El presidente mexicano dedicó varias de sus conferencias matutinas para criticar a la presidenta de Perú, Dina Boluarte

Perú y México se encuentran en un vaivén político

Las posturas del Gobierno de México sobre la crisis actual en Perú terminaron en un ultimátum para el embajador Pablo Monroy

En apenas un mes, el presidente Andrés Manuel López Obrador pasó de suspender la Cumbre de la Alianza del Pacífico por la ausencia de su homólogo Pedro Castillo, a que el nuevo Gobierno de Perú expulsara al embajador mexicano en su país. Todo, mientras la administración mexicana mantiene posturas críticas con respecto a la actual crisis política que vive el país andino.

A finales de noviembre, López Obrador anunció la suspensión de la Cumbre de la Alianza, que se realizaría en México el día 25 del mismo mes, luego de que el Congreso de Perú, de mayoría opositora, no le permitiera a Castillo asistir al encuentro donde asumiría la presidencia pro tempore de la organización.

“No le dieron permiso porque no lo han dejado gobernar y están afectando con esa actitud, pienso, lo digo de manera respetuosa, al país”, dijo López Obrador el 23 de noviembre, después de que la oposición ya había sometido a Castillo a tres procesos de destitución en apenas año y medio de tomar posesión.

Fue entonces que iniciaron las acusaciones contra el Gobierno mexicano por supuesto injerencismo, pues legisladores de Fuerza Popular, el partido de la familia Fujimori, denunciaron que el embajador Pablo Monroy cabildeó en el Congreso de Perú el permiso para que Castillo viajara a la Cumbre.

Ana Cecilia Garvais, canciller de Perú, fue quien informó que el embajador mexicano era persona non grata
Ana Cecilia Garvais, canciller de Perú, fue quien informó que el embajador mexicano era persona non grata

 

En las reuniones bilaterales que López Obrador sostuvo con los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia, Gustavo Petro, los otros miembros de la Alianza Pacífico, se acordó realizar la Cumbre el 14 de diciembre en Lima.

Sin embargo, el encuentro fue pospuesto nuevamente de manera indefinida, pues el 7 de diciembre Castillo ordenó disolver el Congreso de su país y decretó Estado de Excepción con miras a una asamblea constituyente. Horas después, fue destituido y aprehendido en su intento de llegar a la Embajada mexicana, mientras Dina Boluarte, su vicepresidenta, lo relevó en el cargo.

Ante ese hecho, López Obrador acusó que “desde que ganó legal, legítimamente Pedro Castillo, fue víctima de acoso y de confrontación” porque su victoria no fue aceptada por sus adversarios, sobre todo las élites económicas y políticas, confirmando con ello el ofrecimiento de asilo político a Castillo y el no reconocimiento a Boluarte, amparándose en la doctrina diplomática mexicana para ambas decisiones.

Para el 12 de diciembre, México, Argentina, Colombia y Bolivia, pidieron de forma conjunta que se respetara la elección de Castillo y condenaron la represión a las protestas populares. Esto valió que Gladys Echaíz, legisladora del partido ultraderechista Renovación Popular, propusiera declarar persona non grata a López Obrador.

El presidente mexicano dedicó varias de sus conferencias matutinas para criticar a Boluarte por declarar un Estado de Excepción ante las protestas, por reunirse con Lisa Kenna, embajadora estadounidense y exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y por no convocar a elecciones generales para solucionar la crisis en Perú.

El 20 de diciembre, el Gobierno peruano otorgó un salvoconducto a la familia de Castillo para asilarse en México al mismo tiempo que expulsó al embajador Monroy. Al respecto, López Obrador lamentó esa “medida arbitraria” y elogió al embajador por defender el derecho de asilo y por gestionar el regreso de los mexicanos en Perú.

La doctrina de AMLO y sus polémicas

Si bien el presidente López Obrador defiende que la política exterior de su Gobierno se lleva a cabo en apego a los principios constitucionales y a la doctrina Estrada, también ha protagonizado polémicas internacionales, siendo quizás la más destacada la “pausa diplomática” con España por los agravios desde la Conquista hasta el llamado periodo neoliberal.

En marzo de 2019, envió una carta al Rey de España y al papa Francisco solicitando que, junto a él como jefe del Estado mexicano, se ofreciera una disculpa a los pueblos indígenas por la Conquista y los actos represivos cometidos tras la Independencia, lo que desató una serie de debates y críticas en ambos países.

Para febrero de 2022, el político tabasqueño consideró que lo mejor sería pausar la relación bilateral con España ante los los “negocios jugosos” de empresas españolas al amparo de Gobiernos mexicanos.

Aunque España dio por concluida la pausa en noviembre, López Obrador confirmó que seguía porque “no hay de su parte una actitud de respeto”, pues el rey Felipe ni siquiera contestó su carta.

Además de esto, se recuerda la intervención de México tras el golpe de Estado de 2019 en Bolivia, cuando se envió un avión de la Fuerza Aérea a rescatar al expresidente Evo Morales. Más recientemente, López Obrador condenó el proceso judicial a la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Por si esto fuera poco, también aboga por la integración del continente americano al mismo tiempo que reclama a Estados Unidos poner fin a su doctrina Monroe y al llamado Destino Manifiesto para dar paso a una nueva etapa de respeto a las soberanías, propuesta que hará a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en su encuentro el próximo 9 de enero.

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