R. Kelly, creador de la canción I Believe I Can Fly, es declarado culpable de tráfico sexual

R. Kelly, creador de la canción ‘I Believe I Can Fly’, es declarado culpable de tráfico sexual

Los cargos estaban basados en el argumento de que su equipo de mánagers y asistentes ayudaron al cantante a conocer chicas y a mantenerlas obedientes y en silencio, lo que constituía una organización criminal

NUEVA YORK (AP) — R. Kelly, el superastro del R&B famoso por su himno “I Believe I Can Fly”, fue declarado culpable el lunes en un juicio por tráfico sexual después de décadas de evadir la responsabilidad penal por numerosas denuncias de abusos contra mujeres y menores de edad.

Un jurado de siete hombres y cinco mujeres declaró a Kelly culpable de asociación delictuosa en su segundo día de deliberaciones. Kelly permaneció inmóvil, con la mirada baja mientras se leía el veredicto.

Los cargos estaban basados en el argumento de que su equipo de mánagers y asistentes ayudaron al cantante a conocer chicas y a mantenerlas obedientes y en silencio, lo que constituía una organizacion criminal.

Varios acusadores testificaron con escabroso detalle durante el juicio, alegando que Kelly los sometió a caprichos perversos y sádicos cuando eran menores de edad.

Kelly también fue declarado culpable de cargos penales según los cuales violó la Ley Mann, que hace que sea ilegal llevar a alguien a través de las fronteras estatales “para cualquier propósito inmoral”.

El abogado de Kelly, Deveraux Cannick, dijo que estaba decepcionado por el veredicto. “Creo que estoy aún más decepcionado de que el gobierno haya presentado el caso en primer lugar dadas todas las inconsistencias”, dijo.

Durante años, el público y la prensa parecían más divertidos que horrorizados ante las acusaciones de relaciones inapropiadas con menores, comenzando con el matrimonio ilegal de Kelly con la estrella del R&B Aaliyah en 1994, cuando ella tenía solo 15 años.

Sus discos y entradas a conciertos siguieron vendiéndose. Otros artistas continuaron grabando sus canciones, incluso luego que fue arrestado en 2002 y acusado de grabarse a sí mismo en video abusando sexualmente y orinando sobre una chica de 14 años.

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La condena pública generalizada no se produjo hasta que una serie documental ampliamente vista, “Surviving R. Kelly”, ayudó a hacer que su caso fuera significativo en la era del #MeToo y dio voz a acusadoras que se preguntaban si sus historias habían sido previamente ignoradas porque eran mujeres negras.

En el juicio, varios de los acusadores de Kelly rindieron declaración sin usar sus nombres reales para proteger su privacidad y evitar un posible acoso por parte de los fans del cantante. A los miembros del jurado se les mostraron videos caseros de Kelly participando en actos sexuales que, según los fiscales, no fueron consensuados.

La fiscal federal adjunta María Cruz Meléndez argumentó que Kelly era un abusador en serie que “mantuvo el control sobre estas víctimas utilizando todos los trucos del manual del depredador”.

La defensa etiquetó a los acusadores como “groupies” y “acosadores”.

Cannick cuestionó por qué las presuntas víctimas mantuvieron una relación con Kelly si pensaban que estaban siendo explotadas.

“Tomaste una decisión”, le dijo Cannick a una mujer que testificó, y agregó: “Participaste por voluntad propia”.

Kelly, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly, ha estado encarcelado sin derecho a fianza desde 2019. El juicio se retrasó debido a la pandemia de coronavirus y la reorganización de último minuto de Kelly de su equipo legal.

Cuando finalmente comenzó el 18 de agosto, los fiscales describieron al cantante de 54 años como un niño mimado y un fanático del control. Sus acusadores dijeron que recibieron ódenes de llamarlo “Daddy” (papi), saltaran a besarlo cada vez que entraba a una habitación y que solo lo vitorearan a él si jugaba un juego de baloncesto.

Los acusadores alegaron que también se les ordenó firmar documentos de confidencialidad y que fueron sometidos a amenazas y castigos, como azotes violentos, si rompían alguna de las “reglas de Rob”. Algunos dijeron que creían que las cintas de video que grabó de ellos teniendo relaciones sexuales serían usadas en su contra si exponían lo que estaba sucediendo.