Queta y Juana son parte de la primera fuerza de trabajo en Iztapalapa, en estas imágenes contamos su historia. Foto: Especial

8M: las mujeres de la primera línea de trabajo

Además de enfrentar factores discriminatorios por su labor, las mujeres dedicadas a la recolección de basura tienen que luchar a diario con los obstáculos impuestos por la sociedad

Todos los días, en cada hogar mexicano se produce basura. De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México se generan más de 100 mil toneladas de residuos diarios, los cuales provienen de viviendas, edificios, avenidas principales, parques y jardines.

Queta y Juana son parte de la primera fuerza de trabajo en Iztapalapa. Ellas, quienes se dedican a recoger residuos, saben que ser recolectoras de basura no es un oficio fácil, requiere un gran trabajo físico y mental. Además de enfrentar factores discriminatorios por su labor, las mujeres dedicadas a este arte, tienen que luchar a diario con los obstáculos impuestos por la sociedad en un ambiente en el que el 80 por ciento de la fuerza laboral la integran hombres.

Queta y Juana platican después de su jornada laboral. Foto: Silvana Flores
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Economía, las recolectoras de basura representan 19 por ciento de la población dedicada a la recolección. Tienen un salario promedio de 2 mil 500 pesos, a diferencia de los varones que reciben más de 3 mil pesos. Los sueldos varían según la base que les corresponda. Foto: Especial
Queta creció en el mundo de la basura. LLeva dos años como supervisora de zona. Antes era secretaria y hoy es la única jefa de sector en Iztapalapa. De oficio heredado y de una gran lealtad familiar, Enriqueta siguió los pasos de su madre quien también era recolectora. Foto: Silvana Flores
Hace 26 años, Juana comenzó a dedicarse a los residuos. Ella es recolectora en la colonia Ampliación el Triunfo, Iztapalapa, todos los días comienza su jornada laboral a las 5 de la mañana. El trabajo lo realiza al lado de un par de compañeros que ella se ha encargado de apadrinar para que puedan tener algunos ingresos. Foto: Silvana Flores
Enriqueta platica que uno de los obstáculos que ha enfrentado como supervisora es la violencia de género, a través de compañeros negados a aceptar órdenes de una mujer; sin embargo, ella dice sentirse tranquila porque piensa que el camino no puede ser perfecto, pero los retos del hoy, harán que un día pueda cumplir el sueño de ser locutora de radio. Foto: Silvana Flores
Juana, como otras trabajadoras y otros trabajadores de la basura, pasó más de 18 años sin un contrato, lo cual ha implicado diferentes retos. Realiza una actividad en la que expone su integridad personal ante la indiferencia de una sociedad que no separa los residuos, lo que implica un riesgo sanitario para quienes trabajan con ellos. Foto: Silvana Flores
“Me hago cosas significativas”, menciona Juana mientras muestra el tatuaje dedicado a su madre. Se acomoda el uniforme naranja que porta durante sus recorridos por Iztapalapa. Platica que jalar el carrito de la basura es su entrenamiento para correr maratones. La semana pasada viajó a El Salvador para correr su tercer maratón de 42 km. Foto: Silvana Flores
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