Esta es la última voluntad de Ian Brady, el asesino británico de niños

Pocos personajes en la historia del Reino Unido han sido tan odiados por la gente como Ian Brady, el asesino de al menos cinco menores en la década de los 60, por lo que ninguna comunidad británica quiere que las cenizas de este delincuente sean esparcidas en sus tierras.

El asesino de niños, de acuerdo con una investigación del diario The Sun, pidió en su testamento ser incinerado y que sus restos sean esparcidos en río Clyde en Glasgow, Escocia, además que sus pinturas y fotografías personales sean vendidas para la publicación de sus memorias.

Pocos personajes en la historia del Reino Unido han sido tan odiados por la gente como Ian Brady, el asesino de al menos cinco menores en la década de los 60, por lo que ninguna comunidad británica quiere que las cenizas de este delincuente sean esparcidas en sus tierras.

El asesino de niños, de acuerdo con una investigación del diario The Sun, pidió en su testamento ser incinerado y que sus restos sean esparcidos en río Clyde en Glasgow, Escocia, además que sus pinturas y fotografías personales sean vendidas para la publicación de sus memorias.

Brady pidió que su cuerpo sea incinerado mientras se reproduce la canción Hector Berlioz Symphonie Fantastique, una sinfonía que narra como un joven artista sueña con matar a su amada, por lo que es condenado a muerte, según señala la investigación.

En su última voluntad Brady también pidió que sus pinturas y las fotos de sí mismo sean subastadas para la publicación de su biografía, llamada Black Light. En el testamento se precisa que el resto del dinero de la subasta deberá ser donado a la caridad, indica The Sun.

“No deseo ser visto por familiares o amigos. El ataúd debe permanecer cerrado. No deseo que ningún empleado del Hospital Ashworth esté presente en mi funeral o la cremación”, puntualiza el testamento de Brady, dado a conocer por el medio británico.

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El ayuntamiento de Glasgow ya ha anunciado que rechazará cualquier petición para que las cenizas de Brady sean esparcidas en el lugar, aunque un portavoz del gobierno ha precisado que hasta el momento no han recibido ninguna solicitud de esta clase.

Con la ayuda de su pareja sentimental, Myra Hindley, Brady violó y asesinó, entre 1963 y 1965, a Pauline Reade de 16 años, a los niños de 12 años John Kilbride y Keith Bennet, Lesley Ann Downey de 10 años y al joven Edward Evans de 17 años de edad.

Hasta el momento, varias comunidades han asegurado que harán todo lo posible para que las cenizas de Brady no sean esparcidas en sus tierras y unA corte prohibió que éstas sean regadas en Saddleworth Moor, lugar donde descansan los restos de cuatro de las cinco víctimas.

Brady murió en su celda el pasado 15 de mayo. El asesino se llevó consigo el secreto de donde enterró el cuerpo de Keith Bennet, a pesar de que la madre del niño le rogó que le revelara la ubicación para darle una sepultura cristiana; la mujer murió sin ver cumplido su deseo.

Dos meses después de que la pena de muerte fue suprimida de Reino Unido, Brady y Hindley fueron sentenciados a cadena perpetua por la muerte de los cinco menores, aunque investigaciones recientes indican que el número real de víctimas podría superar la decena.   

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