El cine mexicano actual no ha destacado por tener historias de terror… hasta ahora. Huesera llega para acabar con esto
Hay miedos que inquietan más que lo fantástico o paranormal. Situaciones más terrenales que a pesar de ser naturales, le erizan la piel a más de uno. Y es quizá esa naturalidad la que hace que todo sea más perturbador al hacernos sentir más cerca de ese escenario. Después de girar y conquistar el circuito de festivales internacionales, por fin podemos disfrutar en México de Huesera, la ópera prima de la directora Michelle Garza Cervera, una película mexicana que llega para marcar pauta de lo que espero sea “el nuevo cine de terror mexicano“.
EL MIEDO DE UNA GENERACIÓN
A pesar de que ya habíamos visto producciones mexicanas refrescantes, Huesera llega a posicionarse en un punto distinto, en un género poco explorado por los realizadores nacionales actuales y con una calidad visual, auditiva y narrativa increíble. Contando una historia que en más de una ocasión hemos escuchado, ya sea por algún chisme o narrativa popular.
En Huesera, seguiremos de cerca la relación y embarazo de Valeria y Raúl. Dos adultos jóvenes que disfrutan de la vida capitalina soñada. Departamento en una buena zona, un auto y la posibilidad de ser padres por convicción. Es en este último punto dónde recae la historia de la película. Si bien existe la iniciativa por ambos protagonistas, las inseguridades, deseos personales personales y temas familiares jugarán un papel importante para que Valeria dude respecto a la maternidad.
Desde clásicos como El bebé de Rosemary, hasta cintas más actuales como Babadook, este tipo de historias que ya deberían ser consideradas dentro de un subgénero, han retratado el miedo, las dificultades e incluso las injusticias que implican la maternidad y la decisión sobre la misma ¿Qué suma esta producción al catalogo de historias antes mencionado?
TERROR A LA MEXICANA
La visión de Michelle Garza de la historia escrita en mancuerna con Abia Castillo nos da una producción llena de identidad al atraer y adaptar conceptos que ya habíamos visto en producciones extranjeras, pero que en esta ocasión vemos plasmadas en escenarios más cercanos al público nacional.
Con escenas de horror corporal y una atmósfera perturbadora y envolvente a través del audio, seremos testigos de la tortura que sufre Valeria al ser atormentada por un elemento nada sobrenatural pero mucho más preocupante: La maternidad obligada e incluso la perdida de decisión sobre su vida. De principio a fin, Huesera no busca suavizar las situaciones que plantea, por el contrario, aumenta la intensidad y contundencia del mensaje.
Con claras influencias en otras producciones, esta cinta logra conquistar los conceptos que la inspiraron y presenta una historia perturbadora, que se aleja de sustos fáciles. Huesera logra romper con las creencias y prejuicios que se tiene del cine mexicano, entregando una pieza de calidad y cercana al público actual.
