Un nuevo sello

La era de Gerardo Martino al frente de la Selección Nacional comienza este sábado frente a Chile. El técnico argentino buscará imprimirle un estilo propio a una base de jugadores que suma varios años
Ricardo Resendi Ricardo Resendi Publicado el
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El camino a la Copa del Mundo en Qatar está por comenzar y para llegar a tierra prometida en 2022 la Selección Mexicana vivirá un nuevo proceso bajo la dirección de Gerardo Martino, quien intentará plasmar su estilo de juego lo antes posible para derrotar a los fantasmas del quinto partido que agobian al conjunto nacional.

La ventaja para el técnico argentino es que contará con una sólida base de futbolistas que suman varios procesos mundialistas, aunque ha dejado entrever que prescindirá de algunos, específicamente por temas de disciplina y compromiso.

La magnitud del paquete del ‘Tata’ con la Selección Mexicana no es desconocido para el argentino, que bajo el estilo de la escuela de Marcelo Bielsa, el cual aprendió cuando se inició como entrenador profesional en Newell’s Old Boys, tratará de clasificar al Tri al Mundial lo antes posible.

Con 56 años de edad, el ahora entrenador del combinado verde ha tenido experiencia en las selecciones de Argentina y Paraguay; así como en clubes de la talla del Central Córdoba de Argentina, Libertad de Paraguay y Barcelona de España, donde ha logrado combinar las enseñanza del ‘Loco’ Bielsa, con una visión personal del futbol.

Aunque Martino ha dirigido a estrellas del calibre de Lionel Messi, Sergio Agüero, Xavi, Carles Puyol, Andrés Iniesta, entre otros, las figuras de gran renombre no son prioridad para el ‘Tata’, ya que a lo largo de su carrera ha sabido adaptarse a los jugadores que tiene para planear la mejor estrategia de juego dentro de la cancha.

Dentro del parado táctico, Martino suele usar un esquema de 4-3-3 para hacer de las bandas su fortaleza de ataque, pero cabe recordar que los experimentos para buscar buenos resultados también son lo suyo. Con Paraguay, el ‘Tata’ es recordado por un 4-4-1-1 o 4-2-2-2 defensivo, mientras que con la Albiceleste y los Blaugrana mantuvo un 4-3-3 en el que prevalecía la posesión del esférico.

La misma garra del ‘Vasco’

En los periodos de 2001-2002 y 2009-2011, Javier Aguirre logró trasladar a la Selección Mexicana el espíritu de lucha que tuvo como futbolista. El ‘Vasco’ fungió como ‘bombero’ que encaminó al cuadro tricolor a los Mundiales de Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010.

A través de un 4-2-2-2, el técnico mexicano pretendía darle equilibrio defensivo a su equipo con dos contenciones, así como poderío ofensivo con dos volantes por la bandas que pudieran desbordar y enviar centros a los delanteros.

Sin embargo, la principal característica de la Selección Mexicana bajo la dirección del ‘Vasco’ era el espíritu solidario que motivaba a sus jugadores a pelear durante los 90 minutos, utilizando un marcaje agobiante que los hacía correr hasta la extenuación.

Así como para Aguirre el ímpetu y la garra eran fundamentales en cada uno de los partidos disputados, para el ‘Tata’ Martino la intensidad en cada centímetro de la cancha resulta indispensable para agobiar al rival, llevándolo a cometer errores que le permitan a sus equipos tener una buena oportunidad de ataque y hacer daño.

Adiós rotaciones

El mal sabor de boca que le quedó a los aficionados de la Selección Mexicana tras el proceso del Juan Carlos Osorio tuvo que ver en gran medida a las rotaciones de sus elementos, dependiendo de las condiciones del rival.

Durante su paso por el combinado tricolor (2015-2018), en 52 partidos disputados el técnico colombiano solamente repitió alineación en los enfrentamientos de fase de grupos del Mundial de Rusia 2018, frente a Corea del Sur y Suecia.

En contraste con Juan Carlos Osorio, quien optaba por modificar las alineaciones a partir de las fortalezas y debilidades del rival, el ‘Tata’ Martino busca consolidar un once fijo que pueda mantener a lo largo de una competición, sin importar el contrincante.

Asimismo, mientras Osorio buscaba con un 4-3-3 ofensivo una rápida transición de la defensa al ataque con trazos largos, para el oriundo de Rosario, Argentina, la posesión de balón es indispensable, priorizando la circulación rápida del esférico a través del toque de primera intención.

La primera prueba llega ante Chile y el martes frente a Paraguay, rivales de calidad que exigirán del nuevo Tri de Martino concentración y eficacia para arrancar con el pie derecho.

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