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Y tú, ¿tienes hepatitis?

¿Cuándo fue la última vez que te hiciste un tatuaje o piercing? Si fue “hace mucho” y ya no te acuerdas, es probable que tengas hepatitis C y ni siquiera te hayas dado cuenta.

Se te hace fácil. Te pones un arete cuando estás de vacaciones en la playa o un tatuaje y no tomas en cuenta las consecuencias, pues estas pueden aparecer décadas después.

"El número de muertes asociadas con la hepatitis es aproximadamente igual al de personas que mueren en las carreteras por lesiones de tráfico"
Rafael MazinAsesor principal en VIH, enfermedades de transmisión sexual y hepatitis de la OPS/OMS
"En la actualidad la hepatitis C se puede curar en 28 semanas, con una inversión aproximadamente de 100 mil pesos"
Margarita DehesaFundación Mexicana para la Salud Hepática
Las hepatitis B y C crónicas son la principal causa de cáncer de hígado en el mundo
"Hoy muchos mexicanos  tienen alguno de los factores de riesgo como son: tatuajes, transfusiones previas a 1995, piercings, así como procedimientos dentales realizados con instrumental contaminado, e incluso algo tan común como los tratamientos de belleza en las manos y pies, si el material no está debidamente esterilizado (...)"
Enrique Wolpert BarrazaPresidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana para
la Salud Hepática (FundHepa)

¿Cuándo fue la última vez que te hiciste un tatuaje o piercing? Si fue “hace mucho” y ya no te acuerdas, es probable que tengas hepatitis C y ni siquiera te hayas dado cuenta.

Se te hace fácil. Te pones un arete cuando estás de vacaciones en la playa o un tatuaje y no tomas en cuenta las consecuencias, pues estas pueden aparecer décadas después.

Y es que se calcula que hay un millón 600 mil personas infectadas con algún tipo de este virus en México, donde cada año se registran alrededor de 19 mil 300 nuevos casos, comparte en entrevista para Reporte Indigo el gastroenterólogo Enrique Wolpert, presidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa). 

–para el que no hay cura– es que no presenta síntomas, por lo que puede pasar desapercibido durante años.

Una vez que la persona comienza a presentar complicaciones como cirrosis y cáncer de hígado, es cuando se detecta. En algunos casos la enfermedad ya está en etapa grave. 

La mitad de los casos de cáncer hepático corresponde a pacientes con cirrosis por hepatitis C, subraya Wolpert. 

El mayor número de personas infectadas son pacientes mayores de 50 años, los cuales se contagiaron décadas atrás por alguna transfusión de sangre (contaminada), realizada antes de 1995, cuando aún no se examinaba la sangre donada para detectar la presencia del virus.

El progreso de la hepatitis C puede durar de entre 20 a 30 años.

“(…) muchos años después les detectan el virus ya sea porque fueron a donar sangre y los rechazaron o porque su médico les mandó pedir la prueba, que es muy sencilla y sensible”, explica Wolpert. 

“Imagina a una persona que va a donar sangre para un familiar o amigo. Se siente perfecto. Tan bien, que va de una manera altruista a donar sangre y se le cae el mundo cuando lo rechazan porque tiene hepatitis C”. 

El especialista advierte que los casos de hepatitis C que apuntan a aumentar en los próximos años serán los de jóvenes que se inyectan sustancias ilícitas vía intravenosa y que intercambian jeringas y agujas con otros usuarios de drogas. 

“(…) a los dos años de esta práctica, el 100 por ciento” puede estar infectado con este virus, “y otras cosas: VIH, por ejemplo, o hepatitis B”.

Más allá del alcohol

Es común que se siga aludiendo al abuso del alcohol como el principal detonante de la cirrosis hepática, que es la segunda causa de muerte en personas de entre 30 a 59 años, en México.

Pero la realidad es que las infecciones por hepatitis B y C hoy se ubican como las principales causas de esta enfermedad crónica del hígado, cuando el daño de este órgano es irreversible. 

La cirrosis y otras complicaciones graves de la hepatitis C, que incluso ameriten un trasplante de hígado, podrían evitarse si se realiza la prueba de forma oportuna. 

“Es tan barata, tan sensible y tan fácil de hacer que debiera estar en los chequeos médicos”, enfatiza Wolpert. 

“Son muchísimos los pacientes que van a consulta por otras razones y en el interrogatorio, en su historia clínica, es tan sencillo preguntarles si han recibido una transfusión de sangre. Si la respuesta es positiva, se deben establecer las fechas de cuándo ocurrió esto, y luego solicitarle la prueba de la hepatitis C”. 

De confirmarse el resultado, la persona podrá someterse a tratamientos que pueden curar la hepatitis C en más del 95 y hasta 100 por ciento de los casos, subraya el médico. 

Es tu responsabilidad 

Si sabes que el virus de la hepatitis C no es raro, que su diagnóstico oportuno no es sentencia de muerte, que las complicaciones graves y mortales como la cirrosis o el cáncer hepático y una cirugía mayor como un trasplante de hígado son evitables y, sobre todo, que te encuentras en un grupo de riesgo, ¿por qué no te realizarías la prueba? 

El gastroenterólogo Enrique Wolpert señala los siguientes factores de riesgo que obligan a una persona a realizarse la prueba de la hepatitis C:

> Personas que al nacimiento hayan recibido una exanguinotransfusión, un procedimiento que implica reemplazar una gran cantidad de sangre del bebé con la sangre de un donador. “Vemos jóvenes de 30 años con hepatitis C que fueron transfundidos al nacimiento”.

> Mujeres en edad reproductiva que hayan recibido una transfusión de sangre en una operación cesárea, por ejemplo. 

Haberse hecho tatuajes o piercings en condiciones no higiénicas.

> Jóvenes que se administren drogas vía intravenosa, incluso aquellos que solo lo hayan hecho una vez en su vida.

> Pacientes con algún familiar con hepatitis C, “aunque la posibilidad de contagio de persona a persona en la hepatitis C no es tan dramático como lo puede ser en la B, también pueden hacerse la prueba”. 

> Personas que tengan relaciones sexuales promiscuas. 

‘Hablemos de hepatitis C’

Para crear conciencia sobre la importancia de detectar a tiempo la hepatitis C, pasar la voz sobre lo que representa este grave problema de salud pública en el país y alentar a quienes cumplen con los factores de riesgo a realizarse la prueba del virus, la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa), en colaboración con la Asociación Mexicana de Hepatología, A.C, médicos, pacientes y sus familiares, público en general y otras asociaciones se unieron a la campaña “Hablemos de Hepatitis C”. 

Se trata de un movimiento social que reúne “al mayor número de dirigentes de estos grupos para que su voz se escuche, para que junto con la sociedad, los organismos no gubernamentales (…) podamos hacer campañas de difusión, y podamos decirle a la sociedad y al gobierno desde luego que ahí están los nuevos medicamentos, los nuevos antivirales que de manera directa van y combaten al virus y que pueden eliminar el virus C en más del 95 por ciento de los casos”, dice el presidente de FundHepa, Enrique Wolpert.

El tratamiento dura 12 semanas, “ya no es un año, como antes”.

“Esto es realmente un avance extraordinario de la ciencia, porque se ha logrado, en menos de 25 años, saber cómo podemos eliminar un virus que de no atacarlo, destruirlo, eliminarlo del organismo…”, sería imposible evitar su progreso a la cirrosis hepática y sus complicaciones, como el coma hepático, el sangrado por ruptura de varices esofágicas y el trasplante de hígado, comenta Wolpert. 

“Y los esfuerzos que estamos haciendo como sociedad civil es que estos pacientes tengan acceso (…) a estos tratamientos nuevos para la erradicación del virus de la hepatitis C”. 

El sitio Web del movimiento pone a disposición de los pacientes una liga con dirección a un formulario de la Asociación Mexicana de Hepatología que debe llenar para ser dirigido con un especialista. 

La campaña, que en redes sociales se difunde bajo el hashtag #YoC, también cuenta con el apoyo de laboratorios clínicos, que ofrecerán pruebas de Hepatitis C a precio especial, informa un comunicado. 

La hepatitis se habla

El movimiento social “Hablemos de Hepatitis C” está encabezado por la Red de Organizaciones de la Sociedad Civil del mismo nombre y está compuesto por:

> Fundación Mexicana para la Salud Hepática, A.C. (FundHepa).
> Asociación Mexicana de Hepatología.
> Hepatos Aión, A.C.
> Unidos por una Vida Mejor, A.C.
> Grupo Amigos del Hígado (Amhigo).

Medidas de prevención

Las medidas de prevención de la hepatitis dependen del tipo de virus:

Hepatitis A

> Vacunarse contra este virus
> Lavarse las manos con frecuencia
> Lavar las frutas y verduras

Hepatitis B y C

> Vacunarse contra la hepatitis B
> Utilizar condón y tener relaciones sexuales seguras
> Evitar el contacto con sangre infectada
> No hacerse tatuajes en lugares no autorizados

Riesgo y complicaciones

> Un caso de hepatitis puede ir desde un padecimiento que dura semanas, hasta una infección grave que podría desembocar cáncer y cirrosis.

> Esta enfermedad se transmite por el contacto con la sangre de una persona infectada. El riesgo también está al hacerse tatuajes, perforarse la piel y al suministrarse drogas intravenosas o intranasales.

¿Cómo se contagia cada tipo de hepatitis?

Hepatitis A
Se puede contagiar a través de alimentos contaminados. Los países con índices más altos de afectación están en África, Asia y Sudamérica.

Hepatitis B
La vacuna está en el calendario de vacunación. El riesgo de contagio principal es vía sexual en personas no vacunadas, pero también se puede contraer a través de sangre contaminada (heridas o jeringas abiertas).

Hepatitis B y C
No hay vacuna para la hepatitis C. La B y C crónicas son la principal causa de cáncer hepático en el mundo. Se pasa por sangre contaminada.

Hepatitis D
Es la de menor incidencia, solo se puede contraer previa infección por hepatitis B.

Hepatitis E
Se contagia vía oral, de forma similar a la A, pero está poco extendida en el mundo.

Si la cirrosis se complica 

La complicación más frecuente de la cirrosis hepática se conoce como hipertensión portal, que ocurre por una obstrucción al flujo sanguíneo venoso natural que va de todos los órganos digestivos –esófago, estomago, bazo, intestino delgado e intestino grueso– hacia el hígado, explica en entrevista para Reporte Indigo Ricardo Chávez Vargas, cirujano pediatra y cirujano de trasplantes digestivos. 

En la hipertensión portal, se eleva la presión en la vena que nutre al hígado (vena porta) y aumenta la resistencia al flujo de sangre en el sistema venoso que llega a dicho órgano. 

Esta enfermedad provoca complicaciones como varices esofágicas y gástricas, y hemorroides “con múltiples episodios de sangrado gastrointestinal masivo que en cada evento ponen en riesgo la vida del paciente (…)”, señala el también cirujano de trasplante de hígado del hospital Christus Muguerza.

Chávez es de los pocos cirujanos en México –y el mundo– que cura la hipertensión portal mediante un complejo procedimiento quirúrgico llamado cirugía de Rex, que “implica colocar injertos venosos, meterse a la circulación hipertensa, abrir el hígado y hacer un bypass o un puente venoso para restaurar la circulación normal de la persona y que recobre su vida normal”. 

La hipertensión portal tiene sus causas a nivel pre-hepático, hepático (cirrosis) y post-hepático. Puede presentarse tanto en recién nacidos como adultos. 

Se desarrolla de forma gradual y progresiva. Es tan silente, que de estar bien un paciente, abre con vómitos con sangre o hemorragias gastrointestinales masivas que ponen en grave riesgo la vida, apunta Chávez Vargas. 

“De hecho cuando se presenta el primer evento, la mortalidad es alrededor del 10 por ciento (…) hablando de atención en los mejores hospitales del mundo”. 

Caso de éxito 

Con Regina Guadalupe, una bebé de tres años originaria de Coahuila, se cumplen 17 casos exitosos de pacientes curados de hipertensión portal en México mediante la cirugía de Rex.

La pequeña terminó en una unidad de cuidados intensivos de Torreón luego de haber presentado “vómitos con sangre en forma impresionante”, donde recibió el diagnóstico de hipertensión portal. 

Tras confirmar que era candidata a la cirugía, Regina fue sometida a cirugía el pasado primero de julio, informó su médico, el cirujano Chávez Vargas, quien desde 2007 cosecha casos de éxito de cirugía de Rex. 

Dos días en terapia intensiva y dos días en cuidados intermedios después, la bebé ya estaba comiendo al cuarto día y al noveno día fue dada de alta. 

Trasplantes a la medida

Ricardo Chávez Vargas es prácticamente el único cirujano que desarrolla todas las técnicas de trasplante de hígado en México.

“Porque el hablar de trasplante de hígado no es simplemente pensar en el órgano en sí, sino es ver qué posibilidades hay para que ese paciente se trasplante”, aclara el médico.

“Porque es evidente que el 90 por ciento de los donadores en México adultos y solo el 10 por ciento pediátricos, tenemos que adaptar los hígados de pacientes adultos en los abdómenes pequeños pediátricos”. 

“Me ha tocado trasplantar desde bebés de 5 kilogramos o adultos de 65 kilos (…) desarrollamos todas las técnicas en base a las necesidades del paciente. Eso sí difícilmente lo vas a encontrar en otro cirujano”. 

Imagina un paciente pediátrico que pesa menos de 10 kilogramos y que requiere 150 gramos de tejido hepático, en comparación con hígado adulto, que en promedio pesa entre 1 y mil 200 kilogramos. 

“Se genera un área muy difícil de trabajar, porque estos pacientes demandan al cirujano de trasplantes realizar técnicas muy especiales, muy sofisticadas, en las cuales de un hígado completo, se toma solamente uno o dos segmentos, para que esos dos segmentos puedan tener cabida en el abdomen del pacientito de siete, ocho, 10 kilos”, expresa el especialista. 

“Poder acomodarlo, que quepa dentro de su abdomen y que le dé vida al paciente. Entre más pequeño sea el paciente pediátrico para trasplante de hígado, llega a ser un verdadero reto”. 

“Existimos muchos especialistas (de trasplante hepático). Sin embargo entre todos solamente desarrollamos 100 trasplantes de hígado en México (por año)”. Una cifra a la que se llegó desde el 2000. 

A decir de Ricardo Chávez Vargas, existe un promedio de menos de 10 centros cirujanos de trasplantes capacitados en México con resultados similares al extranjero. 

Hepatitis C

> Hay cinco tipos de hepatitis (A, B, C, D y E). La hepatitis B y C son las más mortales. Y dado a que es “silenciosa”, algunas personas no saben que la padecen hasta que ya están en etapa grave.

> La hepatitis C (VHC) es de las más graves y aún no hay vacuna para prevenirla. Crónica o aguda, puede permanecer en el cuerpo durante décadas, siendo un enemigo silencioso.

> Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis C (VHC), es una enfermedad del hígado causada por el virus homónimo. Aunque se considera una enfermedad curable, en muchos de los casos no es así.

> De acuerdo a la OMS, la hepatitis C tiene un periodo de incubación que dura entre dos semanas y seis meses.

> ¿Cómo saber si es hepatitis?

Aunque es una enfermedad silenciosa, entre sus síntomas están debilidad, fatiga y diarrea. Una señal clara de que se trata de un caso de hepatitis es el color amarillo en la piel –y ojos–, prurito, náusea, fiebre, tos seca y picazón en partes del cuerpo.

A su vez, se puede presentar dolor abdominal y en la zona hepática, dolor e inflamación en las articulaciones y orina oscura.

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