20 años en el aire

El espacio impone respeto: una cancha rectangular de 62 metros de largo por 11 de fondo, los cuatro pelotaris, dos del equipo rojo y dos de camiseta azul, salen al concreto liso con canasta en mano para llegar al centro del lugar, cuales gladiadores saludan a su público, ofreciendo el objeto fabricado de mimbre al aire en señal de cortesía.

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Millones de dólares fue la inversión que se tuvo para la rehabilitación del espacio deportivo
Entre 9 mil y 4 mil dólares ganan aproximadamente los pelotaris actualmente por un mes de trabajo en el Frontón México

El espacio impone respeto: una cancha rectangular de 62 metros de largo por 11 de fondo, los cuatro pelotaris, dos del equipo rojo y dos de camiseta azul, salen al concreto liso con canasta en mano para llegar al centro del lugar, cuales gladiadores saludan a su público, ofreciendo el objeto fabricado de mimbre al aire en señal de cortesía.

El espectáculo no se hace esperar, la pelota de caucho recubierta de piel de cabra inicia su viaje, lanzada entre las parejas de jugadores con la cesta punta. El trayecto es difícil seguirlo con cámaras de video o fotografía, es apenas perceptible por el ojo humano, ya que la bola ronda los 300 kilómetros por hora.

Jai Alai fue como el país vasco decidió denominar este deporte que llegó a México a finales del siglo XIX, teniendo para 1929 la apertura del primer inmueble que fue acogido con gusto por la creciente afición nacional.

En la colonia Tabacalera se construyó el Frontón México, mismo que sirvió como punta de lanza para después propagar la cesta punta hasta ciudades como Tijuana y Acapulco.

Pero después de dos cierres –primero en 1987 y después en 1996– los dos debidos a exigir mejores condiciones laborales que terminaron en huelga, menguaron el éxito del frontón, extendiendo el paro durante 20 años.

Actualmente la cesta punta ya no se juega de manera comercial en el Palacio Jai Alai Tijuana, en Acapulco sólo se hacen torneos ocasionales en el Emotion Casino y en Estados Unidos sobrevive en el estado de Florida.

Ante lo impensable, Antonio Cosío Ariño, dueño del Frontón México, decide reabrir el lugar y con una inversión de 35 millones de dólares en una primera fase, ya que se tiene previsto seguir adecuando el inmueble en el futuro.

Contra toda apuesta posible México no es el único país que busca revivir la época de antaño del Jai Alai, España busca también el resurgir de la pelota vasca, ya que este año comenzaron el rescate del frontón Beti-Jai, el único que sobrevive en pie de 30 existentes en Madrid en el siglo XIX.

¿Podrá la pelota vasca sobrevivir a la modernidad en México?

Volver a empezar

A marchas forzadas el Palacio de la Pelota reabrió sus puertas por tercera ocasión en marzo pasado tras casi dos años de trabajos en el edificio, y aunque ya se encuentra operando con una temporada regular de Jai Alai, más con un apartado dedicado a juegos de azar, el Frontón México sigue actualmente sin ser adecuado en su totalidad.

Tras la huelga de 1996 que enfrentó el administrador Miguel del Río durante dos décadas, el 12 de marzo del presente año la Junta Federal de Conciliación Arbitraje apuntó a que la empresa Operadora de Espectáculos Real de México, propiedad Del Río, debía finiquitar los salarios pendientes, desmarcando a los dueños del inmueble de toda responsabilidad.

“Todo ese problema al final le compete a esas administraciones, simplemente esta administración es ajena a esa época, sabemos que ellos tendrán sus cosas, somos ajenos a un tema jurídico porque no somos ni parte, somos una nueva administración”, explica Alejandro Gaona, director general del Frontón México.

Actualmente el recinto deportivo tiene una planilla de 400 empleados sindicalizados y más allá de que este espacio sólo funcione para partidos de Jai Alai, la intención es que el modelo económico gire en torno a otros espectáculos, como encuentros boxísticos, conciertos y más.

Entre el juego 
y la apuesta

La emoción está en el aire, la pelota va y viene de cesta en cesta mientras el público sigue con la vista la esfera de 15 milímetros de diámetro y al llegar el tanto, la lluvia de aplausos arriba para los pelotaris en cancha.

Pero el furor se pausa por un momento para dar pie a otro atractivo del Jai Alai, las apuestas.

Según Alejandro Safont, quien debutara como pelotari en 1983, se llegaba a apostar un millón de dólares en la década de 1990 solamente en una función, lo cual le inyectaba frenesí a las multitudes que se daban cita en el Frontón México.

“En la mayoría de los deportes es más importante eso, el deporte, pero aquí por tradición ha ido muy de la mano, en este deporte sí es importante que se apueste”, dice Safont.

A pesar de que se mueva un raudal de dinero en las apuestas, los jugadores no perciben una ganancia de esto, su sueldo actualmente fluctúa entre los 9 mil a los cuatro mil dólares mensuales.

“El problema del deporte es que funciona mucho con las apuestas y con las apuestas no puedes hacer un deporte que la gente no puede seguir porque no hay formato deportista (…) para mí hay que quitar las apuestas y desarrollar el lado deportivo”, confiesa el pelotari Jean Olharan, oriundo de Francia.

Afición para todo bolsillo

Personalidades como el Secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, el ex diputado Heriberto Galindo, el Director General del IMSS Mikel Arriola, el empresario Carlos Slim, entre otros, son vistos con frecuencia entre la multitud que acude al Frontón México.

Sin embargo, a un kilómetro y medio de distancia, en la calle Bucareli en el número 118, una fachada con portón verde olivo grafiteado esconde otro recinto modesto, lejano de las grandes fanfarrias y luminarias del momento.

Mientras el Palacio de la Pelota dormitaba enfrente de la Plaza de la República, el Frontón Inclán no ha descansado desde 1956 y 18 años después Carlos de la Rosa llegó para encargarse de la cancha, en donde se dan clases por 1,250 pesos al mes y se renta el lugar a 250 pesos la hora.

“Antiguamente estaba mi padre, que era el señor Salvador de la Rosa, él entró en 1956, se retiró en 1974 al retirarse me dejó a mí en su lugar y seguimos hasta la fecha (…) ahorita uno de mis hijos es el que yo estoy asesorándolo para que él se quede en mi lugar, para que él a su vez continúe con el deporte”, De la Rosa.

Tijuana sin público

Mariano Escobedo, gerente general del Palacio Jai Alai Tijuana, edificio que actualmente sólo funciona como centro de espectáculos, congratula que la pelota vasca vuelva a tener auge en México, pero al cuestionarle de si esto podría revivir los años de juego en la frontera del país, descarta inmediatamente la posibilidad.

“Para que resurja el frontón en Tijuana es un tanto difícil porque el 85 por ciento de la población no es tijuanense para empezar, entonces se tendría que recrear o nuevamente educar a la población hacia el juego de frontón (…) La afición en el DF es exclusivamente de ciudadano mexicano, y aquí la afición anteriormente hace muchos años fue del anglo, del americano”, comenta el empresario vía telefónica.

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