No quieren ser clientes

Chile, Quebec, California y España tienen en la actualidad algo en común.
En todos esos lugares se está intentando imponer un aumento de tasas en la universidad pública.

En este momento de crisis económica mundial, lo primero que se ataca y se recorta son los presupuestos de ámbitos clave en el estado del bienestar, como la sanidad y la educación

Chile, Quebec, California y España tienen en la actualidad algo en común.
En todos esos lugares se está intentando imponer un aumento de tasas en la universidad pública.

En Chile, donde funcionan por préstamos, se ha conseguido que el Gobierno reduzca la tasa de interés y no sean los bancos los que los concedan, pero los estudiantes insisten en que no quieren que la educación se trate como un bien de consumo.

Este tipo de conflictos en la universidad no son nuevos.

Sin embargo, cada vez que los gobiernos dan un paso más en la privatización, tienen que enfrentarse con un estudiantado crítico, que considera su formación como un bien sagrado en el que no caben criterios de rentabilidad.

En este momento de crisis económica mundial, lo primero que se ataca y se recorta son los presupuestos de ámbitos clave en el estado del bienestar, como la sanidad y la educación.

Esto explica por qué ahora resurgen este tipo de movilizaciones. Conoce cada uno en profundidad y cómo se está respondiendo en cada lugar.

Contra el alza en las matrículas

Cuatro son los actores que están protagonizando la movilización por la universidad pública en la provincia canadiense de Quebec: la Federación de estudiantes colegiale (FECQ), la Federación de estudiantes universitarios de Quebec (FEUQ), la Mesa de Concertación de Quebec Estudiante (TACEQ) y la CLASSE.

Esta última fue expulsada de la mesa de negociaciones, lo que provocó una manifestación  de unas 10 mil personas en el centro de Montreal que terminó con 85 arrestos, heridos –entre ellos tres policías-, vandalismo y gas pimienta. También hubo manifestaciones en Gatineau y Sherbrooke.

Pero dejando a un lado este conflicto, el lunes 30 de abril  se inició la doceava semana de huelga.

Se calcula que unos 175 mil estudiantes participaron en las últimas marchas de una población de ocho millones de personas que conforman la provincia.

El motivo de estas movilizaciones masivas radica en que el gobierno pretende aumentar las cuotas a casi cuatro mil dólares para frenar el déficit.

En concreto, la propuesta inicial pasaba por aumentar los derechos de escolaridad en mil 625 dólares en cinco años, 325 dólares por año.

Tras las primeras movilizaciones, el Primer Ministro Charest propuso distribuir el aumento en siete años.

Pero curiosamente, aunque el aumento se tradujese en 255 dólares por año, el aumento total ascendía a mil 785 dólares.

Aunque su propuesta también contaba con 39 millones de dólares para becas, los 181 grupos que representan a más de 170 mil estudiantes, reafirmaron su petición de congelar las matrículas y su oposición a una medida que quiere elevar los costes de educación superior en un 50 por ciento en 5 años.

El director general de la Conferencia de Rectores y Directores de las Universidades de Quebe

c (CREPUQ), Daniel Zizian, rechazó las propuestas de los estudiantes.

Movilizados por el “tasazo”

En España también se han producido protestas por el apodado “tasazo”.

Ahí las tasas han aumentado un 66 por ciento, lo que supone un incremento medio de 540 euros, sin contar los aumentos en segundas y terceras matrículas.

En total, el gobierno de Mariano Rajoy ya ha recortado más de 10 mil millones en sanidad y educación.

Las respuestas no se han hecho esperar. Para el próximo día 22 de mayo los principales sindicatos que representan a los docentes españoles, junto con la Confederación Estatal de Asociaciones de Padres y Madres (Ceapa) y el Sindicato de Estudiantes han convocado una huelga general en todos los sectores del sistema educativo.

Pedirán el cese del ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Pero además, desde la plataforma que coordina al movimiento estudiantil de las universidades públicas de Madrid, Toma la Facultad, se han convocado encierros en bibliotecas bajo el lema #tomalabiblio, como símbolo de rechazo.

El primer encierro tuvo lugar en la Biblioteca María Zambrano de la Universidad Complutense de Madrid el pasado 25 de abril. El segundo, la noche del 7 de mayo en la biblioteca de Humanidades de la Universidad Autónoma de Madrid.

En un comunicado publicado en la página oficial de Toma la facultad, estudiantes de este centro, expusieron los motivos de su encierro, el rechazo al Real Decreto Ley 14/2012 aprobado por el Consejo de Ministros el 20 de abril. Mediante este decreto, quedaban fijadas las cifras de los recortes que se aplicarían en el ámbito educativo.

Además, afirmaban que la reforma implica “una regulación intrusiva de aspectos fundamentales que vulneran la norma constitucional de la autonomía universitaria”.

Sin embargo, estos recortes, si bien son considerados por parte de la comunidad universitaria como desproporcionados, no toman por sorpresa a parte del estudiantado, que ya venía alertando sobre la Estrategia Universidad 2015.

Este plan conlleva, entre otras cosas,  eliminación de carreras consideradas poco rentables y la pérdida de gobernanza de la institución por parte de la comunidad  universitaria.
En Barcelona, el pasado 3 de mayo  también hubo manifestaciones.

Según los organizadores, miembros de la Plataforma en Defensa de la Universidad

Pública,unos 20. mil estudiantes. Según la policía, unos 7 mil 500.

Hambre contra los “tijeretazos”

El viernes 4 de mayo, estudiantes de seis facultades de la Universidad Estatal de California se pusieron en huelga de hambre indefinida por el alza de las matrículas que, en la última década ha sido del 318 por ciento., según el portal LibreRed.net.

Además, exigían la congelación de las matrículas, la rebaja de los altos salarios de los funcionarios de la administración de la Casa de Estudio y denunciaron los recortes de un millón de dólares al presupuesto de 23 facultades de la universidad.

En reacción a esto, el presidente de la Cámara Baja, John Pérez, propuso cancelar las excepciones tributarias a empresas para crear un fondo con el que  se pueda reducir una tercera parte del costo de las matriculas.

Pero si no se aprueba el Acta de la clase media de California, la Universidad Estatal y la Universidad de California serán atacadas con un recorte de 200 millones de dólares. Además, los colegios universitarios sufrirán un tijeretazo de 298 millones de dólares.