Las lecciones del professore

Tras el rescate de 126 mil millones de dólares para España, el futuro de la Eurozona se centra en Italia, ahora bajo la dirección de Mario Monti.

Con la salida del controversial Silvio Berlusconi, Mario Monti, académico y ex rector de la Universidad de Bocconi, asumió como primer ministro de Italia con la necesidad de cambios estructurales efectivos para manejar la deuda de cerca de 2 billones de euros.

Jesús M. Badiola Jesús M. Badiola Publicado el
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mil millones de bonos de Tesoro con plazo de 12 meses vendió Italia, con un rendimiento promedio de 3.972 por ciento.
Con sus políticas, Mario Monti ha tenido logros y captado el aplauso internacional. Pero aún tiene tareas pendientes, como incentivar el crecimiento del país, la reducción de la deuda y la reforma laboral.

Tras el rescate de 126 mil millones de dólares para España, el futuro de la Eurozona se centra en Italia, ahora bajo la dirección de Mario Monti.

Con la salida del controversial Silvio Berlusconi, Mario Monti, académico y ex rector de la Universidad de Bocconi, asumió como primer ministro de Italia con la necesidad de cambios estructurales efectivos para manejar la deuda de cerca de 2 billones de euros.

Con una visión tecnócrata y la misión de salvar a la Eurozona y, con ello, salvar a su país, “Il Professore” tiene en sus manos llevar a Italia a un segundo Renacimiento… o a una tragicomedia italiana.

La dottrina del maestro

En el 2011, Mario Draghi, quién en ese momento era el gobernador del Banco de Italia y ahora funge como presidente del Banco Central Europeo, promovió su opinión sobre los fundamentos de los problemas financieros de Italia.

Excesos en gasto gubernamental, impuestos laborales y corporativos demasiado altos, una muy baja productividad nacional, falta de eficiencia en el sistema judicial y reformas educativas necesarias, además de encontrar medidas para crecer la competencia en servicio, fueron los vicios del sistema italiano que señaló Draghi.

Esto, aunado a la falta de reformas laborales para promover el empleo y reducir los obstáculos de crecimiento por parte de las pequeñas y medianas empresas, que no impulsan el crecimiento.

Al asumir como primer ministro, Mario Monti se proclamó listo para enfrentar los retos de su responsabilidad, y la comunidad financiera internacional le comunicó su aprobación.

La doctrina del maestro incluía medidas de austeridad eficientes, que no golpearan tan fuerte a la sociedad, pero que sí redujeran el gasto gubernamental, fortalecer a la banca italiana, y pensar en las mejores medidas para el largo plazo. Su visión primaria no es salvar a Italia, sino buscar salvar a Europa, y por ende, a su nación.

Los logros

El primer ministro ya cuenta con una importante lista de logros gracias al cambio de doctrina que impulsó.

En principio, Monti ha sido reconocido por lograr que se aprobaran las medidas de austeridad que propuso, las cuales incluyeron incrementos a los impuestos y la pesada apropiación gubernamental del sistema de pensiones italiano, que iba en debacle.

A la salida de Berlusconi, el costo de pedir prestado por Italia estaba en el incansable nivel de cerca de 7 por ciento, niveles cercanos a los que llegó Grecia cuando necesitó pedir un rescate.

Desde la llegada de Monti, se ha podido bajar este costo unos 200 puntos base, al acercarse al 5 por ciento, el cual muestra el apoyo de la comunidad financiera a las medidas que Monti está tomando.

Comparado con España, Italia tiene un panorama diferente, pero no  sencillo. No sufrió de una burbuja inmobiliaria como los ibéricos, pero los bancos aún no ofrecen buenos créditos a la población.

Además, no tienen el dilema español de un sistema bancario endeudado buscando rescates del gobierno. Los dos bancos italianos más grandes, Unicredit e Intesa San Paolo, han podido crecer su capital por inversión privada sin acudir a fondos públicos.

Monti aún no ha completado su misión de concretar una reforma laboral. Dado a que habla mucho sobre hacer los despidos y recontrataciones más fácil, muchos temen que pueda llegar a aumentar la tasa de desempleo, que ahorita se mantiene en un moderado 10.2 por ciento, cifra baja considerando los niveles drásticos de España y otras naciones periferias.

Al iniciar su mandato, Monti gozaba de altos índices de aprobación, pero el tema de la reforma laboral hizo que sus números cayeron de un 59 por ciento a inicios de febrero, a cerca del 40 por ciento.

Tareas pendientes

El maestro aún no ha entregado algunas tareas, y éstas causan miedo sobre el futuro italiano y provocan crecimiento de las tasas de interés.

Aún no ha trabajado en revolucionar la complicada situación del mercado laboral y los

considerables cortes de gasto gubernamental que se habían propuesto.

También urge arreglar el sistema judicial ante la noticia de un esquema de juegos arreglados en el futbol de la Serie B de Italia, y rumores crecientes de la participación de la policía en este esquema.

Monti no ha podido cumplir su promesa de bajar la deuda colosal de 1.9 billones de euros que obtuvo al tomar el poder, y en cambio la ha visto crecer a más de 2 billones de euros, que ya acapara a más del 120 por ciento del PIB, siendo la tercera nación desarrollada más endeudada del mundo, después de Grecia y Japón.

Tras el plan de austeridad, se ha podido ahorrar cerca de 20 mil millones de euros, cifra insuficiente dado su nivel de deuda.

Tampoco ha podido incentivar el crecimiento del país. A inicios de año se esperaba que Italia se disminuyera .4 por ciento en el año, pero ahora anuncia que el país sufrirá una reducción del 1.2 por ciento.

En cuanto al sistema bancario, aunque Unicredit e Intesa San Paolo han podido recapitalizarse lo suficiente para mantenerse a flote, el tercer banco italiano en tamaño, Monde dei Paschi di Siena (el banco en funcionamiento más antiguo del mundo) no ha podido recuperar los 3 mil millones de euros que necesita para mantenerse vivo.

Fin de la instrucción

Monti sigue con su misión de salvar a la Unión Europea y está presionando a la canciller alemana Angela Merkel para que acepte su propuesta de crear eurobonos.

Alemania tendría que llevar la responsabilidad de cubrir el gasto de los eurobonos para solventar las deudas de los países en necesidad. Los alemanes han rechazado la propuesta, pues no tendrían el control fiscal de las naciones, pero sí pagarían su sobreendeudamiento.

Monti es muy claro: si Italia cae y tiene que salirse del euro, las exportaciones de Alemania se hundirían y la Eurozona dejaría de existir.

El lunes, la ministra de finanzas de Austria, Maria Fekter, opinó que Italia tendrá que buscar ayuda de la misma forma que España lo hizo para sus bancos.

Monti marcó de erróneo el dicho de Fekter, pero esta semana los bonos italianos de 10 años alcanzan ya el 6.1 por ciento de interés, 474 puntos base más que el alemán.

También, las acciones de Unicredit han caído cerca de un 8.8 pro ciento e Intesa San Paolo un 6.5 por ciento en lo que va de la semana. Quizá Fekter no está tan equivocada.

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