A la conquista de marte

Algunos de los empresarios más importantes del mundo incursionan en los negocios espaciales en un intento por ser el número uno fuera de la órbita terrestre

“Alcanzar metas en el espacio es algo que se celebra porque ahí no hay competencia”
Efrain GutiérrezIngeniero de telemetría en Virgin Orbit

Elon Musk, dueño de Tesla y SpaceX; Jeff Bezos, director de Amazon, así como Richard Branson de la firma espacial Virgin Galactic, son los millonarios que comenzaron hace un par de años la carrera por la conquista del espacio.

Todo comenzó en 2016 cuando el físico y magnate Elon Musk anunció su intención de perpetuar la especie humana ante las posibles catástrofes en la Tierra, a través de la creación de un sistema de transporte interplanetario basado en mil naves reutilizables con capacidad para 100 pasajeros cada una con destino a Marte.

Siegfried Seedorf, profesor emérito de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, asegura que con la creación de esta tecnología el futuro para SpaceX en el negocio intergaláctico es prometedor, ya que al no tener que construir naves de una sola vida se ahorrará lo suficiente para invertir en más equipos.

“Si este proyecto se perfecciona, en un futuro será rentable y eficiente, pasará como con las aerolíneas: al principio no había muchas y el servicio se encarecía, pero con el tiempo surgieron más y el precio de los boletos bajo porque surgió la competencia y pronto sucederá lo mismo en este sector”, detalla el académico.

Para que la utopía de Musk se haga realidad y se pueda colonizar Marte, no sólo se necesitarán entre 40 y 100 años, sino también un millón de personas que estén dispuestas a crear una civilización autosuficiente

Los interesados en ser pioneros de este servicio ya pueden adquirir un viaje redondo al planeta rojo por menos de 500 mil dólares (10 millones de pesos al tipo de cambio actual), en caso de que las naves sean reusables, el precio bajaría a los 100 mil dólares (dos millones de pesos), dependiendo de los avances a los que se llegue con la nave Starship.

Aunque hasta el momento las pruebas del servicio han avanzado de forma considerable, el también dueño de Tesla Motors se ha encontrado solo en el desarrollo y financiamiento del proyecto, situación que frena su meta de llevar a las personas a Marte en 2028.

Aunque por ahora la compañía SpaceX no alcanza a cubrir la cantidad de capital necesaria para solventar el proyecto.

Ante este panorama la empresa deberá seguir de manera independiente porque el Derecho Espacial (rama que engloba todas las leyes que controlan las actividades en el espacio exterior y que está regulado por la Oficina de Naciones unidas para Asuntos del Espacio Exterior), impide que otros países participen en investigación, equipo y financiamiento, debido a que en el tema de exploración espacial es muy estricto en ese sentido.

Odisea por el espacio

Antes de llegar al planeta de la guerra, otros millonarios han apostado por dar pasos firmes y hacer pruebas alrededor de la Tierra y la Luna.

Uno de los que se ha lanzado a la conquista del espacio es Richard Branson, quien a través de su compañía Virgin Galactic manifestó desde hace 14 años su interés por el turismo de vuelos comerciales.

En diciembre de 2018 la compañía se convirtió en la primera en lograr un vuelo comercial tripulado al espacio.

Virgin Galactic dio la noticia de que su nave SpaceShipTwo, que despegó en California y fue tripulada por dos pilotos, alcanzó 82.7 km de altura, luego de que despegara ensamblada a otro avión del cual se desprendió para seguir elevándose a una velocidad de siete km por segundo

Efrain Gutiérrez, ingeniero de telemetría en Virgin Orbit, detalla en entrevista que una de las principales metas de la empresa es que los vuelos puedan ser accesibles para la clase media y baja. A un precio de 250 mil dólares, y que podría bajar con el tiempo, para que el espacio se abra para todos.

250 mil
dólares cuesta un viaje redondo a la Tierra en Virgin Galactic

“Cerca de 600 personas ya están preinscritas en estos vuelos espaciales. Ellos podrán experimentar la ingravidez y ver la curvatura de la tierra, incluso cuando sobrepasen una latitud de 83 kilómetros cerca de la cuarta capa de la atmósfera los turistas serán considerados como astronautas”, comenta el telemetrista al otro lado de línea telefónica desde Estados Unidos.

Jeff Bezos, considerado el hombre más rico del planeta, también se subió con su empresa Blue Origin a la conquista de las estrellas.

Con su cohete New Shepard, en su noveno vuelo de prueba sin tripulación alcanzó el año pasado el límite de su potencia al alcanzar 119 kilómetros de altura.

Los técnicos de la compañía después de la prueba reportaron que tanto la cápsula tripulable como el cohete regresaron a la superficie de forma vertical y controlada.

El ingeniero Jaime Gutiérrez afirma que falta poco para que a los viajes espaciales se les dé luz verde, comenta que tal vez para el próximo año las naves ya vayan y regresen a sus bases de lanzamiento sin que exista mucho riesgo.

Sin embargo, existen varios factores que podrían intervenir en el sueño de este trío de millonarios, pues no son los únicos que buscan incursionar en los negocios espaciales; China y Rusia también poseen grandes avances

Jaime Gutiérrez explica que los retos a los que también se enfrentan es que deben construir aeronaves que soporten las temperaturas extremas del espacio, la radiación, la ruta a seguir, un pequeño desvío podría sacar de la órbita a la tripulación y no habría retorno.

“Puede que aún exista incertidumbre sobre la seguridad de estos equipos, pero con el paso del tiempo y las pruebas que se están realizando, en un futuro las dudas serán mínimas”.