El reto de Podemos

La inobjetable victoria de Pablo Iglesias sobre Íñigo Errejón en la segunda asamblea ciudadana de Podemos el pasado fin de semana, abre una nueva etapa en la vida del partido emergente de España, y termina con los focos de oposición al interior.

Ahora, con el control del partido, Iglesias tiene vía libre para impulsar la versión más radical de Podemos, más izquierdista y más de confrontación, frente al giro que le pretendía dar Errejón, un partido más moderado y abierto al diálogo.

“Hay un mandato unánime para este Consejo Ciudadano, y para este secretario general. Unidad y humildad”
Pablo IglesiasEn su discurso tras la elección de Podemos
Con el giro radical de Podemos, el PSOE podría aprovechar para posicionarse como la alternativa opositora más moderada y confiable 

La inobjetable victoria de Pablo Iglesias sobre Íñigo Errejón en la segunda asamblea ciudadana de Podemos el pasado fin de semana, abre una nueva etapa en la vida del partido emergente de España, y termina con los focos de oposición al interior.

Ahora, con el control del partido, Iglesias tiene vía libre para impulsar la versión más radical de Podemos, más izquierdista y más de confrontación, frente al giro que le pretendía dar Errejón, un partido más moderado y abierto al diálogo.

A pesar de que en público parecieron dejar por un lado sus diferencias en aras de la unidad del partido, y aunque Iglesias declaró que quiere a Errejón “en primera línea”, lo cierto es que en los próximos meses podríamos asistir a una purga al interior de Podemos.

Los propios personajes aclararon que los desencuentros entre la dirección del partido y los opositores era en la estrategia, no en la ideología, ni en políticas concretas, pero en los últimos meses se fue abriendo una brecha entre Iglesias y Errejón y hubo visos de polarización al interior de Podemos.

Iglesias ya lo había anunciado previo a la asamblea de Podemos, o lo ganaba todo o se marchaba. Y por los resultados obtenidos tal parece que las bases lo respaldaron, más de 155 mil personas participaron.

No solo fue reelecto como secretario general con una votación abrumadora de un 89 por ciento, sino que logró el control de un 60 por ciento de los puestos de la dirección, y sobre todo, la aprobación de sus estatutos, que permitirá que Podemos siga siendo presidencialista, lo que le otorga amplios poderes a Iglesias.

El reto que tiene por delante no es menor, pues a pesar de los intentos de mandar mensajes de unidad hacia el exterior, al interior el partido luce fracturado debido al encono de los últimos meses.

Por su parte, Íñigo Errejón, quien ya ha dejado de ser en la práctica el número dos en Podemos, tendrá que replantear su estrategia junto con sus seguidores:  si se sumarán al proyecto radical de Iglesias sin reservas o propiciarán el debate interno en vías de pluralidad.

El papel como oposición

Con Pablo Iglesias tomando el control de Podemos, se impone también la agenda de un partido de oposición más radical, que mantendrá el rumbo de los últimos meses, en una confrontación abierta a lo que han llamado “la gran coalición” entre el PP, PSOE y Ciudadanos.

Aún con los resultados de las elecciones Parlamentarias en España, donde Podemos se confirma como la tercer fuerza política, con una importante presencia legislativa, Iglesias quiere continuar con el activismo y la protesta a pie de calle, la confrontación, aunque eso signifique quedar fuera de los acuerdos.

Éste era precisamente el mayor punto de conflicto entre Iglesias y Errejón, pues éste último pedía un cambio en el rumbo del partido, basado en recuperar la iniciativa parlamentaria, dejar de lado la protesta beligerante y propiciar acuerdos con otras fuerzas.

Sin embargo Iglesias, argumentando que los militantes de Podemos no pueden parecerse jamás a la vieja clase política, desechaba estas propuestas, asegurando que su partido ya está siendo útil como oposición poniendo en la agenda temas y acuerdos que han sido retomados por otras fuerzas políticas.

El resultado del domingo pasado también confirma que el rumbo que quisieran los votantes de Podemos es diferente que el que quieren sus bases, pues aquellos que dieron su voto en los pasados procesos electorales habrían preferido una versión más moderada.

Esta situación fue visible en el conflicto político que atravesó España en 2016, cuando fue necesario llamar a nuevas elecciones ante la falta de consenso para la formación de gobierno.

Durante las negociaciones, una hipotética alianza de Podemos con el PSOE, de centro izquierda, pudo romper la parálisis y terminar con el mandato de Rajoy, sin embargo, las posiciones encontradas entre ambos liderazgos no permitieron que se materializara.

El papel de Podemos seguirá siendo el del principal opositor del gobierno y del oficialismo, porque eso es lo que pidieron sus bases, pero se desconocen las repercusiones que esta postura beligerante tendrá para el futuro del partido.

Oportunidad para el PSOE

El escenario podría ser propicio para el Partido Socialista Obrero Español, el PSOE, que buscaría aprovechar este giro a la izquierda más radical para buscar posicionarse como la alternativa opositora más moderada y confiable.

El partido de centro izquierda, cuya dirección está bajo una Comisión Gestora, tendrá su Congreso Federal el próximo junio. El año pasado, su entonces dirigente Pedro Sánchez buscó en dos ocasiones la investidura sin éxito alguno, además de no poder negociar con otras fuerzas políticas.

Sánchez buscará nuevamente la dirigencia del PSOE en junio próximo, y también se ha apuntado Susana Díaz, secretaria del Partido en Andalucía.

Si el PSOE logra salir del Congreso con cierta unidad, podría posicionarse como la verdadera “oposición útil”, alejada de los dogmas socialistas y populistas de Podemos.

Tanto simpatizantes de Sánchez y Díaz coinciden en que el radicalismo de Podemos puede ser benéfico para el PSOE, sin embargo, el éxito futuro del partido depende en primer lugar de ellos mismos, que sobrevivan y salgan fortalecidos de sus conflictos internos.

El líder

Pablo Iglesias tomará el control de Podemos, con su mayoría absoluta en puestos de dirección:

>155,275 personas participaron en la votación para definir la dirección de Podemos
>89 por ciento votó por Pablo Iglesias para ser secretario general
>60 por ciento de los puestos de la dirección controlará Pablo Iglesias

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