El PIB de México registró un avance de 0.9 por ciento durante el tercer trimestre de este año, alcanzando un crecimiento de 3.3 por ciento respecto al año anterior. Foto: Especial

¿Adiós a la posible recesión en México y EU?

Las economías mexicana y estadounidense continúan avanzando gracias al consumo de sus ciudadanos, lo que hasta el momento ha servido para esquivar los malos pronósticos estimados para este año

Los bienes y servicios producidos en México y Estados Unidos registran un crecimiento que desafía los pronósticos que proyectaban una contracción económica durante este año, lo que ha sorprendido a organizaciones, analistas y autoridades económicas, quienes incluso han reformulado por completo sus escenarios base.

El Producto Interno Bruto (PIB) de México registró un avance de 0.9 por ciento durante el tercer trimestre de este año, alcanzando un crecimiento de 3.3 por ciento respecto al año anterior, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); un incremento paralelo al anunciado por la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) la semana pasada, en donde la economía de Estados Unidos se expandió a una tasa trimestral anualizada del 4.9 por ciento.

Dichos resultados, que se deben principalmente al consumo interno de ambos países y al estado de su mercado laboral contrastan ampliamente con las previsiones que tenían desde el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal (Fed) y hasta el Banco de México (Banxico) al inicio del 2023, explican diversos analistas financieros a Reporte Índigo.

“Conforme fuimos entrando a 2022 y las autoridades monetarias fueron elevando las tasas de interés, las expectativas de crecimiento económico para ambos países se tornaron pesimistas, por lo que al llegar 2023 los analistas financieros y autoridades económicas sostenían como escenario base una recesión que se fue postergando con el pasar de los trimestres; sin embargo, la realidad no correspondía con lo que teóricamente se entiende, es decir, apretamiento monetario es igual a desaceleración importante, algo que no ha sucedido gracias a la resiliencia de ambas economías”, explica Montserrat Aldave, economista principal de Casa de Bolsa Finamex.

Así, el avance del PIB mexicano y estadounidense sorprende dado el contexto de altas tasas de interés, donde la Fed y Banxico continúan con una postura restrictiva, y la persistencia de presiones inflacionarias particularmente en el componente subyacente de la inflación; cuestión que ha llevado al FMI a mejorar ligeramente la previsión de crecimiento económico para ambas economías de cara al próximo año a pesar de un pronóstico menor en la economía global para 2024, incluso por debajo del promedio histórico de la organización.

Ocupación y consumo, la clave

“El mercado laboral en ambos países se ha mantenido bastante fuerte y eso ha sido un gran catalizador para el consumo ya que esa variable ha fungido como un motor de crecimiento económico; en el caso de México también hay que contemplar el componente de remesas que a pesar de desacelerarse continúa siendo un factor de apoyo muy fuerte a los hogares de los mexicanos”, señala Iván Arias, director en Estudios Económicos de Citibanamex.

Al respecto, el dato más reciente de INEGI sobre desocupación indica que el dos por ciento alcanzado desde enero se mantiene, lo que se traduce en un panorama laboral fuerte que ha incidido en el hecho de que el consumo privado se ubique aún en niveles históricos a pesar de registrar el mismo nivel durante los dos últimos meses.

Al interior de la economía estadounidense sucede algo similar; ya que su PIB se vio impulsado de manera importante por el gasto de los consumidores, de acuerdo con la BEA; factor posible gracias al empleo pujante que vive la considerada economía más grande del mundo y refleja una de las tasas de desempleo más bajas de las que se tenga registro en esa nación.

Sin embargo, aunque los efectos de la política monetaria de la Fed y Banxico han logrado disminuir las presiones inflacionarias, no han desacelerado la economía lo suficiente para alcanzar los objetivos fijados por ambos bancos centrales, lo que a la larga sí podría tener un impacto en la actividad económica de los países norteamericanos al grado de contraerla.

No se puede cantar victoria

Los analistas consultados por este medio coinciden en que la persistencia de una política monetaria restrictiva para combatir la inflación resulta como el riesgo principal para que la actividad económica se desacelere incluso al grado de contraerse, y continua latente aunque dicho escenario no se haya materializado en este año.

“Todavía no podemos cantar victoria porque aún se está instrumentando una política monetaria restrictiva, incluso con la posibilidad de que se profundice, en el caso de la Fed, y también la postura de diversos bancos centrales de mantener las tasas elevadas por más tiempo; por eso es que no estamos hablando de una relajación monetaria, sino que los efectos los veremos más adelante”, advierte Janneth Quiroz, directora de Análisis en Monex.

Al momento, los bancos centrales de México y Estados Unidos mantienen sus tasas de referencia más elevadas a la vez que han replanteado sus escenarios base donde ya descartan una recesión, aunque dan por sentado que la actividad económica deberá, de menos, relajarse para que el aumento de los precios en bienes y mercancías retornen a su rango objetivo.

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