Fractura militar

La sublevación coordinada por Juan Guaidó demostró que las Fuerzas Armadas de Venezuela están divididas, pero el líder opositor aún no tiene el apoyo suficiente para legitimar su autoproclamación como presidente

Venezuela es un país dividido en distintos planos y esa fragmentación llegó hasta sus fuerzas armadas esta semana. Un grupo de militares venezolanos se sublevó el martes contra el presidente Nicolás Maduro y en apoyo al líder opositor Juan Guaidó, quien advirtió que no habrá vuelta atrás hasta lograr la caída del jefe de Estado socialista.

Guaidó anunció la sublevación en un video que fue grabado en La Carlota, principal base aérea del país. El líder apareció con un grupo de uniformados y su copartidario Leopoldo López, quien aseguró fue liberado por militares de su prisión domiciliaria.

“Hoy, valientes soldados, valientes patriotas, valientes hombres apegados a la Constitución han acudido a nuestro llamado, hemos acudido también al llamado, nos hemos encontrado definitivamente en las calles”, aseguró más temprano Guaidó, quien llamó a toda la fuerza armada a apoyar el movimiento.

Los insurrectos estaban rodeados por miles de manifestantes que llegaban en su apoyo a la base aérea de La Carlota. Los militares leales a Guaidó se identificaron con cintas azules para no confundirse con las tropas chavistas que usan tradicionalmente el rojo.

El analista político Juan Pablo Galicia explica que Guaidó encabezó el levantamiento militar porque una de las cuestiones en las que más flaquea su gobierno o liderazgo es que no tiene el mando efectivo ni una fuerza armada.

“Guaidó no tiene policía ni ejército que le permita que más allá de la formalidad y de las cuestiones más rituales y simbólicas pueda detentar el mando en los hechos”
Juan Pablo GaliciaAnalista político

Galicia agrega que Guaidó quiso que algunos militares se le sumaran simbólicamente para atraer a otros integrantes de las fuerzas armadas sobre todo porque en las sociedades latinoamericanos el ejército representa no sólo poder real, sino también autoridad moral.

Aunque el líder opositor llamó a la fuerza armada a sumarse al levantamiento, la cúpula militar reiteró lealtad a Maduro y 25 insurrectos terminaron pidiendo asilo en la embajada de Brasil.

Leopoldo López, liberado por los rebeldes de su prisión domiciliaria y con quien Guaidó lideró la sublevación, también se asiló en la representación de España.

El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, manifestó que la situación está controlada y que el levantamiento es obra de una pequeña fracción de la Fuerza Armada y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).

“Generaron una alarma de un golpe en Venezuela, pero no lo lograron porque hay una cohesión con nuestros militares”, afirmó Cabello, quien llamó a movilizarse hacia el palacio de Miraflores en apoyo a Maduro.

Guaidó reconoció este miércoles que el apoyo que obtuvo el martes de las fuerzas armadas no fue suficiente para legitimar su gobierno.

“Está claro que las fuerzas armadas nos escuchan, pero ayer no fueron suficientes”, dijo Guaidó, en el marco de las concentraciones opositoras que convocó para el 1 de mayo desde El Marqués, en el municipio de Sucre.

Guaidó dijo que la oposición necesita incrementar la presión contra Maduro y pide a sus seguidores que tomen medidas para preparar una huelga general.

El mandatario interino reclamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que se manifieste conjuntamente, insistiendo en que él no se está pidiendo un enfrentamiento entre hermanos, sino que se pongan del lado del pueblo venezolano.

El analista político Galicia dice que la fractura entre militares puede provocar una limpia en el interior de las fuerzas armadas por parte del gobierno.

“La fractura le permitirá a Maduro discernir no sólo cuáles son los elementos sino los contingentes en donde hay visos de traición al régimen”, menciona el analista

¿Apoyo militar extranjero?

La sublevación militar coordinada por Guaidó también provocó muchas reacciones en el plano internacional. Los gobiernos de algunos países comunicaron que están dispuestos a apoyar a Maduro o al líder opositor, sin embargo, es complicado que una nación decida apoyar a cualquiera de los dos bandos con fuerzas armadas.

En una ronda de entrevistas y discursos, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo este miércoles que el gobierno de su país está preparado, de ser necesario, para intervenir militarmente en Venezuela.

“El presidente (Donald Trump) ha dejado muy en claro que si la situación lo requiere, la opción militar permanece sobre la mesa y ya hemos visto presencia militar allí. No sólo a los cubanos, sino también los rusos tienen militares sobre el terreno en la zona”, dijo Pompeo en entrevista en Fox Business.

Galicia comenta que es complicado que Estados Unidos intervenga de forma militar porque está tratando de reflejar una imagen de neutralidad y que respalda la transición democrática.

“Estados Unidos quiere que Maduro se vaya, pero no abandona este discurso de neutralidad y de que son los venezolanos los que dan la lucha”, asegura el analista político

En el lado opuesto, Rusia se mantiene como el amigo de Maduro que enfrenta a Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo por teléfono al secretario de Estado estadounidense que “nuevos pasos agresivos” en Venezuela implicarían graves consecuencias, según informó este miércoles la Cancillería rusa.

Lavrov también condenó lo que calificó de “interferencia” de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela, que en su opinión es una violación al derecho internacional. Agregó que la solución a la crisis en el país latinoamericano requiere del diálogo entre todas las fuerzas políticas.

No obstante, ninguna autoridad rusa mencionó información sobre apoyar a Venezuela con agentes militares o armamento, sin embargo, la sublevación dirigida por Guaidó se presenta como un pretexto para avanzar en este sentido.

“Rusia tendría oportunidad de escalar un poco a tener presencia militar visible, quizás no con bandera rusa, pero sí en el sentido de que los propios simpatizantes de Maduro tengan la certeza de que las fuerzas armadas rusas se encuentran en Venezuela”, comenta Galicia.

El conflicto continúa como en los últimos tres meses: sin certezas y con dos líderes que no tienen el apoyo de todos los venezolanos. La diferencia es que ahora los militares participan de forma activa en la ecuación.