No hay imagen disponible

El burnout está desgastando a los trabajadores latinoamericanos y su productividad

El estrés laboral crónico está afectando a los trabajadores latinoamericanos al grado de vulnerar su salud física y mental, además de la productividad en los empleos. En México el escenario es incluso más grave

El síndrome de estrés laboral crónico afecta con mayor frecuencia a más personas en la región, y sus consecuencias amenazan con perjudicar la salud física y mental de los trabajadores, así como su capacidad para llevar a cabo su trabajo.

La irritabilidad, el agotamiento extremo, los episodios depresivos y el dolor corporal producto de largas y extenuantes jornadas de trabajo son algunos de los síntomas provocados por el burnout y en  Latinoamérica, una de cada 10 afirma presentar estas señales del síndrome de estrés laboral crónico, de acuerdo al informe Burnout laboral: ¿Cómo prevenir un incendio en las organizaciones?

Según el estudio elaborado por la plataforma Buk, 57 por ciento de las personas que laboran en México, Chile, Colombia y Perú carecen de una conexión emocional o motivación adicional con el trabajo que desempeñan, lo que se ve reflejado en más casos de trabajadores con afecciones mentales y físicas en la región, como ya lo ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“Nuestro cuerpo y mente se convierten en terreno fértil para cultivar una sensación de desesperanza tan penetrante que las tareas más simples parecen imposibles. Procrastinamos, buscando cualquier cosa que nos haga sentir bien o que estamos ocupados, evitando así abordar la lista de pendientes que se va llenando poco a poco”, señala Sebastián Piña, colaborador de la investigación, sobre los efectos del burnout.

Trabajadores mayores resisten en silencio

La brecha generacional es otro factor que incide en la expresión de los síntomas del estrés laboral crónico, ya que la mayoría de los latinoamericanos que admiten presentar afectaciones derivadas de su trabajo se concentran en el grupo de edad menor a 40 años, cuestión que contrasta con el cinco por ciento de los mayores de 50 años que admite la presencia signos relacionados con este padecimiento.

Lo anterior no necesariamente implica que la gente de edad avanzada se vea afectada en menor medida por el padecimiento, sino que factores como el estigma en torno al cuidado de la salud mental, la incertidumbre del panorama laboral que se ha generalizado en la región y la precarización de las condiciones de trabajo inciden en que los jóvenes se encuentren en un estado de fatiga más fácilmente y hablen de ello, apunta el informe.

El escenario para las trabajadoras latinoamericanas es menos favorable, ya que el 48 por ciento presenta una mayor propensión a sufrir una sensación de pérdida de control por la carga de trabajo, en comparación a los hombres consultados, esto se debe al tiempo destinado al trabajo doméstico que llevan a cabo, ya que el 31 por ciento de las mujeres destina más de 10 horas a la semana para dicha labor.

Ya sea el agotamiento extremo, pérdida del control, dolor físico o expresiones musculares involuntarias, el burnout se expande entre la clase trabajadora del continente y a escala global, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a demandar medidas más efectivas contra un padecimiento que, conforme a estimaciones de la propia organización, le cuesta a la economía mundial casi un billón de dólares al año.

México, el más estresado

El termómetro laboral de OCCMundial expone que 57 por ciento de los trabajadores mexicanos encuestados por la empresa actualmente sufre o ha pasado por momentos de estrés y ansiedad, principales síntomas del burnout; lo que explica por qué los datos del Índice para una vida mejor de la OCDE demuestran que de entre todos sus miembros, México resalta por ser el país con el peor balance entre la vida y el trabajo.

La plataforma de búsqueda de empleo también alerta a las empresas que el 34 por ciento de los trabajadores han atravesado por episodios de irritabilidad y fatiga extrema, que afecta directamente en sus relaciones y han llegado, en algunos casos, a la necesidad de renunciar a sus puestos de trabajo, al priorizar en su salud mental.

Los principales factores que inciden en el desarrollo del síndrome de estrés laboral crónico entre los trabajadores mexicanos son la sobrecarga de trabajo, la mala organización y deficiente dirección por parte de los líderes y el ambiente laboral tóxico; además de conductas como la discriminación, falta de capacitación y mala comunicación dentro de la empresa, señala OCCMundial.

Ante la emergencia en materia laboral, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ratificó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el convenio 190 sobre la Eliminación de la Violencia y el Acoso en el Mundo del Trabajo, y entrará en vigor el próximo seis de julio.

Postulado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se trata de una norma internacional que proporciona un marco común para prevenir, remediar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, incluidos la violencia y el acoso por razón de género.

“Todo Miembro deberá adoptar una legislación y políticas que garanticen el derecho a la igualdad y a la no discriminación en el empleo y la ocupación, incluyendo a las trabajadoras, así como a los trabajadores y otras personas pertenecientes a uno o a varios grupos vulnerables, o a grupos en situación de vulnerabilidad que están afectados de manera desproporcionada por la violencia y el acoso en el mundo del trabajo”, se lee en el convenio.

Te puede interesar