Con el acueducto El Cuchillo II, la disponibilidad de líquido se reduce debido al aumento en el volúmen de extracción. Foto: Antonio Hernández

Agua en riesgo para el segundo acueducto de El Cuchillo

El segundo acueducto de la presa El Cuchillo en China, Nuevo León, proporcionará un incremento de 5 metros cúbicos adicionales para el consumo doméstico en la Zona Metropolitana de Monterrey

La implementación gradual del funcionamiento completo del segundo acueducto proveniente de la presa El Cuchillo en China, Nuevo León, que proporcionará un incremento de 5 metros cúbicos adicionales para el consumo doméstico en la Zona Metropolitana de Monterrey, es una medida que debe ser analizada desde diversas perspectivas.

El consumo de este volumen adicional resultará en la generación de una cantidad equivalente de aguas residuales que deberán ser descontaminadas. Esto plantea la cuestión de la necesidad de aumentar la capacidad actual de tratamiento que el Gobierno de Nuevo León posee para ese propósito. La falta de esta ampliación en la capacidad podría tener un impacto negativo al aumentar los flujos de agua contaminada que se descargan en el río Santa Catarina, especialmente en la parte baja de su cuenca, y en el río Pesquería. Esta consideración es crucial en la evaluación pública de la implementación del segundo acueducto.

El aumento de la oferta de agua para Monterrey es un aspecto claramente contemplado en el Plan Hidráulico Nuevo León 2050, que es el documento de política pública fundamental para garantizar el suministro de agua para uso doméstico en Monterrey. Esta política se apoya, entre otras medidas, en la construcción del referido segundo acueducto.

La analogía de considerar la presa El Cuchillo como una jarra de agua resulta esclarecedora. Al extraer un solo vaso de agua, su duración se extiende, pero cuando incrementamos la cantidad a dos vasos (el segundo acueducto), la disponibilidad de líquido se reduce debido al aumento en el volumen de extracción.

Esta situación hace imperativo implementar medidas de conservación en las cuencas que abastecen de agua a la presa de China, Nuevo León, si queremos prevenir un agotamiento prematuro de este recurso. En este sentido, las cuencas del río Santa Catarina y Ramos se vuelven especialmente prioritarias.

En ambas cuencas se encuentra un elemento común: decenas de miles de hectáreas han sido afectadas por incendios forestales. Esto subraya la necesidad de coordinar esfuerzos tanto públicos como privados para llevar a cabo labores de restauración en ambas áreas. De esta manera, se asegura la continuidad del beneficio ambiental que se materializa en la provisión de agua para consumo doméstico y de vida silvestre.

Es fundamental destacar que la cuenca del río Santa Catarina requiere una atención especial debido a la diversidad de problemas que están teniendo un impacto negativo en su estructura y funcionamiento. Dentro de las que afectan se incluyen la preocupación por la sanidad forestal debido a la presencia de insectos descortezadores que perturban a los bosques de pinos, los impactos negativos generados por el turismo sin regulación, y la introducción de plantas exóticas invasoras. Estos desafíos requieren una atención específica y medidas de manejo adecuadas para preservar la salud de la cuenca y su entorno natural.

El desarrollo urbano descontrolado en la localidad de La Huasteca, donde se han construido cientos de edificaciones en el cauce del río Santa Catarina, tiene graves implicaciones en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, esta expansión urbana ha llevado a la pérdida de la capacidad de captación e infiltración de agua en la cuenca. Anteriormente, la vegetación y el suelo natural desempeñaban un papel crucial al absorber y filtrar el agua de lluvia, recargando acuíferos subterráneos y manteniendo un equilibrio en el ciclo hidrológico. La construcción en estas áreas ha eliminado esta función esencial, lo que resulta en la escorrentía superficial del agua de lluvia y un aumento en el riesgo de inundaciones y erosión.

En segundo lugar, esta urbanización en el cauce del río Santa Catarina reduce la capacidad del río para manejar crecidas e inundaciones. Al bloquear las áreas de inundación natural con edificaciones, se restringe el flujo del agua durante eventos de lluvia intensa, lo que aumenta el peligro de desbordamientos y daños a las comunidades cercanas. Además, la pérdida de la vegetación y el suelo natural que solían absorber parte de esta agua agrava aún más el problema.

La atención integral de todas estas cuestiones es absolutamente crucial, dado que este conjunto de impactos negativos está directamente relacionado con la capacidad de captación de agua disponible para ser almacenada en la presa El Cuchillo. Esto se vuelve aún más apremiante debido a la inminente puesta en funcionamiento total del segundo acueducto, que aumentará la provisión de agua en la Zona Metropolitana de Monterrey.

Si no abordamos adecuadamente los problemas de contaminación, la pérdida de capacidad de captación e infiltración de agua, la gestión de cuencas afectadas por incendios forestales, la urbanización descontrolada en el cauce del río Santa Catarina y otros desafíos ambientales, corremos el riesgo de comprometer seriamente la disponibilidad de agua necesaria para satisfacer las necesidades de la población y la vida silvestre en el futuro.

 

Twitter: @tonyo_hernandez

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