Patrocinadores se enredan

En medio de la turbulencia del escándalo de corrupción, compañías multinacionales asociadas con la FIFA o a federaciones nacionales se encuentran expuestas a una crisis de relaciones públicas e imagen.

Las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos revelan que los miembros de confederaciones adheridas a la FIFA recibían sobornos para concesionar los derechos de mercadeo y transmisión de eventos deportivos.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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En medio de la turbulencia del escándalo de corrupción, compañías multinacionales asociadas con la FIFA o a federaciones nacionales se encuentran expuestas a una crisis de relaciones públicas e imagen.

Las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos revelan que los miembros de confederaciones adheridas a la FIFA recibían sobornos para concesionar los derechos de mercadeo y transmisión de eventos deportivos.

Empresas de “mercadeo deportivo” adquieren los derechos y actúan como intermediarios al revenderlos a las grandes firmas globales de consumo y telecomunicaciones.

Nike, el mayor productor de indumentaria deportiva del mundo, es uno de los casos más emblemáticos del opaco esquema de negocios de la FIFA.

La empresa es considerada un monstruo de la mercadotecnia, comúnmente calificada como un ícono cultural de nuestro tiempo. Esto se debe en gran medida a la agresividad de sus campañas publicitarias.

Sin embargo, esa agresividad ahora puede costarle caro a Nike. La firma decidió entrar de lleno al mercado del fútbol en 1994 a través de un acuerdo para patrocinar a la selección brasileña.

Entonces, Nike era un novato en el mundo del futbol y buscaba arrebatarle el liderato a Adidas. Hoy, el mercado es disputado palmo a palmo por ambas compañías. El 10 por ciento de los ingresos anuales de Nike (28 mil millones de dólares) proviene de su negocio futbolero.

Documentos del Departamento de Justicia detallan que Nike utilizó un intermediario para pagar los derechos de patrocinio, en vez de negociar directamente con la Confederación Brasileña de Futbol (CFB)

En 1996, Nike depositó 40 millones de dólares en una cuenta suiza del intermediario. Esto representa una cantidad adicional a los 160 millones de dólares que estaba obligado a pagar por el patrocinio.

Asimismo, en lo siguientes tres años, la firma deportiva pagó otros 30 millones al intermediario en un acuerdo paralelo. El Departamento de Justicia alega que ese dinero fue usado para sobornar a funcionarios de la CFB.

Intermediario peligroso

Dicho agente intermedio es Traffic Sports International, firma cuyo fundador José Hawilla confesó a la justicia estadounidense que el soborno era una práctica común.

Además, la compañía también vendió a Scotiabank los derechos de patrocinador de la Concachampions y los derechos de transmisión de la Copa América a los gigantes de telecomunicaciones DirecTV y Fox.

Hawilla era considerado el dueño del futbol brasileño, con una fuerte injerencia sobre los funcionarios de la CFB y sus decisiones deportivas.  

De acuerdo al diario El País,Traffic Sports International llegó a facturar más de 500 millones de dólares anuales en sus días de gloria.  

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