Gracias al peso que tiene la economía alemana en la región europea, se corre el riesgo de que el bajo crecimiento y los movimientos políticos radicales se vuelvan una constante. Foto: Especial

Frena crecimiento Alemania, el motor económico de Europa

Alemania atraviesa por uno de los momentos más complejos, en términos económicos y políticos, de su historia reciente; donde el bajo crecimiento y la radicalización se perfilan a ser los principales factores ¿Podría afectar al resto del continente?

Las recientes manifestaciones en Alemania  reflejan el descontento de una población que vive con gran dificultad la recesión por la que atraviesa su economía y un panorama político donde las posturas extremistas ganan terreno, un escenario que toma fuerza en la región europea.

Miles de alemanes han tomado las calles de su país para fijar una postura clara contra la organización política Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) y su conducta anti migratoria; justo en una coyuntura donde el hecho más importante, en términos económicos, ha pasado desapercibido, y es que la actividad económica alemana, considerada como el gran pilar productivo del viejo continente,  se contrajo 0.3 por ciento en el último año, de acuerdo con la información más reciente de la Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis).

Al respecto, no resulta extraño que en tiempos donde la economía se ve obstaculizada, las posturas políticas se radicalicen y busquen avanzar en el panorama electoral, tal como sucede con la extrema derecha alemana y el aumento de su intención de voto durante los últimos años, explica a Reporte Índigo, Cynthia Valeriano, profesora de economía en el Tecnológico de Monterrey, campus Toluca.

“En momentos de crisis económica, sobre todo cuando la población se percibe sensible y molesta ante las condiciones que no le favorecen, tienen mayor eco las propuestas disruptivas; en el caso alemán dichas propuestas van desde expulsar a los migrantes o establecer barreras comerciales para evitar la fuga de capital, hasta coquetear con la idea de que la nación salga de la Unión Europea”,  apunta Valeriano.

Y es que, a pesar de ser la economía más avanzada de la región, mantenerse como un pilar comercial a nivel internacional y llegar a invertir hasta tres puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto (Pib) en investigación y desarrollo; la actividad económica alemana  lleva dos años consecutivos a la baja, reflejando una debilidad pocas veces vista y provocando que diversos medios y analistas la apoden como “el hombre enfermo de Europa”.

¿Cómo fue que se frenó el motor económico del viejo continente?  

Las dificultades que han implicado el proceso de transición energética, las condiciones financieras adversas resultantes del combate a las presiones inflacionarias y una menor demanda han figurado como los principales factores que han incidido para que Ruth Brand, titular de Destatis, considerara que: “El desarrollo económico general en Alemania se estancó en 2023 en un entorno todavía plagado de crisis“.

En medio de la estrategia de sustitución de energéticos, y con 35 por ciento del gas natural importado procedente desde Rusia según datos del Fondo Monetario Internacional; la producción industrial alemana se ha visto seriamente comprometida durante los dos últimos años, registrando los niveles más bajos desde los momentos más álgidos de la pandemia y donde, según el último registro disponible, casi millón y medio de personas se encuentran desempleadas, expone Destatis.  

“El caso alemán refleja el costo que tiene la decisión de entrar a una nueva dinámica de transición energética; el país está alcanzando una reducción en sus emisiones de CO2  a nivel histórico, que no se daban desde hace 70 años, y eso tiene una implicación en términos industriales; pero la idea es que, entrando a un nuevo paradigma energético, la economía alemana vuelva a crecer, aunque se complejiza por la dependencia existente hacia los combustibles rusos”, resalta Rogelio Madrueño, investigador de la Universidad de Bonn, en Alemania.

Sin embargo, a pesar del estado actual del considerado “motor económico de Europa”, Christian Lindner, ministro de finanzas alemán, afirma que la economía de su nación requiere algunas medidas de ajuste para dinamizar su crecimiento, ya que el bajo desempeño que ha registrado es solo una “llamada de atención” que puede resolverse a mediano plazo.

Consecuencias de la influencia alemana en la Eurozona 

Gracias al peso que tiene la economía alemana en la región europea, se corre el riesgo de que el bajo crecimiento y los movimientos políticos radicales comiencen a reflejarse en diversos países cercanos a la nación germana, coinciden los entrevistados.

Con relación a lo anterior, la profesora del Tecnológico de Monterrey advierte que la vinculación Alemania-Europa en su estado actual va a generar  la disyuntiva de contar, dentro de la región, con una nación que comienza a tomar decisiones alejadas del consenso para poder resolver sus propios problemas económicos, a la vez que va perdiendo el liderazgo que consolidó en tiempos de Angela Merkel.

Por otro lado, el investigador de la Universidad de Bonn destaca que la fuerza que ayuda a conservar la esperanza para un mejor rumbo político y económico radica en la población que se hace presente, justo como ha sucedido durante las últimas manifestaciones, en favor de un mejor desempeño del Estado y en contra de la radicalización.

No obstante, con el Pib de la Eurozona registrando los niveles más bajos desde el periodo de reapertura económica y con la previsión de un crecimiento mínimo en términos históricos, la incertidumbre parece ser el único factor seguro para este año.

Potencia a la baja

Año Producto Interno Bruto de Alemania (Variación porcentual respecto al año anterior)
2013    0.4%
2014        2.2%
2015 1.5%
2016 2.2%
2017 2.7%
2018 1.0%
2019 1.1%
2020 -3.8%
2021 3.2%
2022 1.8%
2023 -0.3%
Fuente: Destatis, 2024
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