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Declaración de miedo

La tensión regresó ayer a la península coreana y esta vez el foco está en el Complejo Industrial de Kaesong (CIK), uno de los escasos proyectos de cooperación entre los dos históricos enemigos.

El pasado domingo, Pyongyang –capital de Corea del Norte– lanzó un cohete de largo alcance con la pretensión de colocar en órbita un satélite, desafiando una vez más la prohibición que le impuso Naciones Unidas sobre el recurso a misiles de estas características.

Corea del Norte regularmente califica a su vecino del sur como ‘títere’ de Estados Unidos. Además, suele denunciar actos de guerra contra su territorio

La tensión regresó ayer a la península coreana y esta vez el foco está en el Complejo Industrial de Kaesong (CIK), uno de los escasos proyectos de cooperación entre los dos históricos enemigos.

El pasado domingo, Pyongyang –capital de Corea del Norte– lanzó un cohete de largo alcance con la pretensión de colocar en órbita un satélite, desafiando una vez más la prohibición que le impuso Naciones Unidas sobre el recurso a misiles de estas características.

Estados Unidos, Japón y Corea del Sur dijeron que el lanzamiento en realidad se trató de una prueba de un misil balístico. En enero, Corea del Norte también llevó a cabo un ensayo nuclear condenado internacionalmente.

En respuesta, Corea del Sur anunció suspendería sus operaciones conjuntas en el parque industrial de Kaesong, que a menudo es visto como un indicador del estado de las relaciones entre los dos países.

Seúl consideró que las rentas que Kaesong proporciona a Pyongyang no deberían servir para el desarrollo de armas de destrucción masiva, menos cuando la comunidad internacional está presionando para imponer sanciones más duras a Corea del Norte.

El Gobierno surcoreano expuso éste como su principal argumento para justificar el cierre del polígono industrial, mientras por otro lado mencionó la posibilidad de llevar a cabo su reapertura si las relaciones bilaterales mejoran.

Este complejo industrial abrió en 2004 como parte de una política de reconciliación entre el autoritario Norte y la democrática Corea del Sur y es el único símbolo que queda de la cooperación fronteriza entre las dos naciones.

Sin embargo, la decisión de Corea del Sur de suspender las operaciones fue tomada como “una declaración de guerra” por parte del régimen de Kim Jong-un.

“La reciente medida provocativa es la declaración del fin de la última línea de vida de las relaciones norte-sur, una negación total de la declaración conjunta norte-sur del 15 de junio y una peligrosa declaración de guerra que conduce a la Península de Corea al borde de un conflicto bélico”, detalló el Comité por la Reunificación Pacífica de la Patria (CRPP), por medio de un comunicado.

“La acción del títere (Corea del Sur) de suspender totalmente la operación (en Kaesong) es imperdonable, aduciendo a una prueba de una bomba de hidrógeno de Corea del Norte y al lanzamiento de un satélite”.

Corea del Norte afirmó que estas acciones obedecen a la “histeria de confrontación” y “al servilismo inveterado” de surcorea hacia Estados Unidos y consideró  “suicidio” el cierre del complejo Kaesong.

Toman medidas

Los trabajadores surcoreanos comenzaron a sacar su equipo de Kaesong la mañana de ayer y pocas horas después Pyongyang respondió cortando dos líneas cruciales de comunicación con Corea del Sur diseñadas para distender situaciones peligrosas: una utilizada por los militares y otra para comunicarse con el Comando de la ONU en Panmunjom en la Zona Desmilitarizada.

El Norte ordenó salir a todos los surcoreanos del complejo, dijo que embargaría los materiales que dejaran y declaró el lugar zona militar.

“Esperamos que para dentro de una semana aproximadamente hayan regresado a casa todos los surcoreanos del complejo de Kaesong”, indicó una representante del Ministerio de Unificación de Seúl, Moon Sang Gyun.

“Nuestro ejército está completamente preparado para lidiar con cualquier posible situación en el complejo industrial de Kaesong en este momento, priorizando la vida y la seguridad de la gente”.

¿De dónde sale el dinero?

Son muy pocas las naciones del mundo que pueden desarrollar las avanzadas y costosas tecnologías que presume Corea del Norte.

Un análisis de la BBC de Londres destaca que –de acuerdo a datos de la CIA– la economía de ese país es similar, en tamaño, a la de Honduras y que sus exportaciones son parecidas a las que tiene Mozambique o el minúsculo estado europeo de San Marino.

Entonces, ¿cómo es que un país con una economía de ese tamaño equiparable puede costearse un programa nuclear?

De acuerdo a la BBC, la respuesta está en la naturaleza autoritaria y centralizada del gobierno, que acapara los escasos recursos del país y los concentra en fines militares, incluso a expensas del nivel de vida de sus ciudadanos.

 

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