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Florida, estado clave

En las próximas semanas, Donald Trump y Hillary Clinton recorrerán un puñado de “swing states”, esos estados que no tienen un candidato claro en las encuestas, pero que son clave para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. 

 

95.3%
de ganar las elecciones le otorga el Huff Post Pollster a Clinton
No quiero que las personas crean que esta elección se ha terminado, porque todo ha sido tan imprevisible hasta ahora, que no tomo nada por sentado. Debemos trabajar muy duro en las tres próximas semanas y media” 
Hillary Clinton Candidata demócrata

En las próximas semanas, Donald Trump y Hillary Clinton recorrerán un puñado de “swing states”, esos estados que no tienen un candidato claro en las encuestas, pero que son clave para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. 

 

En la lista de los 11 estados considerados “cambiantes” por The New York Times, cuatro son los que aparecen más disputados: Carolina del Norte, Nevada, Ohio y Florida, el llamado Sunshine State. 

 

Y dado que las encuestas pueden variar dramáticamente de una semana a otra hasta el punto de no poder predecir quién va ganar, tanto la candidata demócrata, Hillary Clinton, como su oponente republicano, Donald Trump, siguen en disputa con ligeras diferencias en la intención de voto. 

 

Tercer estado más importante de Estados Unidos por su tamaño y población –con más de 20 millones de habitantes– Florida es además el estado que define la elección presidencial. 

 

No hay que olvidar que en Estados Unidos la elección general no es directa, sino que se hace a través del Colegio Electoral. Y cada estado, de acuerdo a su población, entrega un número establecido de electores. 

 

California entrega 55 y siempre vota demócrata; Texas entrega 38 y vota republicano, Nueva York entrega 29 y vota demócrata. Y aunque Florida también aporta 29 electores, nunca se inclinan por el mismo partido.

 

Con sus 29 grandes electores, Florida es históricamente el estado clave más versátil. Fue ahí donde el demócrata Al Gore perdió contra George W. Bush en 2000. Pero también fue ahí donde Barack Obama ganó en 2008 y 2012. 

 

Y si hoy, el Sunshine State es un estado que debe obligadamente ser ganado para el que aspire llegar a la Casa Blanca, Donald Trump debería estar preocupado. 

 

Si bien las encuestas le dan una ligera victoria a Clinton – entre 1 y 3 puntos de margen-, la campaña del candidato republicano pudo haber herido sensibilidades de una buena parte de su población. 

 

Demográficamente, los votantes hispanos representan el 25 por ciento de la población. Los jóvenes de origen cubano que se registran en las listas electorales, van esencialmente hacia las filas demócratas. Y a estos se suman la afluencia de electores puertorriqueños, que son ciudadanos de Estados Unidos, y que tradicionalmente también votan demócrata.

 

Los votantes afroamericanos, que representan el 16 por ciento de la población, pero que son quizá los más difíciles de movilizar, darán su apoyo a la demócrata. Y por último, el electorado “blanco con educación superior”, que votó por Barack Obama en 2012, también le dará la espalda a Donald Trump en esta elección.

 

En ese sentido, la demografía de Florida es, hasta el momento, favorable para que Hillary Clinton pueda ganar el estado.

 

Clinton, segura de su ventaja

 

Clinton, que ha mantenido una campaña más discreta, se siente segura de la ventaja que le dan los últimos sondeos.

 

Después de haber participado en diversas reuniones para recaudar fondos, fue entrevistada en el programa de Ellen DeGeneres en Los Ángeles.

 

“No quiero que las personas crean que esta elección se ha terminado, porque todo ha sido tan imprevisible hasta ahora, que no tomo nada por sentado. Debemos trabajar muy duro en las tres próximas semanas y media”, dijo Clinton durante la entrevista.

 

De acuerdo con el HuffPost Pollster, Clinton tiene el 95.3 por ciento de ganar, mientras que The New York Times le da el 75 por ciento de posibilidades. Por otra parte, el FiveThirtyEight, más prudente que los dos anteriores, no le dan más que el 55.5 por ciento de probabilidades.

 

Clinton se lleva al 51 por ciento de las mujeres y al 46 por ciento de los hombres. Trump tiene el apoyo del 45 por ciento de los hombres y el 42 por ciento de las mujeres. 

 

Además, Clinton se llevaría el voto del 92 por ciento de los demócratas, mientras que Trump ronda el 80 por ciento de los republicanos. Pero, Trump se lleva la delantera con los votantes que están fuera de los grandes partidos, con el 45 por ciento, mientras que Clinton tiene el 36 por ciento de esos votantes.

 

Hillary Clinton invitó a Al Gore, a pesar de una relación que creció tensa durante los últimos años, para que le ayudara a hacer campaña en el estado que le costó la presidencia a él, hace 16 años.

 

La aparición de Gore -la primera de varias programadas para las últimas semanas de la elección presidencial- fue parte de una estrategia de la candidata demócrata para hacer frente al cambio climático y lograr llegar a los votantes jóvenes que no están mostrando el tipo de entusiasmo que sí tuvieron por su antiguo rival, el senador Bernie Sanders.

 

Pero en todo caso, alrededor de las 9 y treinta de la noche del próximo 8 de noviembre, cuando se sepa el resultado de la votación del estado de Florida, podremos poner fin al suspenso que ha girado entorno a quién será el 45º Presidente de Estados Unidos.

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