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Un Ramadán ensangrentado

El Estado Islámico ha demostrado una gran capacidad de ataque a escala mundial, a lo largo de este segundo Ramadán desde la proclamación de su pseudo califato.

Fue durante el Ramadán del 2014 que Abu Bakr al-Baghdadi se autoproclamó “Califa” en Mosul, y el siguiente Ramadán fue particularmente sangriento. Pero las lecciones de éste último han resultado aún peores.

Los musulmanes de todo el mundo celebraron este miércoles 6 de julio el final del mes sagrado, que este año tendrá un sabor amargo en muchos países afectados por los ataques terroristas de los últimos días. 

En Estambul, Dacca, Bagdad y Medina, poblaciones musulmanas donde la secta yihadista quiere imponer su credo totalitario, cientos de personas murieron tras ataques terroristas

El Estado Islámico ha demostrado una gran capacidad de ataque a escala mundial, a lo largo de este segundo Ramadán desde la proclamación de su pseudo califato.

Fue durante el Ramadán del 2014 que Abu Bakr al-Baghdadi se autoproclamó “Califa” en Mosul, y el siguiente Ramadán fue particularmente sangriento. Pero las lecciones de éste último han resultado aún peores.

Los musulmanes de todo el mundo celebraron este miércoles 6 de julio el final del mes sagrado, que este año tendrá un sabor amargo en muchos países afectados por los ataques terroristas de los últimos días. 

El balance de la situación no tiene precedentes: de Estados Unidos a Turquía, pasando por Francia, Jordania, Irak y Yemen. Y sin embargo, esta situación ha pesado particularmente por tratarse del mes más importante para los más de mil 500 millones de musulmanes en el mundo.

A lo largo de los últimos días del mes de ayuno, una carnicería humana ensangrentó Bagdad de violentos atentados, que fueron replicados en Bangladesh y Arabia Saudita.

El deseo de ensuciar el mes sagrado del calendario musulmán demuestra una vez más que el enemigo prioritario de ISIS son los propios musulmanes.

Pues estas son, de hecho, las poblaciones musulmanas donde la secta yihadista quiere imponer su credo totalitario a través del terror.

En Estambul, Dacca, Bagdad y Medina, con diferencia de algunos días, cientos de personas inocentes murieron a causa de sus ataques terroristas.

Y es que ISIS ya había advertido que este año aprovecharía el periodo de contemplación para golpear sin descanso con el único propósito de imponer su visión totalitaria con un Ramadán violento, mientras que este mes de ayuno es para el Islam un tiempo de solidaridad y piedad.

Terror en Dhaka y Estambul

El 29 de junio hubo un ataque en el aeropuerto internacional de Ataturk en Estambul. Tres atacantes suicidas abrieron fuego con ametralladoras contra los pasajeros de una de las terminales momentos antes de hacerse explotar.

Fotos y videos circulan en las redes sociales y muestran una enorme bola de fuego en la entrada de la terminal, y los miembros de seguridad evacuando a los pasajeros, presas del pánico.

El triple ataque suicida se cobró la vida de 45 personas, entre ellas 19 extranjeros, y de acuerdo con el gobierno de Estambul, medio centenar de personas aún están siendo tratadas en terapia intensiva.

Este ataque ha sido uno de los más mortíferos en la historia de Turquía, y si bien no ha sido reivindicado, las autoridades turcas han señalado rápidamente a la organización del Estado Islámico como responsable.

Días después, el 1 de julio en Dacca, una veintena de personas fue atacada alrededor de las 9 de la noche, cuando un comando armado irrumpió en el restaurante Holey Artisan, ubicado en el distrito diplomático de Dhaka, en la capital de Bangladesh.

Así comenzó una crisis de toma de rehenes que terminó en la madrugada con la intervención de las fuerzas de seguridad, ocasionando la muerte de los veinte rehenes y cinco terroristas.

De acuerdo con el testimonio de varios supervivientes, los atacantes separaron a los extranjeros de los originarios de Bangladesh antes de iniciar la carnicería con cuchillos.

En total, nueve italianos, siete japoneses, dos bangladesíes, un estadounidense y un estudiante de la India murieron en el ataque reivindicado por Aamaq, el órgano de propaganda del Estado Islámico.

Sin embargo, el gobierno sigue negando la presencia de ISIS en el país, y señala que todas los atacantes pertenecían a Jamaeytul Mujahdeen Bangladesh (JMB), un grupo islamista local prohibido.

Mortífero día en Irak

Tan solo un día después del ataque en Bangladesh, el sábado 2 de julio, después del “iftar” -la comida para romper el ayuno del Ramadán-, los residentes de Bagdad aprovecharon para ir de compras a la calle comercial del barrio de Karrada, y continuar con las celebraciones del final del mes sagrado.

En esta calle concurrida, un atacante suicida de ISIS detonó un coche bomba, matando a cerca de 250 personas: el ataque más mortífero en el país. La potente explosión causó incendios y destruyó varios edificios y tiendas cercanas.

De acuerdo con el centro norteamericano de vigilancia de sitios yihadistas, ISIS manifestó que el ataque se había hecho cerca de una reunión chiíta en Irak, considerada herética por la organización terrorista sunita.

El ministro del Interior iraquí presentó su renuncia dos días después del ataque en un intento de aplacar el descontento que existe contra el actual gobierno.

Acusado de no poner en práctica las medidas eficaces de seguridad, a pesar de recibir la ayuda de la coalición internacional.

En Irak, ISIS está a la defensiva pues ha sido gradualmente expulsada de los territorios que habían “conquistado” en el verano del 2014. Acaba de perder, a finales de junio, la gran ciudad sunita de Faluya, a unos 60 kilómetros de la capital iraquí.

La reconquista de Faluya -después de dos años y medio de ocupación yihadista-, fue celebrada como una victoria sobre ISIS.

Golpean a coalición

Días después del ataque en Bagdad, el pasado 4 de julio, fue el turno de Arabia Saudita, golpeada por una ola de atentados suicidas, muy poco comunes en el reino.

Tres suicidas detonaron sus bombas cerca de mezquitas en tres ciudades.

En primer lugar, en la ciudad de Jeddah, un hombre se hizo explotar en el Consulado de Estados Unidos, hiriendo levemente a dos guardias de seguridad.

La explosión ocurrió justo antes de las oraciones del amanecer, que marcan el comienzo del ayuno diario durante el mes de Ramadán.

El segundo ataque ocurrió en Qatif, lugar de culto y capital de la minoría chií en el este. Un terrorista suicida dejó al menos tres personas muertas.

Casi al mismo tiempo, otro ataque tuvo lugar en la “Mezquita del Profeta” en Medina, la segunda ciudad sagrada del Islam después de La Meca, y muy frecuentada por los fieles en los últimos días del Ramadán. Cuatro guardias de seguridad murieron y cinco resultaron heridos.

Muchos atribuyen los ataques al hecho de que el reino forma parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos en la guerra contra ISIS en Irak y en Siria.

Durante más de un año ha multiplicado las detenciones contra islamistas radicales. En 2015 anunció el desmantelamiento de un grupo vinculado a ISIS. 

Mes sin piedad

Grupos terroristas han perpetrado ataques durante la celebración del Ramadán:

>29 de junio
45 víctimas entre ellas 19 extranjeros, cobró el ataque en el aeropuerto de Atartuk, en Estambul

>1 de julio
20 personas murieron tras ser rehenes de un comando en el restaurante Holey Artisan, en Dhaka, capital de Bangladesh

>2 de julio
250 víctimas el ataque más letal en Bagdad, al estallar un coche bomba en una zona comercial

>4 de julio
7 personas murieron y al menos siete heridas en tres ataques en diferentes sitios en Arabia Saudita

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