Los expertos señalan que China absorbería un 35 por ciento más de gas natural licuado que en 2022. Foto: Pexels

La AIE admite que existe incertidumbre sobre la demanda china de gas natural licuado en 2023

Durante un informe la AIE admitió que existe incertidumbre sobre la demanda china de gas natural licuado en 2023

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) admite que existe un gran incertidumbre sobre cuál será la demanda china de gas natural licuado (GNL) en este 2023, dicha incógnita será el elemento que determinante los problemas de aprovisionamiento en Europa, más que el cierre total de los gasoductos que vienen de Rusia.

En su informe trimestral del mercado del gas, la AIE establece como escenario un incremento de la demanda china de GNL del 10 por ciento en 2023, después del histórico bajón del 21 por ciento en 2022, que fue uno de los factores que explican por qué no faltó gas en Europa el año pasado.

China podría absorber un 35 por ciento más de gas natural licuado que en 2022

Los expertos contemplan otros dos escenarios, un nuevo descenso del 10 por ciento del GNL que llega por barco al gigante asiático basado en un incremento de la demanda china de gas de únicamente un 3,2 por ciento, que se cubriría con más producción propia y con un alza de las importaciones por gasoducto, en particular de Rusia.

El escenario que más preocupa al continente europeo es que China absorbería un 35 por ciento más de gas natural licuado que en 2022 por una subida del consumo de gas del 9,4 por ciento al que no podrían responder de forma suficiente ni sus propios yacimientos ni las entradas por gasoducto, que permanecerían estancadas.

La agencia advirtió que eso generaría “una feroz competencia en los mercados internacionales y podría hacer que los precios volvieran a los niveles insostenibles del verano pasado”.

El consumo de gas en Europa bajo durante 2022

El consumo total de gas en Europa bajó un 13 por ciento en 2022 y el desplome fue particularmente intenso en el tercer trimestre (el retroceso en los volúmenes negociados fue del 20 por ciento) coincidiendo con el pico de los precios.

Europa sustituyó una parte del gas que dejó de llegarle por gasoducto desde Rusia con GNL transportado por barco, que se disparó un 63 por ciento, procedente sobre todo de Estados Unidos, que supuso aproximadamente dos tercios de ese incremento (43.000 millones de metros cúbicos).

El precio de referencia en el Viejo Continente llegó a multiplicarse casi por ocho, si se compara con la media del periodo 2016-2020. En Asia la demanda se recortó un 2 por ciento, algo en lo que influyeron igualmente las restricciones por el COVID-19 en China y a un tiempo relativamente templado en el noreste de ese continente.

La horquilla de las previsiones sobre la demanda china de GNL con la que trabaja la AIE equivale a 40.000 millones de metros cúbicos, de 75.000 en la hipótesis baja a 115.000 en la alta.

Eso es más que los alrededor de 28.000 millones de metros cúbicos que podrían llegar de Rusia si Moscú mantuviera de media durante todo este año un flujo equivalente al que ha habido desde que se interrumpió a finales de agosto el suministro por el gasoducto Nord Stream 1.