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Bancos, ¿corresponsables de la violencia?

El colectivo SMX exige que el banco holandés Rabobank sea castigado por lavar dinero del narcotráfico mexicano. Esta organización pide apoyo a la justicia holandesa para que se considere a las víctimas en los juicios por este delito financiero

Bancos de diferentes lugares del mundo lavan dinero del narcotráfico mexicano en sus sucursales de Estados Unidos y el gobierno de ese país sólo los multa. La justicia estadounidense castiga con sanciones millonarias a estas entidades financieras y cierra los procesos penales sin llevar a prisión a ninguno de los involucrados.

Ante esto, el colectivo SMX, integrado por mexicanos y europeos que residen en Holanda, pide que los castigos a los bancos sean más severos porque muchos mexicanos mueren en situaciones relacionadas con los cárteles de drogas a los que les ofrecen servicios

Bajo la consigna “money laundering is not a victimless crime” o su traducción “en el lavado de dinero hay víctimas”, este colectivo ha intervenido específicamente en el caso de la filial de Calexico del banco holandés Rabobank, entidad que pagará una multa de 370 millones de dólares por lavado de dinero proveniente del narcotráfico en México.

“En el lavado de dinero hay víctimas”
colectivo SMX

SMX lamenta que Estados Unidos cerrara el juicio contra el banco el miércoles pasado sin considerar a las víctimas del narcotráfico. No obstante, el colectivo tenía un respaldo para pedir justicia. Desde febrero de 2017, cuando las agencias estadounidenses ya estaban investigando al banco, solicitó al departamento de justicia holandés que interviniera en el caso.

En entrevista para este medio, Pável Ramírez, fisicomatemático e integrante de SMX, afirma que el colectivo decidió solicitar una investigación adicional a la justicia holandesa porque no quería que el caso cerrara después de una simple sanción ecónomica. Esta organización considera que en el castigo al banco faltó incluir la pérdida humana en el contexto del narcotráfico.

“La muerte, los asesinatos, las desapariciones y el tráfico de personas en la decisión de Estados Unidos no existe, por eso le pedimos a la justicia holandesa que atraiga el caso porque no se puede terminar así… Esto no es suficiente porque se tiene que incluir a las víctimas y tiene que haber una responsabilidad penal, es decir, mientras no haya un castigo para la gente que comete estos crímenes esto va a seguir”.

El integrante del colectivo también menciona que el fallo de la corte en Estados Unidos es muy limitado. Rabobank acepta culpabilidad por dos delitos menores: impedir y obstruir la investigación, pero no hay un señalamiento por “la complicidad que se traduce en violación de derechos humanos”.

El integrante del colectivo también opina que las multas que interpone Estados Unidos no significan nada para un banco tan grande como Rabobank.

“Son cifras importantes pero no sabemos si las están pagando con dinero lavado, entonces quizá no signifique demasiado… El problema es que la estructura de justicia permite esta salida fácil cuando se está hablando de crímenes tan serios”.

A pesar de todo, Ramírez tiene esperanza de que la justicia holandesa pueda defender los derechos humanos de los mexicanos. Argumenta que las posibilidades de que Holanda intervenga son muy altas por los antecedes y las herramientas jurídicas del país sobre derechos humanos y el apoyo de Göran Sluiter, abogado del despacho Prakken D’oliveira que ayudó al colectivo a denunciar al banco holandés.

Este despacho tiene experiencia en otros casos relacionados con derechos humanos, por ejemplo, fue el encargado de interponer un recurso que evitó que el padre de la reina de Holanda entrara al país debido a que estaba vinculado con la dictadura argentina.

“Estamos hablando de abogados con peso importante hacia el derecho de la vida y por eso creemos que esta es una buena oportunidad para el caso”.

Repiten viejas prácticas

No es la primera vez que las autoridades estadounidenses cierran carpeta en un caso de lavado de dinero y los familiares de las víctimas del narcotráfico quedan sin respuestas.

La cantidad que pagará Rabobank sólo será una fracción de los mil 900 millones de dólares que aceptó pagar HSBC en 2012 por lavar dinero al narcotráfico mexicano y colombiano. En cambio, sí es más alta que los 160 millones de dólares que el banco Wachovia entregó a Estados Unidos en 2010.

Los bancos que lavan dinero del narcotráfico siempre se muestran dispuestos a pagar las multas, cooperar en las investigaciones y no volver a caer en el delito. Estas acciones son suficiente para que el gobierno estadounidense no meta a nadie en prisión.

Dichas prácticas fueron muy criticadas cuando HSBC fue multado por lavar dinero del Cártel de Sinaloa, agrupación delictiva entonces dirigida por Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el Chapo Guzmán.

El banco pagó una multa de mil 900 millones de dólares al gobierno estadounidense por enviar desde México millones de dólares a Estados Unidos.

Desde entonces se denunciaba a los bancos por ser corresponsables de la violencia. Cuando los delitos cometidos por HSBC ya estaban olvidados, familiares de estadounidenses asesinados por cárteles mexicanos retomaron el caso.

En 2016, las víctimas demandaron en Texas al banco porque entre 2006 y 2008 sus sucursales en Sinaloa recibieron depósitos por mil 100 millones de dólares provenientes de cárteles que después se transfirieron a Estados Unidos. Esa fue la primera ocasión en la que se levantó una demanda en contra de una empresa por permitir el flujo del dinero de los grupos relacionados con el narcotráfico mexicano.

La demanda se basaba en los mismos documentos que fueron publicados en 2012 como parte de una investigación del Senado estadounidense en la que sólo se decidió multar a HSBC, otra vez sin procesar a los involucrados.

HSBC tampoco fue el primer banco en vincularse con el narcotráfico. A partir de 2006, Estados Unidos comenzó una investigación sobre un avión comprado por el Cártel de Sinaloa. La aeronave fue adquirida con dinero lavado por Wachovia, un banco de Estados Unidos que ahora forma parte de Wells Fargo.

Desde entonces pagar una multa era suficiente para olvidar las acusaciones. Wachovia pagó al gobierno estadounidense 110 millones de dólares por haber permitido transacciones vinculadas al narcotráfico y se olvidó del caso.

Desde los primeros incidentes de lavado de dinero del narcotráfico, el gobierno estadounidese demostró que prefiere multar a los bancos que ampliar los juicios para evaluar todas las aristas del delito. El fallo de Rabobank es un ejemplo de que en 2018 a Estados Unidos sólo le interesa recibir el dinero de las sanciones.