El costo del éxito

Heridas, lesiones y cicatrices son parte de las huellas de las batallas de los luchadores, como el Negro Casas, quien en 40 años de trayectoria ha sufrido diversas marcas en su cuerpo
Manuel Cuéllar Manuel Cuéllar Publicado el
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Para los detractores, la lucha libre no es un deporte sino un espectáculo en el que todo es teatro, pero los protagonistas de esta disciplina tienen la mejor manera de rebatir esas creencias mediante las huellas de las batallas: las lesiones.

Los luchadores siempre argumentan que se juegan la vida en cada combate, y aunque suena a cliché, han habido varios casos de muerte en el ring, como el Hijo del Perro Aguayo, y a quienes les ha ido menos mal han visto sus huesos romperse, sus músculos desgarrarse o sus dientes volar por los aires.

Negro Casas, quien está próximo a cumplir 40 años como luchador profesional, explicó que aunque los malestares se superan, quedan las secuelas como marcas del éxito en esta disciplina, de éstas, el ‘4:40’ ha sufrido varias, pero son cuatro las insignias que le quedaron en el cuerpo.

“Creo que mi satisfacción de festejar estos 40 años es que fui creciendo, yo empecé desde la primera lucha hasta que llegué a la estelar”
Negro CasasLuchador

“Creo que si sigo vigente es porque gracias a dios no me puso lesiones que me retiraran. Tuve pubitis, me rompí la clavícula en Japón, se me rompió el pectoral, se me rompió una costilla y todas estas lesiones no me dejaron fuera más allá de los tres meses, por eso soy el ‘tresmesino’ y por eso estoy aquí, estoy luchando”, reconoce desde el mítico escenario de la Arena México

El luchador, que se ha convertido en un maestro tanto como técnico o rudo, celebrará el próximo 3 de agosto su cuarta década como profesional con una lucha con otras leyendas como Solar, Atlantis, Fuerza Guerrera y Octagón.

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Cabelleras Ha ganado el Negro Casas como luchador profesional

Pese a las flagelaciones en su organismo, Casas afirma que pese a sufrir lesiones de gravedad en su momento, jamás consideró retirarse de una profesión a la que soñó dedicarse desde niño, cuando se convenció que sería una estrellas de los encordados.

“Jamás pensé en el retiro, nunca, porque son cosas que uno va asimilando. No sabemos a veces llevar una lesión, el deportista, creo que al igual que todos, tenemos muchos temores y queremos aliviarnos con la pastilla, con la inyección, pero una lesión es un proceso de saneamiento que tenemos que tener la paciencia y hacer otras cosas, saberla manejar.

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Meses El tiempo máximo que tardó en recuperarse de cada lesión

“La lucha libre nos da y nos quita muchas cosas, nos quita salud, tiempo con la familia, compromisos personales, ver crecer a mis hijas, poder pegarles a los novios, por eso es que este deporte es muy sufrido, pero es un intercambio que lo volvería pasar, sin dudas”, asienta sin ninguna duda.

El ‘gen’ luchístico

Hijo de otra leyenda como fue Pepe ‘Tropicasas’, tanto como gladiador y como réferi, el Negro Casas creció con este deporte, pues desayunaba, comía y cenaba peleas, por lo que siempre pensó en emular los pasos de su padre a quien vio por primera vez en una batalla campal a la que, inocentemente, se sumó.

“Lo más significativo que me dio la lucha libre es que me dio a mi familia, a mí mujer, por la lucha libre conocí a mi esposa, que es una mujer de carácter que me ha apoyado siempre”
Negro CasasLuchador

“Mi papá me llevó a Amecameca, de las primeras veces que me llevaba a la lucha libre, cinco año, seis años, me dejó encargado con una señora, pero me escapé, y me subí a una batalla campal y escuchaba que mi papá decía: ‘Agarren a mi hijo’ y yo llorando”, recuerda.

La magia del vestuario

Pese a que toda su vida tuvo oportunidad de pisar un ring debido a su sangre luchística, el amor hacia este deporte se consagró fuera de un cuadrilátero, pues cuando tuvo la oportunidad de estar dentro de un vestuario, supo que su futuro estaba dentro de esta disciplina.

“A los ocho años pude ingresar a los camerinos y ya me di cuenta de toda esa magia que hay y desde ahí yo ya sabía a qué me quería dedicar, decía: ‘de aquí soy’”.

Despreció el extranjero

Negro Casas tuvo una importante trayectoria fuera de México, por tal motivo, la fama del internacional aumentó a grado de que empresas en Estados Unidos le ofrecían un mejor contrato del que tenía en México, pero lo rechazó porque supo que en su país tendría mejores oportunidades de seguir forjando su legado.

“Tuve la oportunidad de trabajar en Estados Unidos, de tener un contrato allá, pero no me gustó, yo tenía mi Arena México, mi público, había más luchas en los noventas, para qué me iba para allá si tengo todo aquí”.

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