Conflicto oriental sacude a empresas

En medio de la disputa entre dos de los países más importantes en el continente asiático, ya se observan consecuencias en el plano económico.

El comercio entre estos países es enorme, y una ruptura en sus relaciones diplomáticas podría ser perjudicial para ambos, y eventualmente para sus socios comerciales.

El aniversario 81 de la invasión de Japón al noreste de China avivó airadas protestas en este país por la compra de Tokio de las islas Senkaku/Diaoyu.

Es sector automotriz el más dañado

En medio de la disputa entre dos de los países más importantes en el continente asiático, ya se observan consecuencias en el plano económico.

El comercio entre estos países es enorme, y una ruptura en sus relaciones diplomáticas podría ser perjudicial para ambos, y eventualmente para sus socios comerciales.

El aniversario 81 de la invasión de Japón al noreste de China avivó airadas protestas en este país por la compra de Tokio de las islas Senkaku/Diaoyu.

Es sector automotriz el más dañado

Algunas de las empresas automotrices japonesas ya detuvieron operaciones en China, como informa Bloomberg.

Toyota, Honda y Nissan han dejado de producir automóviles en sus plantas localizadas en China.

Además, Panasonic ha reportado daños en sus plantas debido a que sus empleados sabotearon las instalaciones. Canon también cerró temporalmente sus plantas para proteger a sus empleados

El año pasado China era el primer comprador de las exportaciones japonesas, lo cual anticipa el daño que puede sufrir Japón en caso de que las relaciones entre ambos países empeoren.

Algunas cadenas de supermercado japonesas localizadas en ciudades chinas han sufrido ataques por culpa de este problema.

A pesar de este tipo de actividades la inversión japonesa durante el año ha seguido en aumento.

En su reporte, Bloomberg expone que en Xi’an, ciudad localizada al norte, la policía tuvo que ser firme para evitar actos de vandalismo, que la gente los justifica por “interés de la nación”, y hubo varios detenidos.

Situaciones políticas o culturales pueden afectar la economía de los países, dejando a los empresarios sin la posibilidad de expandir sus negocios  y mermando así el mercado laboral.

Si Japón y China no pueden resolver esta crisis diplomática, habrá consecuencias económicas muy negativas.

En medio de las profundas crisis económicas en la Eurozona y Estados Unidos, una disputa como ésta es una noticia que prende las alarmas en el comercio internacional.

Este es un momento donde la economía sí queda en manos de las autoridades de ambos países orientales.

Resolver esta crisis es una urgencia para ambos.