El haber perdido las elecciones del grupo constituyente va a generar una crisis muy fuerte para el gobierno del presidente Boric. Foto: Especial

Nueva Constitución de Chile será redactada por una mayoría de derechistas

Con mayoría de votos, representantes conservadores del Partido Republicano de Chile consiguieron 23 de los 51 lugares reservados para quienes escribirán la nueva Constitución de su país; un golpe para el gobierno de Gabriel Boric ante la posibilidad de que el borrador se asemeje a la actual Carta Magna

La población chilena tiene a los redactores de su nueva Constitución, la mayoría de ellos de ideología derechista del Partido Republicano.

La selección se dio tras una votación nacional este domingo, generando una controversia con los resultados, debido a que mientras el gobierno del país está liderado por un jefe de Estado y gabinete de izquierda, la Carta Magna que posiblemente dirija al país será escrita por conservadores que no ganaron las elecciones generales.

De acuerdo con datos recopilados ayer por el Servicio Electoral de Chile, con el 35.41 por ciento de los votos, el Partido Republicano tendrá 23 de los 51 consejeros que redactarán la nueva Constitución.

Por su parte, con el 28.59 por ciento de los votos, el partido de izquierda Unidad para Chile tendrá a 17 consejeros, mientras que el de centro-derecha, Chile Seguro, contará con 11 representantes tras obtener el 21.67 por ciento del respaldo electoral.

Para el doctor Fernando Neira, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, sin duda fue “un resultado sorpresivo” saber que los derechistas ganaron mayoría en el grupo de redacción, pues eso podría llevar a que no haya cambios significativos dentro de la nueva ley fundamental de Chile.

“Se debe respetar la decisión de los chilenos porque así es la democracia; sin embargo, ya veremos en qué tanto se diferencia esta nueva Constitución con la redactada durante el periodo de (Augusto) Pinochet”, remarca.

Fue en 1980 cuando se aprobó la Carta Magna que aún está vigente en Chile, y aunque está integrada por artículos que respaldan los derechos de su población, no todas las personas que habitan el país están representadas dentro de la misma, como los integrantes de las comunidades indígenas.

Así tampoco, dentro de la actual ley fundamental las mujeres disfrutan de derechos como la igualdad o la libertad para elegir lo que desean hacer con sus cuerpos.

Con una mayoría de derechistas liderando el grupo constituyente, es poco probable que esos cambios se den en la nueva Constitución, aunque habrá que esperar cuando el borrador salga a la luz.

En una entrevista para el medio nacional Emol TV, Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, llamó a la población chilena a no tomar decisiones apresuradas antes de que inicie el proceso de redacción, pues desde su perspectiva sí habrá muchos acuerdos con los izquierdistas durante su trabajo en conjunto, aunque también debates.

“Llamo también a los representantes de izquierda a no empezar este trabajo pensando en rechazar nuestras posturas o pensando que son un error (…) Sabremos encontrar acuerdos para avanzar con las fuerzas políticas que se pronuncien al respecto”, detalló.

De acuerdo con Squella, será en aproximadamente 30 días que comenzará la redacción de la Constitución. Mientras eso ocurre, aseguró que los redactores de su partido se estarán preparando con algunas dinámicas.

Una crisis para Boric

Después de que se dio a conocer la ventaja de los derechistas en el grupo constituyente, el presidente Gabriel Boric le pidió a los redactores trabajar por una Constitución que “represente de la mejor manera posible los anhelos y el tipo de país en el que los chilenos quieren vivir en las próximas décadas”.

En el dado caso de que la nueva Constitución no genere garantías para las minorías y las nuevas generaciones, el gobierno de Boric estará limitado a impulsar sus políticas de campaña, como darle a las mujeres un panorama de igualdad para su desarrollo profesional, hacer que los campesinos ganen lo que les corresponde, y que los adultos mayores tenga una vejez digna con mejores pensiones, entre otros temas.

“(La Carta Magna) debe ser pensada para la generación que habita nuestra patria y para las generaciones futuras, debe ser una Constitución que dure décadas y, por lo tanto, debemos ser capaces de cerrar exitosamente este debate (…) Como presidente, les invito a actuar con sabiduría y con templanza”, declaró el mandatario.

Desde la perspectiva del doctor Fernando Neira, el haber perdido las elecciones del grupo constituyente va a generar una crisis muy fuerte para el gobierno del presidente Boric, tomando en cuenta que esta es la segunda vez que se redacta una nueva Constitución en el país.

La segunda oportunidad

Aunque en 2020 el 78 por ciento de la población chilena le dio el visto bueno al inicio de una nueva Carta Magna y un año más tarde se eligieron a quienes redactarían su contenido, en septiembre del año pasado el borrador de la nueva ley fundamental fue rechazado con el 61.87 por ciento de los votos.

Entre otras cosas, la nueva Constitución velaba, en sus 388 artículos y 11 capítulos, por los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTI+, de los campesinos, los adultos mayores, la lucha contra el cambio climático y la democracia.

Aunque con el primer rechazo el presidente Gabriel Boric se dijo esperanzado de volver a iniciar otro grupo constituyente, si la nueva Constitución no vuelve a ser aceptada, crear una ley fundamental podría convertirse en uno de los principales retos para el mandatario e incluso en un tema a heredar para su sucesor.

Al igual que con el anterior borrador, la redacción de la nueva Constitución se pondrá a votación a nivel nacional para recibir, o no, la aprobación de los chilenos.

La nueva Constitución se someterá a un plebiscito el próximo 17 de diciembre, por lo que le da a los redactores hasta siete meses para cumplir su objetivo. En caso de su aceptación, podría entrar en vigor el siguiente año, o de lo contrario el gobierno podría emitir una tercera jornada electoral para elegir a un nuevo grupo constituyente.