A pocos días de que concluya el 2021 hay pocas certezas respecto al rumbo que tomará la inflación no sólo en México

Inflación, incógnita de la economía para 2022

La economía del país aún no alcanza los niveles económicos previos a la pandemia, pero el aumento de los costos en productos y servicios llega a oscurecer el panorama de crecimiento rumbo al próximo año

A pocos días de que concluya el 2021 hay pocas certezas respecto al rumbo que tomará la inflación no sólo en México sino a nivel mundial el próximo año.

Durante los últimos meses de este año, las expectativas elaboradas por analistas económicos, el mercado y especialistas del sector privado se quedaron cortas cuando, tanto en México como a nivel mundial, el costo de los productos y servicios se disparó a niveles no vistos en casi tres décadas.

Durante noviembre en México la inflación anual alcanzó un nivel de 7.37 por ciento, que representa su mayor nivel desde enero de 2001; en tanto que en Estados Unidos la inflación en el mismo mes se reportó en 6.8 por ciento, el nivel más alto registrado desde 1982 para ese país, por mencionar algunos ejemplos.

“Estaríamos entrando en 2022 en un escenario complicado en donde estaremos viendo restricciones en la política monetaria, incrementos en tasas de interés a nivel mundial y un menor ritmo de crecimiento”, detalla Carlos González Tabares, director de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex.

La inflación global ha ido aumentando presionada por los cuellos de botella en la producción, la recomposición del gasto hacia las mercancías, los elevados precios de alimentos y energéticos, así como la recuperación de algunos servicios, señaló el Banco de México (Banxico) en su último anuncio de política monetaria en el que incrementó en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 5.5 por ciento.

Pero Banxico no ha sido el único banco central en ajustar su política monetaria, el 15 de diciembre la Reserva Federal (FED) comunicó que modificaría su programa de compra de activos; así, los montos que mensualmente asigna a la adquisición de bonos e instrumentos hipotecarios pasarán de 120 mil millones de dólares en noviembre a 60 mil millones en enero y se agotarán definitivamente para finales de marzo del próximo año.

Además, en las economías emergentes, ante el aumento en la inflación y los riesgos adicionales que enfrentan en la formación de precios en relación a las economías avanzadas, un amplio número de bancos centrales ha seguido reduciendo su estímulo monetario.

Bajo este panorama hay serias interrogantes en torno a cuándo habrá un punto de inflexión en el aumento del costo de los productos y servicios, pese a que hasta hace unos meses se consideraba un fenómeno transitorio.

“Los mejores estimados eran que a la segunda mitad del próximo año veríamos una marcada disminución de la inflación, lo cierto es que hoy no queda muy claro y todavía con la variable Ómicron las afectaciones en las cadenas de suministro van a continuar y esto prolonga por más tiempo esta expectativa de inflaciones altas”
Carlos González TabaresDirector de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex

“El problema al que se enfrentan los bancos centrales es que pudieran estar contaminando la formación de precios de largo plazo y con esto se pueden generar espirales inflacionarias difíciles de contener porque los participantes se adelantan a esa inflación y entonces empieza a haber una escalada de precios”, explica el especialista de Monex.

Inflación, freno al crecimiento

El incremento en los costos de los productos y servicios llega a complicar la senda de crecimiento en países como México, que aún no alcanzan una plena recuperación de la pandemia por COVID-19.

“Mientras otros países ya están en etapas de expansión precovid, en el caso de nuestro país todavía es mucho más marcado porque no hemos alcanzado esos niveles, probablemente en el mejor de los casos (los) logramos hacia finales de 2022 o quizá hasta 2023, es un escenario complejo particularmente para nuestro país porque estamos entrando en un crecimiento mucho más moderado, con presiones inflacionarias y una política monetaria restrictiva en México y a nivel internacional”, señala González Tabares.

Después de que en 2020 la economía mexicana se contrajo 8.3 puntos porcentuales, el Producto Interno Bruto (PIB) podría presentar un crecimiento de 6.2 por ciento en 2021 y del orden de cuatro por ciento para el próximo año, de acuerdo con pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Especialistas en economía del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico) tienen expectativas menos positivas en torno al avance económico del país, toda vez que en la encuesta de octubre de 2021 señalaron un crecimiento de seis por ciento para este año y de 2.9 para 2022.

“El problema que viene es que estas restricciones en la liquidez se traducirán en un menor ritmo de crecimiento, sin embargo, con una economía sólida como Estados Unidos quizás es menos preocupante porque ya no están alcanzando niveles prepandemia, sino de expansión y con un mercado laboral fortalecido”.

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