Pocas veces un título era tan esperado por aficionados de diversas partes del mundo.
Un equipo que peleaba por no descender, cuyo objetivo era solo tratar de mantenerse en la máxima categoría del futbol inglés, terminó por protagonizar la historia moderna de la Cenicienta en el balompié.
El Leicester, sin jugar ayer, se coronó como el nuevo monarca de la Liga Premier de Inglaterra, gracias al empate de 2-2 entre el Chelsea y el Tottenham.
Los Spurs, que iban ganando 2-0, necesitaban el triunfo para impedir que los Zorros se quedaran con el campeonato y mantenerse con vida en la pelea por el título de Inglaterra.
Pero las anotaciones de Gary Cahill y Eden Hazard, acabaron con la esperanza de los Spurs.
Ahora, el modesto Leicester, que de paso hizo millonarios a algunos aficionados, protagonizó la mejor historia de un campeón de la Liga Premier.