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La nueva guerra fría

El escándalo de los ciberataques en Estados Unidos ha dado un nuevo giro que podría volver aún más tensas las relaciones entre el país norteamericano y Rusia, que se han enfriado significativamente desde el comienzo de la crisis en Ucrania.

Aunque más de tres meses después de que se reportaron los primeros ataques cibernéticos a diversas instituciones financieras, aún no es claro de dónde provinieron éstos   reporta que las autoridades estadounidenses sospechan que el responsable es un grupo de hackers que opera desde Rusia.

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instituciones financieras el número aproximado, incluyendo a JPMorgan, Citigroup y HSBC, que se vieron afectadas por los ataques, estiman las autoridades de EU
"Si puedes robar los datos, si puedes llegar así de lejos y robarlos, puedes hacer lo que quieras. Colapsas un banco y nuestra estructura financiera se viene abajo"
Keith AlexanderExdirector de la NSA y excomandante del Cibercomando de EU
"Tal y como están las cosas, nuestras leyes no hacen suficiente para fomentar el intercambio de información y defender al público de las amenazas digitales"
Jacob J. LewSecretario del Tesoro de EU

El escándalo de los ciberataques en Estados Unidos ha dado un nuevo giro que podría volver aún más tensas las relaciones entre el país norteamericano y Rusia, que se han enfriado significativamente desde el comienzo de la crisis en Ucrania.

Aunque más de tres meses después de que se reportaron los primeros ataques cibernéticos a diversas instituciones financieras, aún no es claro de dónde provinieron éstos   reporta que las autoridades estadounidenses sospechan que el responsable es un grupo de hackers que opera desde Rusia.

El detalle más preocupante es que se sospecha que estos hackers además mantienen vínculos con oficiales del gobierno ruso, lo cual ha llevado a los servicios de inteligencia estadounidense a preguntarse si los ataques fueron meros robos de datos, o represalias en contra de las sanciones financieras que Estados Unidos y la Unión Europea le han impuesto a Rusia.

Aunque la investigación al respecto aún no confirma estas teorías, al gobierno del presidente ruso Vladimir Putin ciertamente no le faltan razones para utilizar tácticas hostiles contra Estados Unidos. 

En parte provocadas por las sanciones que le han sido impuestas a Rusia, el país ha sufrido grandes fugas de capital y el rublo se ha depreciado velozmente, hasta niveles que no se veían desde los 90.

El Banco de Rusia considera implementar restricciones temporales a los flujos de capital para frenar la caída del rublo, que no muestra señales de detenerse, y se prevé que el crecimiento económico del país para este año sea de tan solo 0.5 por ciento.

Ciberataque masivo

Aunque no se robó dinero de las cuentas afectadas por los ciberataques, revelaciones realizadas esta semana han dejado claro que el incidente fue mucho más amplio de lo que inicialmente se pensaba. 

Cuando en julio se descubrieron los ataques, JPMorgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos, estimaba que un millón de sus cuentas habían sido afectadas. En las últimas semanas el banco ha revelado que se filtró información de más de 83 millones de hogares y empresas.

Gracias a que el equipo de seguridad del banco logró detener el ataque, la información filtrada no incluye las contraseñas de las cuentas afectadas, pero los hackers lograron tener acceso a los nombres, domicilios, números telefónicos y correos electrónicos asociados a las cuentas de JPMorgan.

Y aunque el banco indica que no hay evidencia del uso de estos datos para cometer fraudes, el peligro de esto sigue pesando sobre las conciencias de los consumidores. 

Además, expertos en seguridad han indicado que los datos robados pueden ser combinados con otras tácticas para engañar a los consumidores y obtener aún más datos personales.

Las autoridades estadounidenses ahora estiman que, además de JPMorgan Chase, el grupo de hackers intentó infiltrarse en los sistemas de una docena de instituciones financieras, incluyendo a Citigroup, HSBC, Fidelity Investments, y E*Trade, entre otras.

Persiguiendo fantasmas

Aún no es claro el tamaño ni la profundidad de los ataques en estas otras instituciones, que están compartiendo información entre sí y cooperando con autoridades como el FBI, el Servicio Secreto y la NSA para resolver la situación.

Pero las autoridades se enfrentan a una tarea difícil si desean atrapar a los responsables.

A pesar de miles de millones de dólares invertidos en la tecnología avanzada para detectar y bloquear estos ataques cibernéticos, rastrear sus orígenes y llevar a la justicia a los culpables se ha convertido en un reto sumamente complicado.

Bloomberg reporta que Keith Alexander, exdirector de la NSA, opina que los hackers involucrados es “un grupo con habilidades excepcionales o un grupo que recibe el apoyo de un Estado-nación”.

La opinión de Alexander subraya las declaraciones de otros expertos en ciberseguridad, que han afirmado que la sofisticación de los ataques va más allá de las capacidades de un grupo ordinario de hackers criminales.

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