El último rival que lo venció

Parece invencible, pero no lo es. Floyd Mayweather Jr, el boxeador más ovacionado del mundo y quien posee los récords de ganancias económicas más exorbitantes del deporte, también ya probó el sabor amargo de la derrota.

Su nombre, Serafim Todorov, su nacionalidad, búlgara. Ha pasado tiempo desde el momento en que ambos, jóvenes, subieron al ring con sus guantes. Para ser precisos han pasado 19 años, pero el recuerdo y la hazaña sigue tan viva como siempre.

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mdd es la fortuna que tiene Floyd Mayweather
"Fue como cualquier otra pelea. Para ser honesto, me habían golpeado luchadores mucho más fuertes"
Serafim TodorovExboxeador

Parece invencible, pero no lo es. Floyd Mayweather Jr, el boxeador más ovacionado del mundo y quien posee los récords de ganancias económicas más exorbitantes del deporte, también ya probó el sabor amargo de la derrota.

Su nombre, Serafim Todorov, su nacionalidad, búlgara. Ha pasado tiempo desde el momento en que ambos, jóvenes, subieron al ring con sus guantes. Para ser precisos han pasado 19 años, pero el recuerdo y la hazaña sigue tan viva como siempre.

Mayweather, quien ahora se prepara para protagonizar junto a Manny Pacquiao la pelea de box más importante en los últimos tiempos, tiene un récord invicto de 47-0 en su historial como profesional.

Pero antes de convertirse en una figura del boxeo, Manny también fue un amateur con sueños, victorias y hasta experiencias difíciles que terminaron por formar a quien hoy todos conocen como el excéntrico pugilista que todo lo gana.

Fue en 1996 durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, cuando a los 19 años en su categoría de Peso Pluma, el “Money” sostuvo la semifinal ante Serafim Todorov, un respetado campeón del mundo en tres ocasiones que siendo más fuerte y más habilidoso le ganó a Floyd.

“Le gané a todos los rusos, todos los cubanos, algunos estadounidenses, alemanes, campeones olímpicos. Me burlaba de ellos en el ring. Yo era muy inteligente. Era un artista”, dijo Todorov al New York Times.

Todorov sólo entrenó tres semanas previo a los Olímpicos y aún demolido por las anteriores peleas a la de Mayweather, lo encaró. 

Previo al antidoping riguroso del combate, algunos promotores se acercaron a Serafim. Él los rechazó pese a la tentadora oferta, para luego dirigirse con Floyd.

La pelea tuvo lugar un viernes. “Fue como cualquier otra pelea. Para ser honesto, me habían golpeado luchadores mucho más fuertes”, recordó el búlgaro sobre aquel momento.

Mayweather sorprendió a Todorov en las dos primeras rondas. Todorov hizo una finta mientras que Mayweather pegaba en combinaciones. Los adversarios llegaron a la ronda final con Todorov perdiendo por un punto, 7-6.

Aún así, Todorov tenía confianza y en los últimos tres minutos recetó golpes agitados. Dio dos golpes al cuerpo de Floyd y tomó la delantera 8-7, pero con un minuto en el reloj Mayweather empató el marcador.

Todorov regresó con un gancho al cuerpo para el 9-8 y otro golpe en la cabeza puso el 10-8 al fin de la pelea.

Después de la deliberación de los jueces, en el anuncio de la decisión, el árbitro inicialmente levantó el brazo de Mayweather antes de darse cuenta de su error y elevar el de Todorov.

En la actualidad, la realidad de ambos es muy distinta. Mientras Floyd amasa su fortuna que rebasa los 180 millones de dólares, Serafim vive en Bulgaria percibiendo una pensión de 436 dólares al mes.

El búlgaro siempre pensó que su talento sería descubierto, pero tras perder la final de Atlanta 1996 bebió durante dos días seguidos y poco pudo cambiar su suerte por su adicción al alcohol. “Quería esperar a que las cosas mejoraran. Fue una estupidez. Me encontré con el infierno”, concluyó Todorov.

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