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¿Ciberguerra fría?

A mediados de junio, el Comité Nacional Demócrata (DNC), el órgano responsable de la organización de las elecciones para la nominación de su candidato a la Casa Blanca, advirtió que dos grupos de piratas informáticos habían penetrado en su red.

 

Joe Biden dijo en una entrevista que su país respondería a los ciberataques procedentes de Rusia
Creemos, basados en el alcance y lo delicado de estos esfuerzos, que solo los más altos funcionarios rusos podrían haber autorizado estas actividades”
Departamento de Seguridad InteriorDirector Nacional
de Inteligencia
(Para Rusia) los ataques cibernéticos son herramientas integradas en un esfuerzo más amplio por mantener su dominación política y militar”  
Jen WeedonInvestigadora

A mediados de junio, el Comité Nacional Demócrata (DNC), el órgano responsable de la organización de las elecciones para la nominación de su candidato a la Casa Blanca, advirtió que dos grupos de piratas informáticos habían penetrado en su red.

 

Un mes después, WikiLeaks publicó en su sitio Web miles de correos electrónicos internos del partido liberal, que revelaban que los “caciques” demócratas habían elegido arbitrariamente a Hillary Clinton en detrimento de su rival, el senador Bernie Sanders.

 

Desde entonces, varios incidentes han ayudado a alimentar el clima de desconfianza hacía Moscú, pues la compañía de seguridad responsable de la limpieza de los sistemas informáticos del DNC dijo que los hackers estaban vinculados a la inteligencia rusa.

 

El viernes, el Departamento de Seguridad Interior (DNI) y la oficina del Director Nacional de Inteligencia (DHS) señalaron en una declaración conjunta sobre seguridad electoral que están casi seguros de que altos funcionarios del Kremlin estaban involucrados en esos ataques.

 

“Creemos, basados en el alcance y lo delicado de estos esfuerzos, que solo los más altos funcionarios rusos podrían haber autorizado estas actividades”, indicaron.

 

El Kremlin describió esa acusación como “sin sentido”.

 

Pero el señalamiento, con sabor a Guerra Fría a un mes de la elección presidencial de Estados Unidos, marcó un punto de inflexión.

 

Tensiones en el ciberespacio

 

El primer grupo de intrusos que ingresó a los sistemas privados del Partido Demócrata y filtraron información sensible sobre la campaña de Hillary Clinton es el llamado llamado Cozy Bear (APT29).

 

Estos hackers no son unos desconocidos. Ya en la primavera de 2015 había sido acusados de acceder a las redes de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

 

El segundo grupo invasor, llamado Fancy Bear (APT28), también ha construido una reputación de larga sospechas por estar vinculado a la inteligencia militar rusa.

 

Y es que, junto con Corea del Norte, China e Irán, Rusia está clasificada por las autoridades de Estados Unidos entre sus principales adversarios en el ciberespacio.

 

Rusia está clasificada por Estados Unidos como uno principales adversarios 

en el ciberespacio

 

Potencia informática

 

El conflicto en Ucrania fue aprovechado por los hackers para desplegar su experiencia.

 

La filtración de correos y la saturación de los sitios Web, e incluso la extinción de una parte de la red eléctrica de Ucrania fueron señalados como responsabilidad de los hackers rusos.

 

Pero, ¿qué interés tendría el Kremlin para intervenir en el sistema electoral estadounidense?

“(Para Rusia) los ataques cibernéticos son herramientas integradas en un esfuerzo más amplio por mantener su dominación política y militar y, más ampliamente, en la opinión pública mundial”, escribió la investigadora Jen Weedon en un informe de 2015 para el Cooperative Cyber Defence Centre of Excellence (CCDCOE).

 

“Los ataques cibernéticos son parte de una campaña para inculcar la duda y la confusión de la población occidental hacía sus instituciones, avergonzar a sus gobiernos, debilitar a la OTAN, a los Estados Unidos y a todo aquel que pueda ser un obstáculo para Rusia”, dijo Matthijs Veenendaal, también investigador del CCDCOE.

 

Enemigos cibernéticos

 

Corea del Norte había sido puesto en duda por el FBI en diciembre de 2014 por su presunta participación en el hackeo de los servidores de Sony Pictures.

 

El mismo año, cinco militares chinos fueron acusados por el espionaje y robo de secretos económicos supuestamente sufridos por las compañías Westinghouse, Alcoa y United States Steel.

 

El cargo contra Rusia, sin embargo, es de una naturaleza diferente.

 

Los ataques de Corea del Norte y China fueron económicos, pero el que sufrió el DNC en la víspera de las elecciones fue más lejos: tocó el funcionamiento de la democracia estadounidense en un contexto de fuertes tensiones entre Moscú y Washington.

 

Y es que, desde hace varios años los repetidos esfuerzos de los rusos para adoptar una resolución sobre la seguridad cibernética en las Naciones Unidas no han tenido éxito.

 

Las discusiones entre Moscú y Washington fueron interrumpidos por las tensiones entre ambas naciones en Ucrania y Siria.

 

Y la acusación hecha por el gobierno de Barak Obama podría posponer indefinidamente estos intentos de apaciguamiento.

 

¿Habrá guerra?

 

Oficialmente, Estados Unidos jamás ha dirigido un ciberataque a los rusos.

 

Y aunque se sabe que al menos dos veces -durante la intervención en Libia y luego en Siria– la hipótesis de ataques cibernéticos fue concebida como un complemento a las operaciones militares convencionales, los estadounidenses son reacios a formalizar la ciberguerra.

 

En ambas ocasiones esta hipótesis fue rechazada, tanto por razones operativas como geoestratégicas.

 

Sin embargo, en esta ocasión podría ser distinto.

 

El domingo, el actual vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en una entrevista  que su país respondería a los ciberataques procedentes de Rusia, pero no entregó mayores detalles. 

 

“Estamos enviando un mensaje”, afirmó en el programa “Meet the Press” de NBC.

 

Y la sola intención, tuvo reacciones del lado ruso.

 

Andrei Krustkij, embajador especial para Asuntos de Cooperación Internacional en materia de seguridad informática respondió que eso sería “jugar con fuego”.

 

“¿Estados Unidos se prepara para una guerra cibernética y nos quiere intimidar? Es una ingenuidad e irresponsabilidad de su parte. Están tratando de jugar con fuego, pero pueden quemar la casa”, advirtió Krustkij.

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