La deuda externa de todas las economías en desarrollo ascendía para fines de 2021 a nueve billones de dólares

Países pobres y en riesgo de crisis por deuda

Los países menos desarrollados podrían estar al borde de una crisis de endeudamiento que se agrava por la política monetaria restrictiva aplicada en casi todo el mundo y la baja transparencia en su manejo

La amenaza de una crisis por deuda en el mundo es muy grande y los países más pobres son los más vulnerables.

El aumento de las tasas de interés y la desaceleración en el crecimiento económico han provocado que las economías en desarrollo duplicaran los recursos que destinan al pago del servicio de la deuda pública, advierte el Banco Mundial en su más reciente Reporte Internacional de Deuda.

El organismo internacional señala que la deuda externa de todas las economías en desarrollo ascendía para fines de 2021 a nueve billones de dólares, más del doble de lo que se registró hace una década.

En tanto que los países clientes de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que aporta recursos financieros a las regiones menos desarrolladas, han alcanzado un acumulado de pagos de la deuda externa con garantía pública a largo plazo de 46 mil 200 millones de dólares, que equivale a 10.3 por ciento de sus exportaciones de bienes y servicios.

Pero para este año los pagos podrían superar los 62 mil millones de dólares, es decir, 35 por ciento más y China representa el 66 por ciento de esos pagos de servicio de la deuda.

“Se necesita un enfoque integral para reducir la deuda, aumentar la transparencia y facilitar reestructuraciones más rápidas, de modo que los países puedan centrarse en los gastos que respaldan el crecimiento y reducen la pobreza. De lo contrario, muchos países y sus Gobiernos se verán frente a una crisis fiscal e inestabilidad política, y millones de personas caerán en la pobreza”
David MalpassPresidente del Grupo Banco Mundial

Se advierte que aunque se ha generado una visión en torno a que en 2021 los indicadores de la deuda parecen haber mejorado debido a que el crecimiento económico que se reanudó después del 2020, esto no ocurrió para los clientes de la AIF.

Uno de los elementos que han impulsado el aumento en los pagos de deuda externa es el endurecimiento de las políticas monetarias y fiscales en varios bancos centrales del mundo.

En economías como Estados Unidos la Reserva Federal (Fed) aplicó un ciclo alcista en la tasa de interés desde marzo de 2022 hasta establecer cuatro incrementos consecutivos, el último el pasado 2 de noviembre cuando se aumentó de 0.75 por ciento su tasa de interés para quedar en un rango de 3.5 a cuatro por ciento. Se trata de un nivel no visto desde diciembre de 2007.

Cabe destacar que de acuerdo con las minutas de la reunión de los integrantes de la Fed el 1 y 2 de noviembre pasados, pronto se podría reducir la magnitud de sus aumentos a la tasa de interés.

Una política monetaria restrictiva se enfoca en reducir la cantidad de dinero del país con el objetivo de contener la inflación a través del aumento de los tipos de interés, aunque con ello se corre el riesgo de frenar el crecimiento económico.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, ha advertido que las autoridades deben mantener el curso de una política monetaria restrictiva, pese a que permanecer firme para los bancos centrales pueda ser más difícil a medida que la actividad económica se desacelera.

Este organismo internacional señala que los principales bancos centrales de América Latina y el Caribe han actuado con prontitud para responder ante la creciente inflación calificada como la más alta en dos décadas, pero también para preservar la credibilidad de los marcos monetarios.

En esta región precisamente se enfrentan episodios de presiones sobre sus monedas, con potenciales implicaciones para la estabilidad financiera, otro de los factores que empeora la situación de muchos países con deudas denominadas en dólares estadounidenses.

Poca transparencia en manejo de la deuda

Uno de los elementos que agrava el manejo de la deuda por su costo en los países de ingreso medio y bajo es la poca transparencia que existe en estas naciones.

Por ejemplo, el Banco Mundial identificó en su base de datos “Estadísticas de la Deuda Intencionalidad” compromisos de préstamo previamente no declarados por valor de 631 mil millones de dólares en los últimos cinco años, en tanto que en 2021 se identificaron otros 44 mil millones de dólares.

El total de estos compromisos de préstamo adicionales documentados en los últimos cinco años equivale a más del 17por ciento del total de la deuda pública y con garantía pública pendiente en 2021, apunta el Banco Mundial.

“La información completa y transparente mejora la gestión y vuelve más confiables los análisis de sostenibilidad de la deuda. Además, facilita las reestructuraciones, de modo que los países puedan volver rápidamente a la estabilidad económica y el crecimiento. A ningún acreedor le conviene a largo plazo mantener la deuda pública oculta”, apuntó Indermit Gill, economista en jefe del Grupo Banco Mundial.

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