La Guerra Fría de Jodorkovski

Oligarca, emprendedor, prisionero. Mijaíl Jodorkovski nació en la Unión Soviética en 1963 de una pequeña familia en Moscú.

Desde pequeño, su espíritu emprendedor, combinado con su habilidad para entablar conexiones, le abrieron camino para ejercer su ambición profesional.

Jodorkovski tiene la gran habilidad de poder entablar relaciones de confianza rápidamente, y esto le sirvió para escalar peldaños en la decayente plataforma comunista de la época.

En un juicio exprés, el empresario es encontrado culpable por fraude y sentenciado a 9 años de prisión.

Oligarca, emprendedor, prisionero. Mijaíl Jodorkovski nació en la Unión Soviética en 1963 de una pequeña familia en Moscú.

Desde pequeño, su espíritu emprendedor, combinado con su habilidad para entablar conexiones, le abrieron camino para ejercer su ambición profesional.

Jodorkovski tiene la gran habilidad de poder entablar relaciones de confianza rápidamente, y esto le sirvió para escalar peldaños en la decayente plataforma comunista de la época.

Más tarde, enalteciendo su interés por la ciencia y la tecnología, abrió el Centro para la Creatividad Científica y Técnica de la juventud, con la meta de empezar a comercializar la nueva tecnología que vendría a modernizar a Rusia.

Se empezó a importar las primeras computadoras para uso privado e hizo su primer fortuna valuada en 10 millones de dólares. Durante la caótica transición de la Unión Soviética comunista al sistema de mercado abierto, Jodorkovski pudo aprovechar los contactos necesarios para que en 1989, previo a la caída del muro de Berlín, pudiera obtener la licencia para crear el primer banco privado de Rusia, “Menatep”.

Al ser uno de los primeros bancos privados, se expandió rápidamente por la nación ante la dirección de Mijaíl, y en la siguiente década llegaría a valer cerca de 29 mil millones de dólares.

Un diamante perdido

En los inicios de los 90, tras la disolución de la Unión Soviética, muchas empresas que solían ser del gobierno y que bajo el modelo comunista habían sido quebradas o ahogadas en deuda, se tuvieron que poner a subasta o dejarlas desaparecer.

Una de estas empresas fue la petrolera Yukos, que habría sido fuertemente afectada por la recesión económica rusa del inicio de la década.

En 1995, Jodorkovsky y varios socios de Menatep Investments compraron a esta empresa subastada por el gobierno por 300 millones de dólares, cuando la petrolera tenía deudas superiores a los 3.5 mil millones de dólares.

Bajo la nueva dirección, Yukos recuperó su crecimiento, y se hizo una dominante empresa en el mercado internacional de gas y petróleo.

La empresa pudo bajar el precio de producción por barril de 12 dólares a 1.50 dólares. Dos años después de su compra, la empresa se valoró en 9 mil millones de dólares. Para el 2003, Yukos era reconocida como de las más exitosas compañías rusas existentes.

Se esperaba una unión con la petrolera Sibfnet, que hubiera convertido a la nueva empresa en dueña de la segunda reserva de petróleo y  gas más grande del mundo, después de ExxonMobil, estimando 2.3 millones de barriles al día. Su valor alcanzó en el 2004 los 36 mil millones de dólares.

Jodorkosvki llegó a ser el hombre más rico de Rusia con intereses en bancos y grupos internacionales como Backstone Group, Carlyle Group, AIG Capital, entre otros.

Pero, por más moderno e internacionalmente integrado que fuera el negocio, seguía teniendo ciudadanía rusa. Y en Rusia, los hábitos soviéticos no se pierden fácilmente.

Rusia y su Czar

Al mismo tiempo que Jodorkovski y Yukos disfrutaban de su auge, también llegó al poder el aún presidente Vladimir Putin.

Tras la inesperada salida de Boris Yeltsin a fines de 1999, Putin se convierte en el segundo presidente de Rusia. Parte de su política fue el remover el poder a los oligarcas, que en su parecer, disminuían el desarrollo de la nación.

En octubre del 2003, se reportó que Putin llama a Mijaíl para ser testigo en un caso, sin especificar detalles. Al tratar de subir a su avión, Jodorkosvki es arrestado por la oficina del procurador general por evasión de impuestos.

En consecuencia, congelan sus acciones en Yukos Oil, y la acción de la empresa cae por los suelos.

El gobierno reevalúa los pagos de impuestos de Yukos y señala un fraude por parte de Jodorkovski y sus socios. En un juicio exprés, el empresario es encontrado culpable por fraude y sentenciado a 9 años de prisión, empezando su sentencia en el 2005.

Para el 2006, y tras la reevaluación de impuestos por parte del gobierno ruso, la compañía cae en la bancarrota.

La quebrada empresa es “subastada”, a precios notoriamente bajos, a compañías donde los dueños tienen mandos altos en la política rusa.

La empresa Rosfneft tomó gran control de Yukos, controlada en un 75 por ciento por el gobierno, y cuyo CEO es Igor Sechin, vice primer ministro. Hoy la empresa tiene ingresos de hasta 92 mil millones de dólares anuales.

Alargan la sentencia

En el 2010, la corte reevalúa el caso de Mijaíl, y le extiende la sentencia hasta el 2017.
Ante esto, el grupo Amnistía Internacional califica a Jodorkovski como un “prisionero de consciencia”, argumentando que las razones para mantenerlo en prisión son meramente políticas.

La Corte Europea de Derechos Humanos señala que su arresto fue ilegal y con otros propósitos a los mencionados, intuyendo también una motivación política.

Hoy en día, Jodorkovski trabaja desde la cárcel con esfuerzos filantrópicos, desde la creación de centros de Internet para maestros, excavaciones arqueológicas y programas de verano, además de intercambios internacionales para alumnos de bajo ingreso.

En mayo, Putin asumió de nuevo como presidente de Rusia, cumpliendo así 12 años de esfuerzos en contra de los oligarcas y amantes del poder.

Un día después de las elecciones, el mandatario ordenó verificar la legalidad de la reclusión de Mijaíl Jodorkovsky, para asegurar que no haya sido políticamente motivada.