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Lloran de ‘alegría’

En las últimas semanas, Brasil y Turquía han acaparado las atención internacional debido a la ola de insurrecciones sociales contra sus gobiernos.

Pero, a diferencia de trágicos casos en los que el régimen gubernamental en turno decide reprimir de manera violenta y letal a los manifestantes –como en el caso de Siria y Egipto al inicio de la Primavera Árabe–, turcos y cariocas han sido víctimas de un método que va aumento: el uso del gas lacrimógeno.

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muertes relacionadas con el gas lacrimógeno han ocurrido en el reino de Bahrein
Turquía acumuló los últimos 12 años un total de 628 toneladas de gas lacrimógeno en su reserva
En países como España, el gobierno ha recortado el gasto pero aumentado la compra de gas lacrimógeno

En las últimas semanas, Brasil y Turquía han acaparado las atención internacional debido a la ola de insurrecciones sociales contra sus gobiernos.

Pero, a diferencia de trágicos casos en los que el régimen gubernamental en turno decide reprimir de manera violenta y letal a los manifestantes –como en el caso de Siria y Egipto al inicio de la Primavera Árabe–, turcos y cariocas han sido víctimas de un método que va aumento: el uso del gas lacrimógeno.

Los mayores beneficiados son las industrias productoras de estos artefactos, quienes han duplicado y hasta triplicado sus ventas gracias a la situación interna de países en conflicto.

En el renglón de la austeridad, los recortes gubernamentales en países con crisis económicas van de la mano con el aumento en el gasto administrativo en gas lacrimógeno.

Mientras los mandatarios mutilan a la burocracia y otros rubros de bienestar social, la compra de esta arma sube como la espuma.

Protestas: mina de oro

Si no puedes eliminar al enemigo, dispérsalo. Esa ha sido la estrategia de las autoridades de Brasil en Río de Janeiro, Brasilia y Belo Horizonte, y de Turquía en el desalojo del Parque Gezi en Estambul.

El país turco había disfrutado los últimos años de una aparente estabilidad dentro de sus fronteras.

La nación fundada por Mustafa Kemal Ataturk parecía curada de las erupciones que se esparcieron como mancha de tinta en 2011 en Túnez, Libia, Egipto, Siria, Bahréin y Jordania.

No obstante, pareciera que el gobierno estaba listo en caso de que la sociedad turca emulara a los anteriores ejemplos.

Durante los últimos 12 años, el gobierno de Ankara compró 21 millones de dólares en gas lacrimógeno y gas pimienta, el equivalente a 628 toneladas del químico, reportó la agencia de noticias estatal rusa RT, citando al diario turco Sozcu.

“Cuando tienes 62 toneladas de gas lacrimógeno en reserva, es solo cuestión de tiempo que lo vayas a utilizar”, escribió al respecto Jon Queally del sitio Common Dreams.

Y contra todo pronóstico,  una serie de protestas en Estambul se expandieron hasta provocar una reacción generalizada contra el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.

Brasil, por su parte, está al borde del colapso después de que mares de personas se han lanzado a las calles a expresar su descontento, en plena celebración de la Copa Confederaciones, la antesala al Mundial de Futbol de 2014.

Los brasileños interrumpieron los planes del gobierno de Dilma Rousseff y han manifestado su descontento por el alza en las tarifas de transporte público, la corrupción burocrática y el supuesto mal manejo de los recursos con tal de satisfacer los requisitos de la FIFA.

Los intentos de boicotear los partidos entre los equipos representativos de México, Italia, Brasil y Japón, aparte de las manifestaciones multitudinarias en diferentes puntos del país carioca, han sido brutalmente dispersadas con gas pimienta y balas de goma.

¿Los ganadores de esta fórmula? Empresas brasileñas, norteamericanas e israelíes dedicadas a elaborar estas armas.

El gas lacrimógeno manufacturado por las principales compañías de Estados Unidos ha sido utilizados en zonas donde conflictivas.

Entre ellas está Defense Technology/Federal Laboratories, uno de los mayores surtidores de esta sustancia en el mundo y cuyo fundador fue el veterano de la Primera Guerra Mundial, Scott Olsen, quien progresó gracias a la donación de muestras proporcionadas por el Servicio de Armas Químicas de Estados Unidos.

De igual forma, encontramos Combined Systems, Inc., industria privada que ha surtido a países como Túnez, Yemen, Alemania, Países Bajos, India, Timor Oriental, Argentina, Tailandia, Camerún, y cuyos principales clientes son Egipto e Israel, de acuerdo a un reporte del sitio The Occupied Wall Street Journal.

Por último, tenemos al distribuidor gubernamental Ventas Militares Extranjeras (FMS, por sus siglas en inglés).

FMS es administrado por una agencia del Pentágono y se dedica a entablar contacto directo con gobiernos extranjeros.

Los tres principales compradores de esta compañía en 2010 fueron Egipto (compró 2.45 mil millones de dólares), seguido de Israel y Kuwait  (3.95 y 1.6 mil millones de dólares, respectivamente).

Y mientras el gobierno español del presidente Mariano Rajoy planea cercenar el gasto en todas las áreas de su administración, con el material antidisturbios sucede lo contrario.

El gasto pasó de 173 mil euros a más de 3 millones en 2013.

¿Debería ser ilegal?

El gas lacrimógeno, en términos simples, es un arma química.

El uso de esta categoría de armamento en conflictos bélicos es reprobado por la comunidad internacional.

Basta mencionar que Barack Obama puso como límite para intervenir en la guerra civil de Siria el empleo de arsenal químico contra la población civil, situación que de momento no se ha podido comprobar si ha ocurrido.

Sin embargo, el gas lacrimógeno no ha sido prohibido por ningún organismo salvo, irónicamente, dentro de la guerra.

En 1993, la Convención de Armas químicas no restringió el uso doméstico de dicha sustancia, por lo que puede ser abiertamente utilizado para dispersar protestas o disturbios.

No obstante, existen casos en los que dicha sustancia ha sido mortal. Tal es el caso de la muerte de 50 palestinos por inhalación a finales de la década de los 80’s.

En conjunto, impacto de los recientes eventos de protestas que se han gestado a lo largo del mundo se ha traducido en jugosas ganancias que las corporaciones dedicadas a esta industria.

¿Qué es el gas lacrimógeno?

-Es un compuesto químico llamado 2-clorobenzalmalononitril, o CS, el cual se mezcla con humo para crear un agente aerotransportado.
 
-Expuesto en espacios abiertos puede causar a las víctimas lagrimeo, parpadeo incontrolable, quemazón de garganta, estornudo, tos, náuseas y en ocasiones, ceguera temporal.
 
-En espacios cerrados, el efecto es mucho más serio, ya que el compuesto se concentra y puede causar la muerte.