Los 49 cuerpos mutilados hallados el domingo en Cadereyta Jiménez pone en evidencia una vez más al gobierno de Rodrigo Medina.
Porque el caso no pasará como desean las autoridades, al baúl de los recuerdos, que es su estrategia de control de daños con miras a las elecciones del 1 de julio.
La versión oficial del domingo, tras la masacre, fue desmentida ayer por una serie de narcomantas en San Luis Potosí y Zacatecas.
Los mensajes son atribuíbles presuntamente al grupo de Los Zetas, quienes hicieron burla de las autoridades.
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