para su partido, de inicio, no ven factible su reelección, tendrán que cambiar de estrategias. Mientras tanto, los lideres locales de morena, el verde y PT, observan plenamente abierta la puerta en sus municipios y distritos para tomar el poder.

Por su parte, Movimiento Ciudadano, con la mediocre dirigencia estatal encabezada por Juan Zepeda, perdió no solo las estructuras de su partido, también los gobiernos municipales que los representaban, quienes inevitablemente fueron asimilados por morena, a consecuencia del abandono de su dirigencia estatal.

Con esta elección, la distribución del poder en el estado cambió radicalmente. Surgirá una nueva élite política, una burocracia distinta, la correlación de fuerzas políticas tendrá una convivencia diferente, así como la relación gobierno / ciudadanía será activamente distinta. El nuevo gobierno encabezado por la Maestra Delfina Gómez, tendrá la gran oportunidad de encabezar la reconciliación social, terminar con la polarización, respetar la pluralidad y la diversidad social, constituirse en un gobierno dialogante, incluyente, ocupado en fortalecer la identidad mexiquense, empoderar los municipios, y encabezar la más grande transformación económica y social para beneficio de toda la población.

Por si fuera poco, lo antes descrito, todo el conjunto de la sociedad mexiquense, estará inmersa de una manera o de otra en las elecciones que se llevarán a cabo el domingo 2 de junio del 2024 para renovar 125 ayuntamientos con sus respectivos sindicos y regidores, y 75 diputados al congreso del estado, 45 electos por mayoría relativa por cada uno de los distritos locales y 30 de representación proporcional para integrar la LXII legislatura del congreso del Estado. Desde luego en esta misma fecha será la elección del próximo presidente de la república, senadores, y diputados federales y algunos estados de la república.

Finalmente, lo que sigue es, un enorme trabajo ciudadano y politico por atender.

Vale la pena por un lado, deponer conmiseración y por el otro, soberbia, para ocupar el tiempo de todos, en construir lo mejor, para nuestro muy querido Estado de México.

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