Marysol Castro es la primera locutora latina en ocupar un lugar dentro de las grandes ligas de béisbol de los Estados Unidos. Trabaja en Citi Field, para los Mets de Nueva York.
Es una mujer con una amplia carrera periodística en televisión, estuvo como presentadora de noticias en WPIX, en Nueva York; pronosticadora del tiempo para The Early Show, en CBS y como corresponsal de la edición de fin de semana de Good Morning America, para ABC.
De padres puertorriqueños, nació el 8 de julio de 1974, en la ciudad de Nueva York. Se crió en el Bronx y asistió a la Escuela Pública 83 y la Escuela Intermedia 181. Más tarde ingresó en el Programa Oliver Scholars, un programa de acceso escolar independiente para estudiantes de color de alto rendimiento. Asistió a la Westtown School, un internado en Pensilvania y se graduó de la Wesleyan University de Middletown con un título de Bachelor of Arts, en 1996.
Más tarde obtuvo una Maestría en artes en periodismo de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.
Castro fue nombrado locutora pública en Citi Field, el 30 de mayo de 2018, en reemplazo de Alex Anthony. Ella compartirá los deberes con Colin Cosell. El primer juego de Castro fue el 31 de mayo de este contra los Cachorros de Chicago.
La presentadora reconoció que desde muy pequeña tuvo ambiciones muy grandes. A los 12 años, ella decidió que obtendría una beca para seguir estudiando porque estaba convencida de que el mundo era más grande que el Bronx, y que quería verlo y aprender sobre él.
Ahora es la presentadora pública de los Mets. En días de juegos, llega un par de horas antes del primer lanzamiento y repasa las alineaciones, según declaraciones de la propia Marysol a The New York Times.
Fue contratada después de dos audiciones. En una de ellas le dijeron que si era capaz de pronunciar los nombres latinos en español, sería genial.
El ser mujer y de ascendencia latina nunca han detenido a Castro para conseguir lo que quiere, reconoce que ha trabajado mucho para estar donde está, pero resalta que el esfuerzo a valido la pena y que seguirá trabajando sin confiarse porque todo es efímero.