"Fui muy agresivo en la pista, golpeando las ruedas con las de Jenson. Quizás arriesgué demasiado, pero el equipo no me dijo nada”
Las críticas siempre seran productivas, si se saben asimilar y poner manos a la obra.
Tras una semana llena de juicios en su contra por el mal desempeño con McLaren, Sergio Pérez logró sumar ocho puntos más a su cosecha al terminar sexto en el Gran Premio de Bahréin.
Arrancar en doceavo lugar, dos puestos por debajo de su coequipero Jenson Button, no pudo ser mejor escenario para que el tapatío se fajara como los grandes y remontara seis lugares.
Ser considerado el peor novato en los últimos 20 años con McLaren fue un tema desastroso para el joven piloto, pero en lugar de quedarse a lamentar los infortunios de su debut, mejor puso su corazón en el volante y dio muestra de que puede pelear los puntos.
Escaló posiciones, fue paciente cuando tuvo que serlo pero aguerrido hasta donde pudo. Como cuando intercambió posición a mitad de la carrera al grado de golpear el monoplaza de su coequipero, lo que provocó un ligero daño en su alerón.
Al cierre de la competencia en el arenoso circuito de Manama, Sergio peleó el séptimo puesto con Fernando Alonso, de Ferrari, pero como no se conformó, alcanzó a meterse entre Lewis Hamilton, de Mercedes, y Mark Webber, de Red Bull, que codo con codo peleaban el quinto puesto. “Checo supo hacerla y le robó a Webber su lugar para finalizar en la sexta posición.
