Va contra la corriente

Tras el colapso bancario en el 2008, Morgan Stanley, a iniciativa de su antiguo CEO John Mack, decidió cambiar la cultura de negocios de la firma y redirigirlo a una franquicia con enfoque en la clientela.

Mientras otras firmas ven su acción depreciarse por diversos fraudes complejos que han salido a la luz, Morgan Stanley trata de jugar por las reglas.

Sin embargo, la empresa muestra notorias pérdidas al no tener el suficiente margen para competir contra las demás en Wall Street.

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Mil empleos busca reducir 
la institución 
financiera en el 2013
"Los directivos de empresas sucumben ante la presión 
de los mercados financieros o al miedo de perder sus empleos, y gastan toda su energía produciendo ganancias 
de corto plazo, en lugar de invertir 
en el largo plazo”
J. Irving MillerIndustrial estadounidense

Tras el colapso bancario en el 2008, Morgan Stanley, a iniciativa de su antiguo CEO John Mack, decidió cambiar la cultura de negocios de la firma y redirigirlo a una franquicia con enfoque en la clientela.

Mientras otras firmas ven su acción depreciarse por diversos fraudes complejos que han salido a la luz, Morgan Stanley trata de jugar por las reglas.

Sin embargo, la empresa muestra notorias pérdidas al no tener el suficiente margen para competir contra las demás en Wall Street.

Al publicar recientemente sus ganancias para el segundo cuarto del año, Morgan Stanley de nuevo cayó por debajo de las expectativas, estableciendo sus ingresos en 6.953 mil millones de dólares, cerca de un 25 por ciento menor a las expectativas.

Ante la nueva publicación de ganancias, el sexto banco más grande en Estados Unidos muestra un desplome en ganancias operacionales de más del 50 por ciento anuales.

En especial, la caída en el ingreso fijo de operaciones a comparación de las otras firmas de Wall Street trajo mayor especulación sobre los problemas de la firma neoyorquina.

Mientras en este cuarto Morgan Stanley atrajo 770 millones de dólares, fue por mucho la menor entre las principales firmas financieras.

Sus competidores obtuvieron mejores mejorres noticias con Goldman Sachs reportando 2.2 mil millones, Citigroup y Bank of America encima de los 2.5 millones de dólares, y  JPMorgan Chase atrayendo  3.7 mil millones de dólares.

Toda la industria financiera ha sufrido una caída en el ingreso fijo de alrededor al 10 por ciento en este cuarto, pero Morgan Stanley reportó un declive mucho mayor, de alrededor del 60 por ciento.

Tal situación ha traído notorias reclamaciones a su actual CEO James Gorman, quien ya anunció que reducirá este departamento cerca de un 25 por ciento para el 2013.

A su parecer, tal mercado está repleto de activos con notorio riesgo ponderado, como el crédito estructurado y la aseguración de grado crediticio. Su firma ha despedido a más de 3 mil 200 empleados en lo que va del año, postulando a llegar a 4 mil para el inicio de 2013.

También ha bajado los costos por compensación un 15 por ciento en lo que va del año, y se propuso seguir reduciendo su tamaño y redirigirla a negocios de menor riesgo.

Cambio de cultura

Mientras la mayoría de las firmas financieras internacionales siguen mostrando emocionantes ganancias en medio de un caótico mercado económico internacional, la mayoría se encuentran también en distintas situaciones que muestran su continua estrategia de hacer negocios a toda costa.

Con el banco inglés HSBC acusado de lavar dinero para el narcotráfico, manipulación de la tasa LIBOR por diversos bancos como Barclays y RBS.

Además de la ahora famosa “ballena londinense” por JPMorgan Chase, es claro que las enseñanzas que debieron de haber llegado con la recesión del 2008 no fueron adoptadas por la mayoría en el mercado financiero.

En cambio, Morgan Stanley y Credit Suisse han sido la excepción a la regla.

Ambas admitieron que su estrategia de negocios enfocada en la acumulación de ganancias no iba de acuerdo a los principios morales de sus fundadores y se comprometieron a jugar por las reglas.

Especialmente Morgan Stanley donde la cultura de la empresa dio un giro de 360 grados.  Se trataba de crear el nuevo Wall Street, donde se enfocarían en lo mejor para su clientela y se comprometían a alejarse de los negocios con más riesgo.

Por supuesto, la medida fue ovacionada por los analistas.

Tal filosofía fue tomada por Gorman, quien ha abogado por crear un nuevo modelo donde se enfoquen en reducir los gastos innecesarios, bajar los salarios y bonificaciones extraordinarias, y aumentar los ingresos al prometer estabilidad de largo plazo a sus clientes.

Para su detrimento, la nueva filosofía de jugar por las reglas no es compartida por los inversionistas, que al parecer solo juzgan el tamaño del último número en su publicación de ganancias.

Desde hace un año, la acción de Morgan Stanley ha caído más de un 45 por ciento; al igual que Credit Suisse, con caída de más de un 50 por ciento en el mismo periodo.

El capitán se tambalea

A menos de tres años de tomar la batuta de Morgan Stanley, James Gorman empieza a tener fuertes críticas en contra de su desempeño.

Esta crítica viene auspiciada en parte por la diferencia en ganancias que ha tenido su empresa respecto a años anteriores, y la aún más icónica diferencia ante las otras firmas de Wall Street.

El plan de Gorman de reducir el tamaño de la empresa ha  captado también la atención de críticos, quienes se preguntan si se está dejando ir a elementos claves para la generación de negocios.

Tratar de cambiar la filosofía de negocios en un ámbito financiero como el que se vive actualmente ha resultado ser una tarea titánica.

Aunque se ha mantenido fuera de las prácticas fraudulentas, a diferencia de sus rivales, a juzgar por la experiencia de Morgan Stanley, pareciera que sale caro jugar limpio en Wall Street.