Oro maldito

Después de haber conquistado la presea áurea, los resultados de las selecciones nacionales fueron en picada, al grado de que todavía se sigue peleando la última posibilidad de estar en el Mundial de Brasil 2014.

México tocó el “Cielito lindo” al conseguir el segundo reconocimiento más importante en el futbol, apenas debajo de una Copa del Mundo.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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De efectividad es la que ha tenido México en los últimos 10 meses
México no pudo escalar más de la tercera posición en la eliminatoria, incluso mostró un retroceso futbolístico
El año pasado México estuvo en la élite del futbol profesional. Pero de pronto, la suerte le cambió al Tricolor en todas las categorías

Después de haber conquistado la presea áurea, los resultados de las selecciones nacionales fueron en picada, al grado de que todavía se sigue peleando la última posibilidad de estar en el Mundial de Brasil 2014.

México tocó el “Cielito lindo” al conseguir el segundo reconocimiento más importante en el futbol, apenas debajo de una Copa del Mundo.

Aquel 11 de agosto de 2012, en el Estadio de Wembley, el Tricolor Olímpico derrotó a la selección de Brasil en uno de los mejores partidos que se recuerden para un representativo azteca, y se colgó el oro de la justa veraniega.

Pero tal parece que ese histórico logro fue más dañino que benéfico para el balompié nacional, pues una maldición ha caído desde esa fecha.

Después de haber conquistado la presea áurea, los resultados de las selecciones nacionales fueron en picada, al grado de que todavía se sigue peleando la última posibilidad de estar en el Mundial de Brasil 2014.

Todo era perfecto. José Manuel de la Torre era el técnico idóneo para el Tri Mayor porque en su inicio dentro de la eliminatoria superó a sus rivales casi “caminando”, para terminar en décimo quinto sitio en el ranking FIFA.

“Chepo” convirtió a México en una de los equipos más efectivos de la Concacaf, al conseguir el 100 por ciento de los resultados en partidos oficiales al vencer en ida y vuelta en la tercera fase de la clasificación.

No fue cualquier cosa ese primer paso. Terminaron en primer sitio del Grupo B con 18 puntos y un ambiente inmejorable que a todos hizo soñar con el Mundial más cerca. Y más, cuando México enfrentó seis partidos amistosos, de los cuales ganó cuatro y perdió dos.

Londres fue de México

La pasión por la Selección llegó más lejos de un destino imaginable. En el grupo donde fue sembrado como cabeza de serie, terminó como líder con dos partidos ganados y uno empatado. En los cuartos de final eliminó a Senegal y en la semifinal hizo lo propio ante Japón, para culminar el sueño ante Brasil.

El 2013 y la debacle

Con el 2013 como un año lleno de expectativas, la alegría por el futbol pasó al sufrimiento en menos de seis meses con uno de los grandes fracasos. 

El Tri sufrió una de sus más malas actuaciones en la fase inicial  de la Copa Confederaciones, tras perder sus dos primeros encuentros contra Italia y Brasil, aunque cerró con un triunfo sobre Japón.

Después, de la misma mala suerte, se derivó otro fracaso: la Copa Oro. Los verdes fueron echados del torneo en semifinales a pesar de que acudieron omo campeones defensores.

Perdieron 2-1 frente a Panamá en un partido inexplicable para casi toda la zona de Concacaf. El famoso “gigante” se estaba cayendo a pedazos contra un adversario que históricamente jamás los habían derrotado.

En ese momento la malaria se hizo presente. México tampoco pudo escalar más allá de la tercera posición en la eliminatoria mundialista, incluso mostrando un retroceso futbolístico que aprovecharon los oponentes en turno.

La Sub 17, contagiada

Uno de los logros más importantes del futbol mexicano fue el título mundial de la categoría Sub 17, también celebrado en el 2011 en México.

Ciertamente fue catalogado como un semillero de éxito que Raúl “El Potro” Gutiérrez decidió encaminar por un sendero provechoso pero poco se a visto después. 

Lo difícil llegó en 2013, cuando esta generación se contagió del miedo de sus “hermanos” mayores.

En el debut del Mundial Sub 17 de Emiratos Árabes Unidos, Raúl Gutiérrez vio ese temor reflejado en la primera derrota mexicana de 6-1 contra Nigeria.

Ayer, en su segunda participación en la justa mundialista, pudieron respirar con la victoria de 3-1 sobre Iraq, pero necesitan un segundo triunfo ante Suecia en el cierre de la fase de grupos para asegurar su calificación y evitar el fracaso.

¿Tocarán fondo?

Es cuando en la Femexfut sufre las consecuencias del alargue del proceso de “Chepo”, ya que no solo se han convertido en la vergüenza internacional, sino que todavía pueden tocar fondo si no logran el pase al Mundial ante Nueva Zelanda en los dos partidos que les quedan.

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