En esta imagen, tomada el 30 de junio de 2018, cientos de miles de personas participan en la llamada "Marcha de las Flores" para recordar a los niños asesinados en los disturbios de los dos últimos meses, en Managua, Nicaragua. (AP Foto/Alfredo Zúñiga)

Las reacciones en el mundo por la tensión política en Nicaragua

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció que ya suman 264 muertos y mil 800 heridos desde que comenzaron las protestas

Las manifestaciones en Nicaragua continúan y la comunidad internacional ya ha alzado la voz para que la violencia cese y el presidente Daniel Ortega tome acciones al respecto.

El secretario general de la ONU, António Guterres, instó al Gobierno de ese país a que termine con la violencia que ha dejado cientos de muertos y miles de heridos.

“Es esencial que se revitalice el diálogo nacional. La ONU se pone a disposición para ser mediador en este poroceso”, expuso Guterres el lunes.

Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, tachó de inadmisibles las acusaciones sobre desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias e intimidaciones contra periodistas durante las manifestantes.

Por su parte, Estados Unidos ha instado al gobierno de Ortega a “reactivar el dialogo nacional” y  participar en negociaciones pacificas para efectuar reformas democráticas “inmediatamente”.

En México, la Universidad Nacional Autónoma de México expresó su preocupación por la ocupación de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en Managua, y pidió a las autoridades respetar la autonomía de la misma.

Autoridades mexicanas firmaron, junto con 12 países más, la Declaración Especial sobre la situación en la República de Nicaragua, donde condenaron los graves y “reiterados hechos de violencia” que se vienen produciendo en esa nación.

La declaración fue emitida por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Oriental del Uruguay.

En ella expresaron su preocupación por la violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y su más firme condena a los graves y reiterados hechos de violencia que se vienen produciendo, la represión y violencia contra estudiantes y miembros de la sociedad civil, así como la tardanza en brindar asistencia médica urgente a los heridos.

Además, exigen el cese inmediato a los actos de violencia, intimidación y amenazas dirigidas a la sociedad nicaragüense, y el desmantelamiento de los grupos paramilitares.

Además, instaron a reactivar el diálogo nacional en Nicaragua, dentro de un clima de respeto a las libertades fundamentales, que involucre a todas las partes para generar soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se vive en el país y el fortalecimiento de la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho en ese país.

Los 13 países firmantes expresaron su apoyo a la Conferencia Episcopal de Nicaragua para que continúe sus trabajos en pro de la búsqueda y promoción de soluciones del conflicto y en el respeto de los derechos humanos de los nicaragüenses.

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