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¿Sabes por qué no aceptas tus errores?

¿Alguna vez en la vida has negado estar equivocado? La forma de asimilar las cosas a veces no siempre es la correcta, pero ello tiene una explicación psicológica.

En lugar de asumir los errores somos víctimas de algo que los psicólogos llaman disonancia cognitiva algo que se refleja como “el estrés que experimentamos cuando tenemos dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias”, señala un artículo del diario estadounidense The New York Times.

¿Alguna vez en la vida has negado estar equivocado? La forma de asimilar las cosas a veces no siempre es la correcta, pero ello tiene una explicación psicológica.

En lugar de asumir los errores somos víctimas de algo que los psicólogos llaman disonancia cognitiva algo que se refleja como “el estrés que experimentamos cuando tenemos dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias”, señala un artículo del diario estadounidense The New York Times.

En entrevista con el periódico Carol Tavris, psicóloga social, explica que “la disonancia cognitiva consiste en lo que sentimos cuando el concepto que tenemos de nosotros mismos (soy inteligente, soy amable y estoy convencido de que esto es verdad) se ve confrontado por el hecho de que lo que hicimos no fue lo mejor, que lastimamos a otra persona y que esa creencia no es verdad”.

La especialista detalla que para reducir ese mal, se debe cambia le concepto que la persona tiene de uno mismo o aceptar los hechos. La teoría de la disonancia cognitiva fue propuesta por el psicólogo Leon Festinger en 1950.

Festinger investigó a personas religiosas que creían que un platillo volador los rescataría del de un apocalipsis que tendría lugar el 20 de diciembre de 1954.

Tras varias deducciones, dijo que los religiosos no aceptaron que su creencia era errónea y mencionaron que Dios dedicó perdonarlos al mismo tiempo que “lidiaban con su propia disonancia cognitiva al aferrarse a una justificación”·

El especialista descubrió que “la disonancia resulta incómoda y eso nos motiva a disminuirla”. Es entonces que “Cuando nos disculpamos por haber cometido un error, tenemos que aceptar esa disonancia, aunque no sea placentero”, señala The New Yok Times.

Un estudio  publicado en la revista European Journal of Social Psychology arrojó que quien se niega a disculparse por un error cometido tienen más autoestima y creer tener más control y poder a diferencia de aquellas personas que sí lo hacen.

“Por ejemplo: al disculparme con mi esposa, asumo haber hecho algo mal, pero esa disculpa también le permite a ella elegir entre aminorar mi pena al perdonarme o intensificarla al guardarme rencor. Nuestro estudio ha descubierto que las personas experimentan un aumento a corto plazo en los sentimientos de poder y control personal después de rehusarse a pedir disculpas”, dice Tyler Okimoto, uno de los participantes de dicho estadio.

En tanto, un estudio de hecho por investigadores de Stanford Carol Dweck y Karina Schumann descubrió que “los sujetos eran más propensos a asumir sus errores cuando creían ser capaces de cambiar su comportamiento”.

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