Inicia una nueva era

Lo que para la época de los 60 significaron los Celtics, los 80 los Lakers o los 90 los Bulls, para el presente siglo podríamos estar viendo al equipo que se ha robado los reflectores y ha puesto a temblar cada récord impuesto.

Golden State puede ser el superequipo que veamos renacer, un equipo capaz de combinar cuatro jugadores All Star y salir ileso.

Amisaday Farías Ruiz Amisaday Farías Ruiz Publicado el
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82.46
Porcentaje de efectividad de Warriors
Desde la temporada 2014-2015, cuando conquistaron su cuarto campeonato, el equipo de Steve Kerr ha ganado 254 juegos de los 308 que ha disputado

Lo que para la época de los 60 significaron los Celtics, los 80 los Lakers o los 90 los Bulls, para el presente siglo podríamos estar viendo al equipo que se ha robado los reflectores y ha puesto a temblar cada récord impuesto.

Golden State puede ser el superequipo que veamos renacer, un equipo capaz de combinar cuatro jugadores All Star y salir ileso.

Al conjunto de la Bahía no le bastó ser el equipo con mejor arranque en la temporada (24-0), tampoco cambiar la historia al coronarse con un balance de 73-9, una temporada casi perfecta, una fiesta que se acabó antes de comenzar cuando el año pasado perdieron a manos de los Cavs la ventaja de tres partidos en la Serie Final y con ella el título.

Pero para este equipo tal parece que nada es suficiente. Golden State tiene un promedio de 121.6 puntos por juego en la presente edición de las finales de la NBA, más que cualquier equipo en los últimos 50 años.

Son además el primer equipo que barre los Playoffs, apenas con un descalabro en el camino, dejando sus números en 16-1; no hay otro conjunto que lo haya logrado.

Los Warriors, son dueños de la duela, encestan 113.5 unidades por cada 100 posesiones de balón.

Desde la temporada 2014-2015, cuando conquistaron su cuarto campeonato, el equipo de Steve Kerr ha ganado 254 juegos de los 308 que ha disputado, es decir su efectividad es del 82.46 por ciento, además se le suman dos de los tres trofeos que han peleado.

Pero la clave del triunfo además de la defensa, el pick and roll de Curry, los triples de Thompson y el temple de KD, fue que cada jugador de la Bahía fue capaz de aceptar su rol.

Con la llegada de Durant a San Francisco, Curry dejó su rol de estrella y compartió reflectores, Thompson tuvo que ceder a su “Splash Brother” y dedicarse a defender en silencio pero con efectividad. Green maduró su juego y se volvió aún más ofensivo. Zazá, Livingston e Iguodala aceptaron vivir a la sombra de las estrellas, sacrificar minutos con el único objetivo de ganar un campeonato, el éxito de Golden State es un juego de conjunto, un conjunto que puede hacer historia.

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