Bajo nuevas sospechas

El periodista Philippe Brunel relata acciones que han comenzado a despertar sospechas sobre el uso del “dopaje tecnológico”
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Ya fue juzgado y sentenciado por el mundo del ciclismo y del deporte en general, pero el nombre de Lance Armstrong ha vuelto a relacionarse en torno a un hecho deshonesto.

En su libro ‘Correr más rápido que la muerte’, el periodista Philippe Brunel relata acciones que han comenzado a despertar sospechas sobre el uso del “dopaje tecnológico” de parte del ciclista estadounidense.

El escritor cuenta en su obra que Armstrong comenzó a ganar después de que el ingeniero húngaro Istvan Varjas, considerado como el principal desarrollador del dopaje mecánico en el ciclismo, cedió en 1998 su invento a una persona que no conocía, a cambio de una remuneración anual que constantemente estaría en aumento.

Este tipo de “dopaje” consiste en que un sistema mecánico se instala en la bicicleta y sirve como motor.

Uno de los casos más recientes de este tipo de trampa se dio cuando la belga Femke Van den Driessche usó un sistema de este tipo en el Mundial de Ciclocross Sub 23, en enero de 2016.

La Comisión Disciplinaria de la Unión Ciclista Internacional (UCI) suspendió seis años a Van den Driessche.

El año pasado, la UCI investigó al suizo Fabian Cancellara por un supuesto uso de motor en su bicicleta, según acusaciones hechas por Phil Gaimon.

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