No hay imagen disponible

El enemigo está en casa

De acuerdo a declaraciones de Federica Mogherini, alta representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y seguridad, todos los atacantes de París identificados hasta el momento son nacionales europeos.

La alta representante subrayó que lo anterior indica que el riesgo está dentro de Europa y representa un asunto de seguridad doméstica. 

Perfil de los atacantes de París

"No podemos dejarlos entrar a este país. Punto”
Donald Trump precandidato republicano
"Nunca hubiéramos pensado que uno de nuestros hermanos podía estar relacionado con este atentado. Pensamos en las víctimas, en las familias de las víctimas"
Mohamed Abdeslamciudadano europeo y hermano de dos de los presuntos terroristas
A pesar de que Barack Obama pidió no relacionar los atentados con la crisis migratoria, 27 gobernadores estadounidenses se han opuesto a recibir a sirios en sus estados

De acuerdo a declaraciones de Federica Mogherini, alta representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y seguridad, todos los atacantes de París identificados hasta el momento son nacionales europeos.

La alta representante subrayó que lo anterior indica que el riesgo está dentro de Europa y representa un asunto de seguridad doméstica. 

Perfil de los atacantes de París

Los terroristas europeos que se inmolaron en el Stade de France y abrieron fuego indistintamente contra varias multitudes en París eran, todos, varones franceses o belgas muy poco educados y de extracción humilde.

Todos, en algún momento de sus vidas, viajaron a Siria para entrenarse en campos controlados por el Estado Islámico. 

Las armas que usaron fueron “cinturones suicidas” y rifles AK47, tecnología comúnmente empleada por los terroristas con menos recursos.

La tosca precisión de los ataques de París difiere, según los analistas, con la profesionalización presente en ataques como los del 11 de septiembre de 2001.

Los terroristas del 9-11 sabían, por ejemplo, volar aviones y todos pertenecían a clases sociales más altas que los europeos que sembraron el terror en las calles de la Ciudad Luz hace unos días.

En París, los franceses de origen árabe sufren muestras de racismo todos los días, desde mucho antes de 2001. 

Estas minorías europeas no se sienten incluidas en la sociedad y muchos han comenzado a recurrir al radicalismo islámico para contrarrestar las frustraciones que enfrentan en su vida diaria.  

La policía de París esta facultada para pedir documentación oficial a cualquier transeúnte que les resulte sospechoso. Normalmente, los ciudadanos que más son detenidos son jóvenes árabes de pocos recursos. 

Hoy, un puñado de estos jóvenes ha llevado a cabo una masacre injustificable y sin precedentes. Todos menos uno, han pagado su crimen con la muerte. 

Los millones de árabes y musulmanes en el mundo tendrán, de ahora en adelante, que pagar por los pecados de estos improvisados terroristas. 

El enfoque de los gobiernos está centrado en aniquilar al Estado Islámico en Siria, pero es innegable la necesidad de atacar también los problemas locales de los musulmanes menos privilegiados. 

Evitar que se siga rompiendo el tejido social es necesario para detener el surgimiento de yihadistas amateurs en toda Europa. 

Estados Unidos pone el ¿ejemplo?

A pesar de que la gran mayoría de los sirios desplazados huyen de la guerra y no forman parte del Estado Islámico, la desconfianza internacional hacia los ciudadanos de ese país ha crecido exponencialmente desde el viernes pasado, particularmente en Estados Unidos. 

En su intervención durante la cumbre del G20 Barack Obama pidió a la comunidad internacional no mezclar el atentado terrorista con la tragedia de los refugiados sirios. Sus palabras no han resonado. 

Veintisiete gobernadores de su país se han pronunciado enérgicamente en contra de recibir a más refugiados sirios en sus Estados. 

La reacción sobrevino rápidamente después de que se filtraron reportes que indicaban que uno de los terroristas que murieron en el Stade de France portaba un pasaporte sirio y había entrado recientemente a Europa por la frontera griega. 

La policía francesa y la comunidad europea no han confirmado esta aseveración y ya se duda su veracidad. 

Es muy posible que el sospechoso muerto haya usado un pasaporte sirio falsificado, pues ya se han encontrado varios documentos de viaje con el mismo nombre. 

Esto no ha hecho retroceder a los gobernadores estadounidenses, todos menos uno, políticos republicanos. Por su parte, varios pre candidatos presidenciales del mismo partido se han sumado al sentimiento anti-sirio. 

Ted Cruz aseguró que sería una locura permitir el ingreso de refugiados musulmanes, pero se pronunció a favor de aceptar a cristianos, quienes según el senador, no representan un riesgo terrorista. 

Cruz y Jeb Bush han propuesto que los refugiados medio orientales presenten un examen para determinar su filiación religiosa y hacer más fácil la identificación “de potenciales terroristas”. 

Donald Trump y otros republicanos han criticado la visión de Obama y consideran que el mandatario prefiere proteger la reputación del Islam en lugar de a los ciudadanos estadounidenses. 

Pero el presidente de Estados Unidos está en lo correcto. Discriminar con base en la religión de un individuo no sólo es moralmente cuestionable sino también inconstitucional.  

Refiriéndose a Cruz, cuya familia entró a EU buscando asilo político tras la revolución cubana, Obama dijo que la propuesta del senador es “vergonzosa”. 

La segunda guerra contra el terror

De acuerdo a las lecciones históricas de la guerra contra el terrorismo, la respuesta del gobierno francés es anacrónica y de acuerdo con las próximas elecciones, la decisión de Hollande tiene también tintes políticos corto plazistas.  

La declaración de guerra de George W. Bush no funcionó. La situación después de una década de iniciar las invasiones a Irak y a Afganistán es mucho peor. ISIS no existía antes del 9-11. 

En su artículo publicado en el diario francés Le Monde, el filósofo francés Edgar Morín indica que la única solución al terrorismo es coadyuvar a la estabilidad política y económica del Medio Oriente al mismo tiempo que se garantiza la justicia social en los suburbios de toda Europa.